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Notas de la Autora
Emma: La revolucionaria
“Quiero reivindicar la militancia…
Soy una persona que no quiere lástima, yo quiero justicia”
Nacimos en marzo para florecer el mundo
En la soledad de una casa lejana, por las noches y madrugadas de una semana de octubre, dibujé y pinté a mano alzada una bandera que simbolizaba un tiempo; luchas heredadas y futuros prometedores.
No. No nos matan por ser mujeres
En este apartado se retoman afirmaciones y reflexiones que teóricas y especialistas han propuesto para el abordaje de los asesinatos de mujeres, las cuales han tenido una sorprendente influencia en organizaciones de mujeres en Latinoamérica, particularmente en México y Guatemala, donde han logrado desarrollar e implantar una corriente conceptual y de explicación sobre el fenómeno de los asesinatos de mujeres que deriva y descansa en la frase “a las mujeres las matan por ser mujeres”. Este apartado tiene por objeto discutir sobre la generalización de esta frase con una aportación teórica sobre misoginia y sobre violencia de género, con la que se espera aportar otros elementos para el abordaje de las muertes violentas de mujeres.
No. Nos matan por ser mujeres
En este apartado se retoman afirmaciones y reflexiones que teóricas y especialistas han propuesto para el abordaje de los asesinatos de mujeres, las cuales han tenido una sorprendente influencia en organizaciones de mujeres en Latinoamérica, particularmente en México y Guatemala, donde han logrado desarrollar e implantar una corriente conceptual y de explicación sobre el fenómeno de los asesinatos de mujeres que deriva y descansa en la frase “a las mujeres las matan por ser mujeres”. Este apartado tiene por objeto discutir sobre la generalización de esta frase con una aportación teórica sobre misoginia y sobre violencia de género, con la que se espera aportar otros elementos para el abordaje de las muertes violentas de mujeres.
Las niñas de Guatemala
Érase una vez un país tan frágil y pequeño que un tsunami podría hacerlo desaparecer entre los océanos. Medio mundo conocía de aquel lugar, no porque se hundiera entre el ruido sonoro de dos mares sino porque ardía hasta lo más hondo de sus entrañas. Ningún dios llegó para salvarlo, ni sus padres. Tampoco sus hijos que ni fueron valientes aunque sí muy altivos.