Así es ser una persona de la diversidad en un cuerpo menstruante

Foto: Trans-formación

El abanico de la diversidad sexual es amplio, rico y extenso como seres humanos hay en el mundo, y dentro de la comunidad LGTBIQ+ existen las personas que la viven desde cuerpos menstruantes, que se enfrentan a violencias y a enormes desafíos, pero que tienen una gran entereza para defender sus derechos y abrir brecha para quienes vienen atrás.

Por Violeta Cetino

“Estábamos hace años mi compañera y yo esperando el bus, cerca de la Casa Presidencial. Ella era bastante masculina y ambas jugábamos a hacernos cosquillas, cuando cuatro hombres armados bajaron de un picop Hilux y nos dijeron ‘¡Váyanse de aquí, lesbianas, hijas de la gran puta, o las vamos a matar!’, nos amenazaron”.

Este es el relato de Karen Ramos, de 45 años, una persona que se autodefine como lesbopansexual, lesbiana y feminista de formación. Karen contó que sexualiza con mujeres y que tiene amores con hombres trans, abriendo así una nueva categoría: lesbopansexual. “Me permito ser y amar a todos los seres que deseo amar. Principalmente salgo con hombres trans, lesbianas o bisexuales”.

Ella explicó que la categoría lésbica es para mujeres que sexualizan únicamente con mujeres, pero que al sexualizar con hombres trans, como cuando tuvo una relación de siete años con una persona de esta categoría, al identificarse como lesbiana, le invisibilizaba. “Decidí nombrarme pansexual, porque tengo una formación política lesbiana que me hace ser quien soy y me ha formado”, indicó.

La marginación, la exclusión y, como en el relato inicial, las agresiones verbales y físicas, son violencias que las personas de la diversidad que habitan cuerpos menstruantes viven frecuentemente. Karen recordó que, cuando estudiaba su carrera de diversificado, a los 16 años, le dijo a una compañera que había otra persona que le parecía muy guapa. “Le dije que esa chica me parecía muy guapa y ella me respondió, ‘Es que vos sos de la otra banqueta’, y otras cosas incómodas, por lo que no lo volví a hablar”.

Karen viajó a España a los 20 años y ahí  vio a mujeres tomadas de la mano, lo definió como algo impactante. “Al volver a Guatemala, empecé a buscar a estos seres y encontré una organización donde empecé a conocer ciertas cosas de la lesbiandad y de las diversidades”.

Karen Ramos se considera una persona lesbopansexual y se ha enfrentado a diversas formas de violencia debido a su identidad de género.  Foto: Cortesía Karen Ramos

Su primer acercamiento con otra mujer se dio en el contexto de los 50 años del derrocamiento del presidente Jacobo Árbenz Guzmán, en el espacio conocido como La Casa Tomada, (donde ahora funciona una sede de la Municipalidad de Guatemala, en la 12 calle, entre séptima y octava avenida). “Llegó Lesbiradas (una colectiva de lesbianas) a dar talleres, a explicar qué eran, qué hacían. Para ese entonces yo tenía 24 años y en ese periodo conocí a una mujer con quien empecé a erotizar y fuimos pareja durante siete años. Allí fue mi primer acercamiento con mujeres”, contó Karen. 

La familia desde la “heteronorma”

Cuando nacen, a las personas se les asigna un género: masculino o femenino. Desde la heteronormativa, no puede existir ningún otro género más allá de ser únicamente hombre o mujer y si, sumado a esto el asunto se expone a ideas judeocristianas donde la Biblia es una escritura que debe seguirse al pie de la letra, veremos que cualquier tipo de violencia en contra de las personas que se autodeterminan con un género o identidad sexual que sobrepase los límites de la heterosexualidad, será validada. 

Karen era una joven independiente que ya no vivía con su familia cuando determinó su identidad sexual, y tenía cinco años de convivir con su pareja cuando su mamá se enteró. “Mi mamá pensaba que ella era mi amiga, pero un día me preguntó qué hacía la ropa de mi compañera allí (en su habitación) y yo le dije que ella dormía conmigo”. Su madre le hizo la misma pregunta y Karen dio la misma respuesta, “Ella duerme conmigo”.

La madre de Karen tiró la ropa al piso y lloró, diciendo que esto era un castigo divino. “Se dio todo el drama judeocristiano de la culpa. Le dije que eso no se pegaba, que era una cuestión de decisión, de ser y disfrutar la vida. Se enojó y se fue”.

Karen refirió que, en aquel entonces, su mamá era una de sus más grandes y mejores amigas, y que en ese momento el rechazo le dolió mucho, pero que comprendió que ese era el proceso que su mamá necesitaba llevar. “A los tres meses me volvió a hablar y me dijo que no entendía qué era, que no sabía cómo funcionaba, pero que ella me amaba y que quería estar cerca de mí”.

Ella considera que es una persona afortunada al no recibir violencia de parte de su familia, que lo de su mamá fue un enojo natural, pues “cuando una sale del clóset, la familia también sale del clóset. Salen ellos ante la sociedad, ante la familia, ante la iglesia, ante el señor de la tienda. Les entiendo que su enojo sea natural, por toda la construcción social. También se exponen al escrutinio público, al rechazo de la familia, de la iglesia que los nombra como malos padres y la vergüenza les ataca”, admitió y sumó que su papá y su hermana lo aceptaron con mucha tranquilidad.

La médica de los hombres trans

Yusimil Carrazana nació en Cuba, tiene 56 años y es Médica y Cirujana colegida en Guatemala, y se autodefine como la única médica en Guatemala en conducir el proceso de cuidados afirmativos de género para las poblaciones transmasculinas  de forma gratuita, es miembro activo de la  Asociación Profesional Mundial para la Salud Transgénero  (WPATH), lo que le permite contar con los conocimientos y sensibilidad necesarias para atender de forma integral y diferenciada a esta población  de la diversidad sexual. Además, tiene una especialización en Atención Primaria en Salud Integral (Cuba) y Médica General (Guatemala).

La doctora trabaja en el Colectivo Trans-Formación, un colectivo de hombres trans y personas disidentes de género femenino asignado al nacer, que promueve los derechos de la población trans. Este se fundó el 13 de agosto de 2013 y lo conformaron, de forma inicial, cinco hombres trans que tenían en común la violencia a la que fueron sometidos, durante toda su niñez y adolescencia, incluidas violaciones sexuales por parte de sus propias familias, como una forma de medidas “correctivas”, para que “se le quite lo que tiene” y “retomen” el género asignado al nacer, violaciones sexuales ejercidas por padres, primos, hermanos, dijo Yusimil.

La médica Yusimil Carrazana acompaña los cuidados afirmativos de género de la población transmasculina en Guatemala.  Foto: Cortesía Yusimil Carrazana

El Colectivo de Hombres Trans “Trans-Formación” fue creado ante la falta de voluntad política del Estado, para que existiera un lugar donde recibir atención médica sin estigmatización ni violencia, y aunque está dirigido a prestar atención a los hombres trans, entre sus otros servicios también atiende a una pequeña población de mujeres trans de la tercera edad que solicitan el acompañamiento médico.

Yusimil indicó que es muy importante tener claro el término “disidentes de género femenino asignados al nacer”, para comprender el universo de los hombres trans. “Son aquellas personas que biológica y cromosómicamente fueron asignadas como mujer, pero que rompen toda la heterocisnormatividad de la sociedad. Por orientación, son mujeres lesbianas, bisexuales, queer, cuya conducta social no tiene por qué ser regida por las normas establecidas socialmente”.

Sobre cómo es la atención médica en el sector público y privado, la médica aseguró que, en casi la totalidad de centros de asistencia médica, existe mucha violencia hacia las personas trans, tanto masculinas como femeninas. La mayor violencia que recibe esta población es el no respeto a su identidad de género. “Por ejemplo, son compañeros trans que han iniciado su proceso de cuidados afirmativos de género no quirúrgicos y ante la ausencia de posibilidad económica para  la mastectomía con masculinización de tórax (cirugía que extirpa las mamas), se visibilizan las mamas a pesar de la expresión masculina ya desarrollada (transición social), y por lo tanto son tratados como femeninas, y esa es una violencia a la identidad sentida, que en este caso es una identidad transmasculina”, dijo.

La galena indicó que también hay hombres trans que consideran que sus mamas no son un problema, “son hombres trans con mamas y vagina, que no necesitan o solicitan los procedimientos quirúrgicos que acompañan los cuidados afirmativos de género (faloplastia, que es la creación quirúrgica de un pseudo pene; o con una histerosalpingooforectomía, que es la extirpación quirúrgica de los ovarios, trompas y útero)”.

Los cuidados afirmativos de género son los procedimientos a través de los cuales la persona va a iniciar, conducir y finalizar el desarrollo de la identidad sentida, a través de esquemas establecidos por la WPATH (Estándares de Atención para Personas Trans), que van a ser diferentes para la población transmasculina y transfemenina. De acuerdo con lo expuesto por Yusimil, esto se realiza con la utilización de medicamentos que van a afirmar el género, sumado a los cuidados de salud para las personas que sufren enfermedades agudas y crónicas, transmisibles o no, y que para iniciar o continuar con su proceso, tienen que estar compensadas. “Tenemos compañeros hipertensos, diabéticos, hemos diagnosticado cáncer, que no contraindican el proceso; al contrario, hemos salvado vidas, pero deben estar compensadas, de lo contrario tenemos que interrumpir el proceso, tratar estas descompensaciones y reiniciar el proceso acorde a cómo va evolucionando la persona”.

Los hombres trans rompen con la heteronorma de la sociedad. Foto: Trans-formación

La duración de los cuidados afirmativos de género es hasta que la persona se sienta identificada con los cambios deseados, hasta ese momento (su perspectiva trans), o por indicaciones médicas de interrumpir el proceso (descompensación de enfermedad crónica o aguda diagnosticada) o, hasta que, en el caso de los hombres trans, ya tengan realizada la histerosalpingooforectomía, no existiendo estructura anatómica responsable de la elaboración de  estrógeno y progesterona y por lo tanto, los rasgos masculinos en el hombre trans se pueden mantener con los cuidados afirmativos de género. Pero si existe algún evento que ponga en peligro la vida de la persona, se tiene que interrumpir. “Hay enfermedades como los cánceres hormonodependientes, que allí sí está contraindicado, y algunas enfermedades psiquiátricas previas al inicio de estos cuidados afirmativos de género, que pudieran empeorar con el uso de estos medicamentos”, afirmó Yusimil.

Un sistema de salud necesitado de formación

En el año 2015 fue publicada la Estrategia de Atención Integral y Diferenciada en Salud para las Personas Trans en Guatemala 2016-2030. Esta se realizó en conjunto con las tres instituciones fundamentales de la sociedad civil: Otrans Reinas de la Noche, Redmmutrans y por último se incorporó el colectivo de Hombres Trans, Trans-Formación, quienes mantienen discusiones en mesa técnica con el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS), desde hace más de 8 años. “Finalmente se aprueba la Estrategia de   Atención Integral y Diferenciada para Personas Trans en Guatemala pero no se operativiza”, a criterio de Yusimil.

Conoce la estrategia en el siguiente link: Estrategia Pob. TRANS.pdf (unfpa.org)

Luego de esta estrategia y también en trabajo en conjunto con el MSPAS, se desarrolló la Estrategia de Comunicación para el Desarrollo, como una herramienta que permite a los proveedores de salud y población trans asegurar su atención en salud de forma integral y diferenciada, entre otros temas. 

El último documento que fue elaborado y socializado, son los Lineamientos de Atención en Salud para Personas Trans, los cuales ya fueron socializados en cinco departamentos de Guatemala: Quetzaltenango, Escuintla, Suchitepéquez, Izabal y Guatemala, facilitada por la participación activa de la sociedad civil (Colectivo Trans-Formación, Otrans Reinas de la Noche y Redmmutrans), el Departamento de Capacitación del MSPAS (DECAP) , el Instituto de Nutrición de Centroamérica y Panamá (INCAP), el Programa de Salud Mental del MSPAS, el Departamento de Promoción y Educación (PROEDUSA) y la Unidad de Género de la Salud del MSPAS. La Dra. Yusimil afirmó que “estos lineamientos son el protocolo de atención donde hospitales, centros de salud y puestos de salud tienen que regirse para brindar los servicios de salud con calidad y calidez que merece la población trans, como parte de este derecho a la vida, este derecho a la salud que forma parte de los derechos humanos para la población mundial”.

Estos lineamientos le dan la posibilidad a todas las personas que brindan servicios en los centros de atención médica, “desde el que limpia el piso, al que te ve en el laboratorio, el que te hace un examen de ultrasonido, una radiografía, acompañantes, otros pacientes, todo el personal que labora en estas instituciones, y les enseña cómo proceder de la manera más adecuada en el trato de las personas trans cuando vienen a solicitar un servicio de salud”, refirió Yusimil.

Sobre la atención médica que la doctora Yusimil brinda, refirió que más que una clínica, es un espacio de evaluación integral (biopsicosocial) donde son partes fundamentales la familia, amigos, compañeros de trabajo o estudio, parejas sentimentales, que los apoyan y que, por supuesto, no los violentan. “Aquí se les educa, lo más importante, independientemente de recibir la atención, es la educación, formar parte de la esperanza de que un día puedan caminar con la frente en alto, porque no significa que por el hecho de ser trans o de la comunidad, sea portador de VIH-SIDA”.

La Dra. Yusimil nos refirió además que el trabajo del colectivo de Hombres Trans “Trans-Formación” no se centra solamente en la atención adecuada y diferenciada en salud para personas trans. Además realizan, como equipo de trabajo, acompañamiento legal (denuncias por violaciones de derechos humanos, cambios de nombre), informar para fortalecer a la base comunitaria, siendo eslabón fundamental para el crecimiento y desarrollo de la población trans, programas de formación, investigación, desarrollo e integración social, entre otras actividades.

En el colectivo Transformación se desarrollan temas de Derechos Humanos, entre otros. Foto: Cortesía Trans-formación 

La medicina y el amor

La Dra. Yusimil es actualmente la pareja de Alex Castillo, hombre trans cofundador y coordinador general desde hace 11 años del Colectivo de Hombres Trans Trans-Formación.  Contó que antes de ser pareja, ellos eran muy grandes amigos y que cuando él decidió empezar con su proceso de desarrollo de su identidad sentida, se lo comentó. “Yo era una ignorante con respecto a la materia. No criticaba, pero tampoco conocía”.

Junto al inicio del proceso de Alex, comenzó a desarrollarse un lazo amoroso entre ambos. Yusimil dijo que la unió el amor y que eso la motivó a que cada día obtuviera más información y llegara a ser la profesional en medicina transgénero que es hoy. 

En su afán por conocer y formarse en el tema, la médica se contactó con la WPATH.  y recientemente “publicaron   la 8va Edición donde está plasmado del pi al pa qué tenemos qué hacer los profesionales de la salud con respecto al acompañamiento, a la ayuda y al cuidado afirmativo de género, a través de las diferentes matices que se expresan en los estándares o las normas de atención que allí se plasman”, compartió contenta Yusimil. 

Actualmente, la médica está completando su experticia en medicina transgénero en una universidad española. “Todo esto me lleva a la conclusión de que cuando queremos, podemos y si podemos, ayudamos, y si ayudamos, salvamos vidas”. 

Es muy común, mencionó Yusimil, que profesionales de la salud no acepten que existen personas  trans, o no quieran incorporarse al gran equipo multidisciplinario que se necesita para llevar los cuidados afirmativos de género que solicitan estas poblaciones, y que lo más importante es el respeto a su identidad de género.

El irrespeto a esa identidad es lo que más sufren los hombres trans, porque por diversas situaciones no han podido completar su transición médica o no han podido ni siquiera completar la transición legal, que es el cambio de nombre en el Documento Personal de Identificación (DPI), “Entonces, lo ven llegar vestido de mujer o de hombre y simplemente la nombran o lo nombran por el nombre que tiene el DPI, y eso no es respeto a la identidad de género y forma parte de los propósitos de los lineamientos de salud”, afirmó Yusimil. 

Además, exigió que hay que preguntarles cómo le gusta que le nombren, o cuando lo ven como hombre y entrega su DPI que dice “mujer”, cómo le gusta que le nombren, o sencillamente nombrarlo por los apellidos, porque los apellidos no tienen género.

La violencia médica que viven las personas trans se traduce muchas veces en malos procedimientos o diagnósticos equivocados, poniendo su salud en riesgo. Yusimil contó la experiencia que vivió un hombre trans (entre otras que le han evidenciado ), quien fue a realizarse un ultrasonido pélvico como indicación del seguimiento de su estado de salud, “¿Y qué cree? ¡Que le informaron dentro de sus resultados que tenía próstata! ¿A quién le hicieron ellos el ultrasonido? ¿A su cara o a su abdomen?”, contó indignada Yusimil, sobre todo, dijo, cuando él sí está muy masculinizado y como es la rutina y es hombre, le asignaron una próstata.

¿Se hace o se nace?

Para responder a esta interrogante desde el criterio médico, Yusimil mencionó que en la actualidad el ser una persona trans se toma como modismo, como un fetiche, aunque en la antigüedad existían teorías científicas que trataban de explicar las causas posibles relacionadas con la transexualidad. Actualmente esas teorías fueron desechadas, porque patologizaban a la persona trans, “Según los últimos estudios, la transexualidad forma parte de la diversidad y no tiene una causa biológica patologizante ya que desde muy pequeño, incluso durante el embarazo, ese ser nace siendo una persona trans”. 

Mencionó, además, que en la actualidad llevan la atención de 135 hombres trans y el factor común de todos es que durante su niñez y adolescencia sus roles eran masculinos. “No gustaban de las vestimentas femeninas, no jugaban con muñecas, entonces, ¿cómo algo que no es patológico, que no es enfermedad, es un factor común en tantas personas? Es porque sencillamente  nacen con su identidad trans y solamente la debe desarrollar, porque ser una persona trans es ser como cualquier ser humano con identidad cisgénero y sí enfatizar que no es una enfermedad, ni mucho menos un trastorno mental, establecido por la CIE 11 (Clasificación Internacional de Enfermedades más reciente) y el DSM V (Manual Diagnóstico y Tratamiento de las Enfermedades Mentales)”, dijo Yusimil. 

Dentro de esta gran diversidad se encuentran las personas intersex, que son aquellas personas que tienen al mismo tiempo órganos genitales masculinos y femeninos, pero de forma ambigua, no totalmente desarrollados hacia lo masculino o hacia lo femenino.

Según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), existe el derecho a la verdad. “Este derecho está muy relacionado con las personas intersex, porque es una población que durante toda la vida le han ocultado que son portadoras de estas características anatómicas ambiguas de ambos sexos”, dijo Yusimil. 

Yusimil mencionó un estudio realizado en Centroamérica sobre la incidencia de la cirugía genital forzada en poblaciones intersex. “Ocurre con mucha frecuencia, aunque no se evidencie, que cuando nace un bebé y trae esta genitalidad ambigua, masculina y femenina,  los médicos, a veces sin consentimiento de los padres (porque los niños a esa edad no pueden consentir nada), ‘cortan lo que sobra’ y lo que sobra es el crecimiento del clítoris, porque el clítoris en la diferenciación embriológica es lo que se transforma en pene. Cortan y un bebé que quizá quería ser hombre, necesariamente va a ser mujer, aunque sus hormonas al final van a ser masculinas”.

Este estudio demostró que NO existen Protocolos de Atención para las Personas Intersex en los 5 países que participaron: El Salvador, Costa Rica, Nicaragua, Honduras y Guatemala).

Yusimil ha conocido muchas historias de violencia contra las personas intersex. “Conozco el caso de un hombre trans que en su infancia su mamá, día a día, le daba una tabletita y ni él mismo sabía para qué era. Sencillamente le estaba dando estrógenos y hoy por hoy es un hombre trans intersex, lo sometieron a cirugías, sin consentimiento y actualmente es un hombre trans en reconciliación con su identidad sentida, a pesar de todo lo que le hicieron y violentaron”. 

Es por esta razón que la Dra. Yusimil hizo énfasis en la importancia del consentimiento de la persona, esperar a que se desarrolle, a que crezca, a que todas esas hormonas se definan, vaya hacia un género o hacia otro. Debe darse prevalencia a su decisión personal y no realizar cirugías forzadas y no consentidas, “y es muy común", dijo. “Sí existen personas intersex, están ocultas por miedo, por desinformación y tienen derecho a la verdad, a su verdad, porque su verdad es su vida y su vida hay que respetarla por sobre todas las cosas”. 

Respecto al embarazo en hombres trans, la doctora informó que el término correcto a emplear es el de cuerpo gestante, pues de esta manera “respetamos su identidad transmasculina con capacidad y derecho a gestar (bajo los criterios establecidos de la WPATH)”.

La educación es un proceso necesario para generar conocimiento en las personas sobre los cuidados afirmativos del género. Foto: Cortesía Trans-formación 

Los procesos de sanación y autocuidado

La violencia para los hombres trans es ejercida desde muchos espacios. El colectivo Trans-formación realizó el Estudio Exploratorio de Hombres Trans, con una muestra de 50 hombres trans, en el que el 88% de los participantes aseguraron que su identidad de género les hace propensos a recibir violencia y discriminación.

Además, un 65% recibe violencia verbal, y un 63% irrespeto a su nombre y pronombres. Se suman el acoso sexual callejero, el acoso sexual y la violación sexual.

Para Karen Ramos, al habitar su cuerpo, la cruzan otros factores que la hacen vulnerable a sufrir violencia. “Me cruza la negritud, la gordura, es decir, no solo por ser lesbiana, sino que soy una lesbiana negra gorda. Hay muchas violencias alrededor, no solo por lo lésbico”.  

Karen compartió que también ha sido violentada por miembros de su familia extendida, por ejemplo, al tratar de evangelizarla. “Mis tíos, principalmente, pensando en que estoy haciendo cosas malas, me quieren transformar cada vez que me ven. También el tema de no querer tener hijos, que es una decisión política, ha implicado un peso en la familia, el cuestionamiento del por qué y que implica que es lo único a lo que una puede acceder”.

En este contexto, indicó, que se hace necesaria la intervención de procesos de salud mental, sanación y espiritualidad, que den consistencia y entereza a quienes sufren de estos atropellos.

Por su parte, Yusimil aseveró que en el Colectivo Trans-Formación ven al ser humano como un ser biopsicosocial, teniendo en cuenta factores sociales, biológicos y de la salud mental que ocupa un espacio fundamental en este proceso, porque al ser personas que han sido violentadas en las diferentes etapas de la vida, en los diferentes lugares, hogares, escuelas, familias, etc. “Esta misma violencia a la que son sometidos, les hace deprimirse y ponerse ansiosos y les pueden conducir a actitudes suicidas”. 

La médica indicó que en algunos casos, tal cual establecen los estándares de atención para personas trans, no siendo de carácter obligatorio o requisito para el inicio y seguimiento de los cuidados afirmativos de género, referir con el consentimiento e información adecuada a una persona trans para ser evaluada por un especialista de la salud mental, si presentara evidencia científica de descompensación emocional derivada de las violencias a las que pudo estar sometida, haciendo la aclaración que ni los psicólogos, ni los psiquiatras afirman género.

El género lo afirma la persona, con la intención de desarrollar su identidad sentida porque ellos pueden iniciar el proceso de cuidados afirmativos de género sin requerir la autorización o el criterio del especialista de salud mental, que es algo que también sucede. ‘El psiquiatra me tiene medicado y no puedo empezar porque me dice que no’. La determinación es tuya, como persona
— afirmó Yusimil.

Karen es consultora en derechos humanos y trabaja en metodologías para abordar, de manera individual y colectiva, procesos de autocuidado y sanación. Aseguró que lo que ha hecho el sistema capitalista y todos los sistemas de opresión, ha sido quitarnos la identidad espiritual. “Es importante destacar que somos seres que sentimos, no solamente pensamos, y que nos mueven otras fuerzas, dígase energía, dígase universo, dígase Dios y que también necesitamos esa vinculación para tener la calma y la sanación necesaria”.

Ella indicó que la sanación nos acerca a sí mismas, a nuestro descubrimiento, a quien eres y  quién desearías ser, darte la tranquilidad de estar bien contigo misma, reconociendo tus raíces, reconociendo tus formas de existencia. Sobre el autocuidado, Karen se refiere al conjunto de acciones cotidianas que nos permiten estar bien, que nos garantizan bienestar, como comer y dormir bien, por ejemplo. Según su visión, la violencia y la supervivencia nos quitan la calma, pero si tenemos más trabajada la espiritualidad, la calma permanece a pesar de las circunstancias.

En cambio, explicó, la sanación es mucho más profunda, esta permite encontrar dentro, en el interior, el daño o el trauma que ha generado alguna opresión, ya sea en la niñez, por el racismo, por el ser, por la identidad, por el abandono, por la discriminación, por la mala crianza. “En caso de las disidencias sexuales y de género, nos alejamos mucho de la vida, por eso hay suicidios, drogadicción porque queremos dormir esa parte que duele, queremos dormir el dolor”.

A decir de Karen, la sanación es un proceso no lineal y hace uso de herramientas que permiten reconocer el dolor e identificar en dónde está el trauma, para luego soltarlo y liberarse. “Lo que hace la sanación es una intervención en la vida de la persona, para soltar eso que le afecta, soltar el daño, soltar el trauma y reencontrarse con la persona que fuerte, valiente, con los afectos propios que ha podido construir”, enfatizó Karen.

Cuando una persona acude a buscar apoyo con Karen, lo primero es charlar con esa persona para saber cómo se encuentra, qué siente, qué detona esa o esas emociones. “Trabajamos la emoción para aliviar el momento y luego trabajar la emoción que hay detrás, pues las emociones nunca vienen solas, si alguien tiene tristeza es porque detrás tiene algún tipo de ansiedad o emoción de abandono y hay que encontrar la emoción real antes de abordar la tristeza”, compartió.

Karen considera que es importante tener en cuenta las constelaciones familiares para revisar el linaje familiar, “porque no todo es nuestro, hay mucho daño, nuestras abuelas y abuelos no la han tenido fácil, hay varias cosas en los linajes importantes de reconocer y sanar”.

Si eres un hombre trans, buscas apoyo, formación, asesoría legal y atención médica especializada, te dejamos el link de redes sociales del Colectivo Trans-formación, para que puedas contactarte con ellos: 


Violeta Cetino

Soy mujer mestiza, periodista y profesional de la comunicación. Me apasiona contar historias y me interesa un mundo más digno para la niñez y la adolescencia, así como la visibilización de las demandas populares y sectores desfavorecidos de la población.

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