La salud menstrual es un derecho humano

 El interés en que la salud menstrual sea reconocida como un derecho humano no está aislado de lo que pasa en el resto del mundo. El Banco Mundial lo ha tomado en cuenta como un indicador de desarrollo en los países.

 Ruda

A las mujeres más jóvenes que lean este texto les parecerá hilarante la siguiente anécdota: Una niña acaba de menstruar, con más confianza le pide a una tendera que le despache un paquete de toallas sanitarias. La tendera se las despacha, las envuelve en papel periódico y las mete en una bolsa negra. Nadie puede saber lo que lleva dentro esa bolsa porque es un tema de lo que pocos se atreven a hablar. 

 La anécdota tendrá unos 25 años, ahora volvamos al presente. La vergüenza y el estigma de la menstruación no ha dejado de existir. Cada una recordará alguna anécdota incómoda que ha pasado a consecuencia del “periodo”. Sin embargo, hoy la diferencia es la libertad ganada por muchas mujeres para hablar de un tema que por décadas fue considerado tabú.

 En marzo de 2022 un grupo de diputadas guatemaltecas: Andrea Villagrán y Evelyn Morataya, de la bancada Bienestar Nacional (Bien); Ligia Hernández, de Semilla; Sonia Gutiérrez, de Winaq; Merana Oliva y Marleni Matías, de la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE) y Vicenta Jerónimo, del Movimiento para la Liberación de los Pueblos (MLP); junto a Manuel Rivera Estevez, de Victoria, presentaron la iniciativa de Ley para el Fomento de la Salud Menstrual Digna en Guatemala. Esta iniciativa tiene como objetivo promover la salud menstrual digna por medio del acceso universal, igualitario y gratuito a productos menstruales  para todas las mujeres menstruantes y en condiciones de vulnerabilidad. 

 El interés en que la salud menstrual sea reconocida como un derecho humano no está aislado de lo que acontece en el resto del mundo. El Banco Mundial lo ha tomado en cuenta como un indicador de desarrollo en los países. En su artículo  El alto costo de ser mujer en el mundo en desarrollo resaltó que los elevados precios de los productos de higiene femenina, así como la falta de instalaciones adecuadas en escuelas, hacen de la menstruación un factor de desigualdad.

Puede consultar el artículo completo en: El alto costo de ser mujer en el mundo en desarrollo

El organismo multilateral calculó que cada día hay más de 300 millones de mujeres que menstrúan en todo el mundo. Sin embargo, estimó que 500 millones carecen de acceso a productos e instalaciones adecuadas para la gestión de la higiene menstrual.

 En todo el mundo muchas organizaciones reclaman la reducción o eliminación de los impuestos a los productos de gestión menstrual, porque aseguran que son "necesidades básicas" que usualmente se gravan con la misma tasa que los "artículos de lujo". 

 Por otro lado, estas iniciativas suelen recibir cobertura mediática lo que genera conversaciones más profundas sobre las actitudes sociales hacia la menstruación: según una encuesta hay más de 5 mil eufemismos a nivel mundial para nombrarla, explicó la periodista María Florencia Melo para el sitio Statista. El sitio también publicó un gráfico en el que mostró cuáles son los países que han eliminado los impuestos para los productos de higiene femenina. 

Fuente: Wash United

En Guatemala, según las cifras de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT), en 2020 los impuestos percibidos por la importación y comercialización de productos relacionados con la higiene menstrual facturaron Q32 millones. 

 De acuerdo con el estudio Period TAX, una Guía de Incidencia elaborada por la organización Wash United, enumeró cuatro razones por las que los países han hecho campaña contra los impuestos sobre los productos menstruales:

  1. son necesidades básicas

  2. para reducir los costos para los consumidores,

  3. para fomentar la igualdad de género mediante la lucha contra las leyes discriminatorias, y

  4. para romper el tabú en torno a la menstruación

 Las diputadas expusieron en la iniciativa de ley puntos similares adhiriendo la necesidad de un Programa para el Fomento de la Salud Menstrual adscrito al Ministerio de Salud Público y Asistencia Social de Guatemala, con el objetivo de dotar productos menstruales y promover la salud digna por medio del acceso universal a niñas y adolescentes en condición de vulnerabilidad y con poco acceso a estos.

 Presupuesto adicional 

 La diputada Andrea Villagrán, actualmente diputada de la Bancada Semilla, enfatizó en varios videos que “menstruar es político” cuando no se asegura el acceso a las mujeres en condiciones de vulnerabilidad. Hizo referencia a las niñas que dejan de ir a la escuela cuando menstrúan porque en los recintos públicos no se cuentan con las condiciones de un baño, agua e insumos. En las cárceles la situación es similar para las privadas de libertad. “Me cuestionaron la ponencia de la ley, pero esta solo busca que los productos de gestión menstrual sean gratuitos para la población que no tiene acceso a ellos”, indicó Villagrán. 

 A nivel mundial, las mujeres entre los 13 y los 49 años, aproximadamente, deben designar un presupuesto adicional para la compra de estos productos. En Guatemala el promedio de gasto para adquirir toallas sanitarias y otros artículos de gestión menstrual oscila entre  Q20 y Q40, cantidades que muchas niñas en condiciones de pobreza no poseen.

 La iniciativa, que por ahora está estancada en el Congreso de la República, promueve los programas de Salud Menstrual en todos los idiomas nacionales y una Canasta de Salud Menstrual que incorpore toallas sanitarias, tampones, copas menstruales, esponjas marinas, ropa interior absorbente, telas limpias y absorbentes, todas estas acciones para fomentar el derecho a la salud menstrual digna. 

 Es importante retomar la discusión de una iniciativa de ley que abra espacios y diálogo sobre la información de la menstruación. La revista Forbes Centroamérica, en su edición 100 Mujeres poderosas, resaltó que en el ámbito laboral el 40% de las mujeres desempeñan sus cargos con dolores o síntomas menstruales y un 20% lo hace con síntomas relacionados a la menopausia. 

Ruda

RUDA surgió en 2017 entre reuniones e ideas del consejo editorial de Prensa Comunitaria bajo la necesidad urgente y latente de tener un espacio digital en dónde evidenciar, publicar y visibilizar las luchas de las mujeres.

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