De jueza a embajadora
Por Lucía Escobar
Claudia Escobar Mejía, jurista, doctora en derecho y académica, fue nombrada el pasado 5 de junio por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Guatemala (MINEX) como representante de Guatemala ante la Misión Permanente de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Desde el 2014, cuando puso a temblar al sistema judicial guatemalteco al renunciar a su puesto como magistrada, en protesta por la manipulación en la elección de cortes, Escobar vive en Estados Unidos donde dirigía la organización Be Just, vinculada a la academia y que promueve iniciativas de lucha contra la corrupción y promoción de los derechos humanos.
La OEA maneja una variedad de temas bajo su mandato; seguridad, anticorrupción, democracia y todo lo que se refiere al sistema de derechos humanos interamericano. Promover que las y los guatemaltecos estén bien representados ante esa organización es el trabajo que le espera a Claudia Escobar, “Me corresponde representar y defender los intereses de Guatemala, promover los valores en los que se establece el Estado de Guatemala; la democracia, la libertad, el respeto irrestricto de los derechos humanos”, comentó la jurista a quien el Congreso de los Estados Unidos dio el premio “Democracy Award”, en 2017.
“Aportaré con mi experiencia en los temas en que me he especializado, que son la defensa del sistema de justicia, la promoción de la independencia judicial y tratar de que en los Estados de las Américas, se promueva mayor respeto a los sistemas judiciales como una de las características o requisitos para que las democracias sean sanas. Me gustaría enfocarme en promover mejores herramientas para combatir la corrupción, pues mientras esta exista, no podemos hablar de Derechos Humanos, libertad, seguridad y democracia. La corrupción es un cáncer que destruye todos los sistemas”, aseguró Claudia, y combatirla será una de sus prioridades.
A finales del año pasado, la OEA aplicó un artículo de la Carta Democrática Interamericana a Guatemala, ante las acciones del Ministerio Público contra el Estado de derecho que arriesgaban la transición democrática entre Alejandro Giammattei y el actual presidente Bernardo Arévalo, del partido Movimiento Semilla, gestado durante las protestas del 2015.
La renuncia de la magistrada
“Soy Magistrada y he sido electa para un nuevo período de otros cinco años. Pero ante la gravedad de los vicios en el proceso, por el respeto que merece el cargo para el que fui electa y por respeto al pueblo de Guatemala, después de un largo y doloroso proceso de discernimiento y reflexión, renuncio. Renuncio públicamente al cargo para el que he sido electa, por la única y exclusiva razón que el pueblo de Guatemala tiene el derecho a que sus jueces y magistrados sean TOTALMENTE independientes e imparciales”. El 5 de octubre del 2014, Claudia Escobar Mejía comenzaba así la conferencia de prensa en la que renunciaba públicamente al puesto por el que había competido. Ella, junto con otras juezas y jueces denunciaron las irregularidades en el proceso de elección de magistrados de las altas cortes del país.
En una de esas irregularidades, Claudia fue testigo, grabó el hecho y esto llevó a la destitución del entonces presidente del Congreso, Gudy Rivera, acusado de cohecho activo y tráfico de influencias para intentar beneficiar a la entonces vicepresidenta de Guatemala, Roxana Baldetti a cambio de impulsar la reelección de Claudia Escobar como magistrada.
Por esos delitos, Rivera fue condenado en el 2016 a 13 años de prisión. Este fue uno de los casos emblemáticos que llevó la desaparecida Comisión Internacional Contra Impunidad en Guatemala (CICIG) y también llevó a que la recién electa magistrada renunciara a su cargo y dejara Guatemala por miedo a represalias.
Antes de ese encuentro con el diputado, Escobar estuvo siete años en el juzgado de Instancia Civil y de Familia de Mixco en donde identificó la corrupción que existía en el juzgado, denunciando ante las autoridades del Organismo Judicial y sufriendo las primeras amenazas de muerte que salían de su propio tribunal.
También laboró en la Sala quinta de la Corte de Apelaciones Civil y Mercantil de Guatemala, y fue fundadora y presidenta del Instituto de la Judicatura junto con las juezas Patricia Galdámez (quién renunció recientemente después de 25 años en el Organismo Judicial) y María Cristina Fernández (exiliada).
Una década fuera de Guatemala
Al salir de Guatemala hacia Estados Unidos, Claudia recibió una beca en el Radcliffe Institute for Advanced Study de la Universidad de Harvard. También fue becaria en la Universidad Georgetown y en la fundación National Endowment for Democracy. Es fundadora y miembro de la Junta Directiva de Be Just, parte del Consejo de Integrity Initiatives Internacional (Triple III) y de Transparencia Internacional, Integrity Sanctuary Fellowship; del Comité de Ética de Cátedra Manuel Ballbé, Universitat Autónoma de Barcelona y de la Asociación para una Sociedad más Justa (ASJ) de Honduras. Además de integrar varias redes de mujeres y juristas.
Entre el 2019 y 2020 integró la Comisión Internacional de expertos contra la Corrupción en Ecuador, designada por la UNODC y el presidente de la República de Ecuador para establecer estatutos de la comisión, desarrollar un plan de acción estratégico e implementar actividades.
Tiene experiencia como docente en distintas universidades del mundo. Fue galardonada con el Premio a la Democracia 2017 y reconocida por la Harvard Law School - Women 's Law Association en la muestra "Mujeres que inspiran cambios”, entre otros importantes reconocimientos.
Claudia Escobar y su familia pasaron diez años en el exilio.
En el 2018, la abogada había postulado para regresar a Guatemala con el puesto de fiscal general, pero no fue elegida.
Ahora regresa a la administración pública, pero desde Washington DC y con la esperanza de hacer algo por su país. “Son más de treinta Estados los que integran la Organización de los Estados Americanos, es un reto lograr consensos y ponerse de acuerdo, incluso en temas fundamentales para la región. Guatemala es uno de los Estados pequeños de Centroamérica, pero estamos en el mismo plano que estados grandes como EEUU, Canadá, México o Brasil. Buscaré alianzas con estados grandes que tengan las mismas prioridades y los mismos intereses que nosotros los guatemaltecos”, concluyó.