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El derecho de menstruar dignamente

Crédito: Kristhal Figueroa

Por Jimena Porres

  Menstruar es un proceso distinto para todos los cuerpos. Para las mujeres y personas menstruantes se trata de un gasto de primera necesidad y un asunto que necesita ser atendido mes a mes. Según el Instituto Nacional de Estadística, en Guatemala, el 51% de la población son mujeres, por lo que la salud menstrual es un tema que debería estar presente siempre en agendas políticas, lamentablemente la situación en el país es precaria y no se le da la atención necesaria. 

 Plan Internacional realizó un estudio en 2018 para conocer la situación de las niñas y mujeres en los departamentos de Alta Verapaz, Baja Verapaz y Jalapa y encontró que; el 35% de las adolescentes y jóvenas piensa que la menstruación debería mantenerse en secreto, más del 50% de jóvenas mujeres no conoce sus derechos sexuales y reproductivos y el 45% de adolescentes y jóvenas han sentido vergüenza durante su periodo menstrual.

 Según Susy Eiyadeh, de Plan Internacional, las niñas y adolescentes se enfrentan al desafío del acceso a los centros de salud cuando acuden a chequeos médicos durante su ciclo menstrual, ya que algunas tienen que caminar largas distancias para llegar a estos lugares, y, en caso puedan llegar, también hay una brecha de idioma al momento de recibir información. Además, encuentran limitantes al momento de desempeñar actividades de formación, como ir a la escuela por el limitado acceso al agua limpia o a la privacidad, asimismo, dejan de desempeñar actividades recreativas por estar en su periodo menstrual. 

 La vergüenza de ser personas menstruantes afectan los aspectos sociales y emocionales, ya que se ve a la menstruación como algo sucio y crea miedo de ser señaladas por este proceso. Existe una falta de información en distintas comunidades, y mucha está plagada de mitos que crea más estigma y vergüenza.

 

El camino hacia una menstruación digna

 Para Eiyadeh, tener acceso a una menstruación digna puede llevar a una mejor autoestima, permite salir del miedo a hacer preguntas importantes y conlleva un bienestar físico y emocional en las niñas y mujeres al saber que, las personas a su alrededor las acompañan en este proceso, esto genera mayor claridad y empoderamiento. 

 “Al conocer el cuerpo y cómo funciona el ciclo menstrual y el periodo menstrual genera una mayor salud en las niñas. Reconocen su cuerpo como un territorio que merece cuidado y respeto” asegura. 

 Eiyadeh explica que, para tener una menstruación digna se necesita un sistema integral. “El acceso al agua limpia es un factor clave a tomar en consideración, especialmente en áreas rurales. No todas tienen acceso a insumos desechables, por lo que necesitan el acceso al agua para lavar sus toallas de tela así como para lavarse las manos antes y después de reiterar sus toallas desechables para evitar infecciones” explica. El agua no solamente sirve para el cuidado familiar, también es un factor importante para la gestión de la menstruación.

 Otro de los elementos importantes es la privacidad, las letrinas y sanitarios deberían contar con puertas para que sean espacios seguros y de confianza para que las niñas y mujeres puedan cambiarse. Es importante que en estos baños existan cestos de basura para poder depositar las toallas sanitarias sin ningún inconveniente. 

 “La menstruación es salud, no es enfermedad, no es sucia, no es algo que compete solamente a las mujeres y niñas” asegura Eiyadeh. Es un tema que debería abordarse de manera natural porque es un derecho a la salud y dignidad. “Nos compete a todos y todas construir una sociedad con conocimiento libre de estigmas y discriminación”.

 

Garantizar el acceso 

 En marzo de 2022 un grupo conformado por 9 diputadas y diputados presentó la iniciativa 6044 para crear la Ley para el Fomento de la Salud Menstrual Digna en Guatemala. Esta iniciativa “reconoce el derecho a la salud menstrual de todas las mujeres en condiciones dignas, igualitarias, gratuitas y sin discriminación”.

 Eiyadeh explica que garantizar el acceso básico a insumos  debería ser responsabilidad del Estado. Entre estos insumos deberían estar el agua, jabón y los paños o toallas sanitarias desechables, también deberían considerar la ropa interior e información de calidad acerca del cuerpo y la menstruación. 

 Todo desde un sistema de salud integral e inclusivo, donde se tome en cuenta la cultura, el idioma y las ubicaciones de los centros de salud. El personal de salud también tiene un papel importante, deben ser personas sensibilizadas para tratar con niñas y mujeres en busca de ayuda, para resolver dudas y tratar de forma digna a las pacientes.