Criminalización de mujeres operadoras de justicia y defensoras de derechos humanos
El viernes 24 de mayo fue presentado el informe “Todo el sistema en contra: Criminalización de mujeres operadoras de justicia y defensoras de derechos humanos en Guatemala”, realizado por Amnistía Internacional (AI) y un panel conformado por mujeres destacadas en diversas ramas de las ciencias sociales en Guatemala.
Por Violeta Cetino
Dicho informe analiza, desde una perspectiva de género, el patrón de hostigamiento y criminalización hacia exintegrantes de la Comisión contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), incluidas personas operadoras de justicia y defensoras de derechos humanos que han trabajado contra la impunidad y la corrupción.
Durante la presentación se llevó a cabo un foro en el que participaron Edith Olivares, directora de AI México, junto a las panelistas Ana Piquer Romero, directora para las Américas; Wendy Geraldina López, Abogada de la Unidad de Protección a Defensoras y Defensores de Derechos Humanos de Guatemala (UDEFEGUA); Quimy De León, directora de Prensa Comunitaria /RUDA, y Silvia Trujillo, socióloga e investigadora.
La investigación realizada por AI pone al descubierto las violaciones a los derechos humanos que enfrentan las defensoras, como represalia por sus actividades legítimas y presenta recomendaciones específicas para las autoridades guatemaltecas, dice el informe.
Por su parte, Ana Piquer, mencionó que las operadoras de justicia y defensoras de derechos humanos tratan de defenderse de una avalancha de denuncias sin fundamento ni pruebas y enfrentan procesos judiciales donde se hace un abuso de prisión preventiva.
Además, recalcó que este patrón no solamente abarca lo penal, sino que va acompañado de campañas de estigmatización en el espacio público, en redes sociales. “Los netcenter amplían estas prácticas y anticipan diligencias que no han sido notificadas, afectando la presunción de inocencia de estas personas”, puntualizó Ana Piquer.
En su intervención, Wendy Geraldina López, calificó los procesos judiciales como un proceso de venganza hacia las mujeres que salieron de casa y que denunciaron las ilegalidades de lo que veían. “Los jueces se dirigieron hacia espacios personales. Amenazas y abusos tienen un papel determinante y es la forma que ellos usan para repetir el papel del Estado, patriarcal, machista y misógino”, dijo.
El periodismo hecho por mujeres
Para Silvia Trujillo, las mujeres periodistas que rompen el mandato de silencio que impone el sistema patriarcal, también son perseguidas y silenciadas. Según una investigación sobre el trabajo periodístico de las mujeres hecha en 2021, en la que participó, las periodistas no se sienten seguras ni siquiera en sus propios lugares de trabajo.
“Las mujeres periodistas no trabajan en igualdad de condiciones, no trabajan seguras. En los últimos años las mujeres periodistas han vivido una serie de violencias que hacen que se trabaje con miedo”, indicó Trujillo. Además, sumó, que las mujeres periodistas viven una violencia específica, que lo que persigue es el silenciamiento.
A diferencia de los hombres que ejercen esta profesión y sufren de violencia, hay una característica particular que diferencia la violencia sufrida por las mujeres periodistas, “generalmente las voces de las mujeres que han intentado silenciar, son voces de mujeres críticas, justamente esas voces que se han dedicado a investigar la impunidad y el mal uso de fondos públicos, el despojo de las industrias extractivas”, dijo Trujillo.
Además de todas estas violencias, Trujillo identificó una violencia particular que viven las mujeres, que tienen que ver con las violencias en las redacciones por parte de sus propios compañeros, de parte de sus jefes inmediatos y de parte de las fuentes, y es una violencia específica que no sufren los hombres.
En su intervención, Quimy De León contó cómo surgió la revista feminista Ruda y detalló que fue a partir de una conversación sobre justicia por casos de violencia sexual, específicamente del caso de Emma Molina Theisen. “De allí surgió la idea de que había que hacer un medio y crear una conversación en la opinión pública, que tuviera que ver con dos cosas: la violencia contra las mujeres en todas sus manifestaciones, incluyendo la violencia política; y la segunda, las luchas de las mujeres y la forma resiliente de enfrentar y de buscar justicia”.
De León explicó que con la llegada de la Goldcorp, un grupo de activistas del que ella era integrante, tuvo la oportunidad de hablar con Crisanta Pérez, quien sufría persecución penal desde el año 2008, con 14 procesos penales abiertos en su contra. “Decidimos documentar los procesos de criminalización, de persecución política y penal y todo lo que la gente hacía para enfrentar lo que ocurría”, rememoró.
Según De León, fueron, además de Crisanta Pérez, Bárbara Díaz, detenidas por defender sus tierras de la cementera en San Juan Sacatepéquez; Norma Sancir, periodista comunitaria; decenas de mujeres q’eqchi’ con orden de captura, decenas de mujeres sanjuaneras por enfrentarse a la cementera y en Barillas, Huehuetenango, las mujeres que exigieron la libertad de sus esposos en 2012, quienes nos motivaron a hacer un periodismo por y para las mujeres.
López culminó con una reflexión e indicó que no se deben dejar en el olvido a todas las personas que aún están en prisión injustamente, e instó a mantener los lazos de solidaridad para resistir.
Calificó su labor como una lucha personal y emocional, pero también académica, jurídica y legal. “Como pueblo hemos resistido más de 500 años y hemos sido muy fuertes y valientes, entonces hay una memoria histórica por la cual es justo seguir luchando. Defender los derechos humanos es defender la vida y defender la vida, vale la pena”, finalizó.