Yolanda Pérez: Quieren que se repita la prolongación inconstitucional de funciones de los magistrados
Pérez Ruiz considera que el retraso en la elección de cortes se debe a que sectores de poder no quieren que haya renovación de Cortes y buscan que se repita la prolongación inconstitucional de funciones de quienes ostentan las magistraturas actuales, como ocurrió con la Corte anterior.
Por Regina Pérez
Yolanda Pérez Ruiz es una abogada que dedicó gran parte de su vida a la judicatura. Un fallo en la Sala Décima definió el resto de su carrera razón por el que, dice, no llegó a la Corte Suprema de Justicia (CSJ). En 2005 fue electa como la primera mujer presidenta del CANG, fue viceministra de Gobernación y trabajó como consultora para la CICIG, además de dedicarse a la docencia en varias universidades.
A Yolanda Pérez Ruiz le gusta hablar claro. Los que le rehúyen a la prensa, dice sin rodeos, son los que quieren ocultar algo. La abogada siempre abierta a atender a la prensa, una práctica que mantiene desde los días como magistrada del Organismo Judicial.
“Mis opiniones no llevan un sesgo pero suelo ser bastante clara en las cosas que digo. Mis posturas las digo con claridad, más allá de lo que puedan pensar”, indica en la sala de su casa donde recibió a Prensa Comunitaria para hablar sobre las Comisiones de Postulación y su papel en el proceso de elección de Cortes. Eso no significa que diga todo lo que se le cruce por la mente, también es cuidadosa con sus palabras.
Pérez Ruiz fue magistrada de Sala de Apelaciones y la primera mujer presidenta del Colegio de Abogados y Notarios de Guatemala (CANG), en 2005. También fue la primera mujer en graduarse de la Universidad Mariano Gálvez, en 1983. Se considera comprometida con lo que cree. “Siempre he sido así, talvez por eso me llaman bastante para que dé mi opinión, siempre lo digo como creo que debe de decirse, uno debe ser auténtico”, confiesa.
Durante 21 años se desempeñó como jueza, diez de ellos como magistrada. Presidió la Sala Décima e integró la Sala Tercera. “Le decían la saladísima porque todos los casos difíciles llegaban ahí”, recuerda.
Siendo magistrada en la Sala Décima dictó una resolución que marcó el resto de su carrera. En 2003, falló en contra de la inscripción presidencial del general Efraín Ríos Montt, por la prohibición constitucional de quienes han encabezado un golpe de Estado. Ese hecho, dice, fue la razón por la que nunca fue y será magistrada de la Corte Suprema de Justicia (CSJ). Fue un “cobro de factura”, “Pero la factura la tenía que pagar y la sigo pagando”, dijo.
“Yo creo que podrá llegar cualquiera a la Corte Suprema pero quien no va a entrar nunca voy a ser yo”, agregó.
Pérez Ruiz participó en varios de los procesos de elección a magistrada de Salas y Corte de Apelaciones y nunca fue seleccionada. “Lo hacía con espíritu deportivo, porque yo sabía que no iba a quedar, lo que quería dejar claro es que sí había gente que podía ocupar una magistratura y que no cualquiera podía ser electo para ser magistrado”, dice. Sin embargo, llegó un momento en que ella dijo “hasta aquí”.
“El proceso hay que blindarlo de sinvergüenzas”
La abogada se especializó en Ciencias Penales en Costa Rica y estudió un doctorado en Sevilla, España “pero no en la Universidad de Sevilla como los que estaban patrocinados sino en la Pablo de Olavide” aclara y una maestría en Ciencias Sociales en la Universidad Francisco Marroquín.
Ejerció la docencia en la Universidad de San Carlos, la Mariano Gálvez y la Da Vinci. Trabajó como consultora jurídica de la Comisión Internacional contra la Impunidad (CICIG) y fue viceministra de Gobernación en el sector justicia. También administró un proyecto de la Unión Europea sobre seguridad y justicia.
Pérez Ruiz nació en la ciudad de Guatemala, su padre era mecánico y su madre era modista. “Es la persona más importante de mi vida”, dice sobre ella. Es “televiciosa”, le gusta leer, viajar, escribir, la música y una de sus pasiones es la docencia. “También los deportes, jugué basquetbol, softbol, a los 40 años aprendí a jugar tenis con mis sobrinos, ahora por limitaciones físicas ya no puedo hacer tanto pero sigo haciendo ejercicio”, comparte.
Se reconoce como una “fanática de los museos” y dice que a la gente se le conoce yendo a los cementerios, iglesias y mercados. “Me encanta comer en el mercado”. Se define como apasionada por la comida guatemalteca. Si bien se retiró en 2020, nunca lo ha hecho del todo. Los problemas de salud la obligaron a hacerlo. “Los trabajos que tuve fueron de mucho estrés”, dice. Pero eso no significa que no siga activa. “Creo que me estoy desaprovechando”, expresó.
A sus 76 años dice que no ha conocido una Guatemala pacífica. “¿Sabe cuál es la diferencia que encuentro? El descaro de los de ahora, antes nos mataban, a mi mamá le pasó un disparo a 50 centímetros del cuerpo, no la querían matar, pero era una forma de disuadirme”, narra.
Ahora no. “Lo mataban a uno y se acabó. Pero ahora te meten presa”. El juez es cómplice del MP y del querellante. Prolongan el sufrimiento de las personas “y en esa prolongación del sufrimiento está su éxito. Es lo que pretenden, porque la están torturando, no terminan con usted, la vida, pero emocionalmente la están fusilando”, indicó.
Sobre el proceso de elección de magistrados de las altas Cortes señala que “hay que blindarlo de los sinvergüenzas”. Para la abogada, el problema no es el procedimiento, sino las personas.
Una de las razones por las que el trabajo de las Comisiones de Postulación se ha retrasado, dice, es porque buscan nuevamente repetir lo que sucedió en 2019, que magistrados continúen en sus cargos a pesar de ser inconstitucional. “Prolongarse en las funciones es delictivo”, advierte.
En el actual panorama nacional, ¿Cómo describiría lo que está sucediendo en la elección de Cortes?
Es la crónica de una obstaculización al proceso de elección de Cortes anunciada. No teníamos la certeza y se tuvieron algunas expectativas positivas, en tanto se eligieron como presidentes de ambas Comisiones a personas diferentes al rector de la San Carlos (Walter Mazariegos) que era repudiado por la sociedad civil. Las posturas que anunciaron los rectores, presidentes de las Comisiones, fueron esperanzadoras en cuanto a independencia y transparencia. Por otro lado, también el anuncio de que la sede iba a ser la Universidad Rafael Landívar, que se constituya en un lugar neutral, también causó muchas expectativas.
Ahora no tenemos necesidad ni de recurrir a testigos o a pruebas de otro tipo, porque la prensa es la que ha trasladado, aparte de las personas que van a observar y que en diferentes medios alternativos nos lo informan, que todo lo que nos temíamos de obstaculización está sucediendo. Creo que estamos, no en un momento difícil, sino en un momento tan crítico como fue crítico el momento en que se obstaculizó o se pretendió obstaculizar la toma de posesión del presidente.
Es tan grave políticamente una cosa como la otra, porque estamos hablando de uno de los poderes del Estado. Si no hay independencia de las Cortes, olvídese de hablar de democracia. Y eso lo hemos podido ver durante mucho tiempo en el cual se ha manipulado la ley y no solo la ley, sino lo más vergonzoso, se manipula la Constitución para obtener resultados que son favorables a determinados grupos y en los cuales ha sido evidente que parte de la judicatura está a las órdenes de esos sectores de poder que pretenden eternizarse en el mismo y que hacen que Guatemala sea muy mal conocida en el exterior. Tanto es así que en el exterior cualquier proceso, como el peruano, en el cual el MP interviene en situaciones políticas se le ha denominado la guatemaltequización de una situación nacional.
A su criterio, ¿a qué se debe el retraso en el trabajo de las Postuladoras?
El retraso en las postuladoras se debe a que no se quiere que lleguemos a tener nuevas Cortes y que haya una repetición de la inconstitucional prolongación de funciones de los magistrados actuales, así como ocurrió con la Corte anterior. E insisto que es inconstitucional porque los plazos que señala la Constitución son fatales y prolongarse en las funciones es delictivo lo cual quiere decir que tanto la CC, como el Congreso anterior, como los postuladores están incurriendo en una violación a la Constitución.
¿Qué vías o salidas existen para desentrampar el proceso?
Lo que puede existir, que desafortunadamente la sociedad guatemalteca no tiene la receta y ninguna receta va a ser fácil, depende de los actores. Por supuesto, la ciudadanía puede presionar de diferentes maneras. Pero manifestar nuestra inconformidad ante esa situación que únicamente lleva al trasto toda la situación en Guatemala y que nuestra incipiente democracia no se pueda desarrollar.
Ya de por sí la situación de que tengamos un presidente electo democráticamente, tiene las manos atadas. Entonces, aunque pretenda muchas cosas y muchos cambios, quién sabe qué futuro tienen esos cambios en tanto puedan hacer sentir agredidos a todos esos grupos oscuros que pretenden mantener la impunidad y la corrupción como la realidad oficial en Guatemala.
Es tremendamente difícil tomar medidas legales, que sería lo lógico, si todo está cooptado. Quienes tendrían que iniciar las persecuciones, que plantear antejuicios, que activar la acción de la justicia, no lo van a hacer. Desafortunadamente hemos llegado a esa certeza.
Y por otro lado, existe en la sociedad o en gran parte de ella una indiferencia ocasionada por la decepción de que el sistema no funciona y de que casi nunca ha funcionado. Hay momentos muy identificables en la historia del país en la que se ha logrado revertir alguna de esas situaciones tan dramáticas, pero no es constante. No somos un Estado de derecho, sino todo lo contrario.
Se habla de que hay que tener estabilidad en el país pero no hay estabilidad si no se observa la ley, la Constitución que es el pacto máximo que ha hecho la sociedad guatemalteca para vivir en paz. Pero si no tenemos eso, gran cosa no se puede hacer, nada más que manifestarse en contra de esa situación.
¿Cuál sería el interés de llevar la sede al Palacio de Justicia? Ya los presidentes de las Comisiones indicaron que el lugar no es adecuado.
La sala de vistas tiene dos entradas y dos salidas. Una a la derecha y otra a la izquierda. Ellos pueden ordenar, cualquiera puede ordenar o los mismos comisionados pueden pedir que cierren la puerta porque se sienten amilanados como ha ocurrido en tantos procesos y jueces y partes han cancelado las audiencias porque dicen “tengo miedo, me siento amenazado”.
Pues lo mismo van a pedir cerrar la puerta, entonces no va a haber transparencia, va a ocurrir cualquier negociación, cualquier cosa a espaldas nuestras que somos los patrones de todas esas gentes.
Por otra parte, qué garantía se tiene que toda la documentación que presenten los candidatos va a estar bien resguardada y no va a ser objeto de manipulación. Esa manipulación es real porque ya se dio en el pasado. Alguien que pretendía ser magistrada a la Corte Suprema no le gustó su evaluación, porque no entraba en el listado, vienen, la cambian en la noche, pero afortunadamente se dieron cuenta y al volver a revisar le volvieron a bajar la nota. Pero no pasó nada, y eso es un delito.
Ese es nuestro gran problema. Pasan las cosas en Guatemala pero no hay consecuencias. La razón por pensar que ahí no hay seguridad tiene bases. Porque hay un gran sector de las Comisiones de Postulación, que ha sido evidente, que hacen todo lo posible por retrasar y si no logran retrasar mucho más, van a recurrir a otras medidas. Hay desconfianza.
Por otra parte, no puede ser en la CSJ porque es un espacio inadecuado y el presidente de la Corte, el magistrado Cruz dijo “no se puede. No se puede porque es inadecuado y porque no tenemos dinero para eso”. Entonces ya no es ni siquiera objeto de discusión tal situación. Por otra parte los argumentos empleados para pensar que pueda ser en la Corte Suprema son absolutamente fuera de lugar, impropios, poco inteligentes.
Los señores postuladores aceptaron un cargo y lo aceptaron con sus consecuencias. Eso quiere decir, que si no pueden asistir a sus audiencias, tienen que nombrar a alguien. Los magistrados también lo sabían, pero ellos por ley puede ser suplidos por alguien que ha sido electo especialmente para eso. El tema de que es un lugar muy lejos, ¿Qué no es lejos en Guatemala? Los argumentos legales son tan risibles que no valen ni comentarlos.
Este sería el cuarto proceso que se realiza bajo la Ley de Comisiones de Postulación y todos estuvieron viciados. ¿Es hora de promover un nuevo procedimiento para elegir la nómina?
Nuestro problema es de personas, no de procedimientos. El procedimiento per se les da representatividad a muchas partes. Lo único que yo cambiaría en el procedimiento es la elección por el Congreso. Lo que pasa en el proceso es que ha sido viciado para servir de herramienta y colocar a las personas más permeables o que ya están comprometidas para mantener la corrupción y la impunidad en el país.
Y no es raro ver cómo se presentan cientos de expedientes que hacen inviable un procedimiento de evaluación y que contenga entrevistas y que nos brinde la posibilidad de establecer quienes son los mejores.
En Guatemala se discute qué es la reconocida honorabilidad. Cuando cualquiera, aunque no haya tenido acceso a la escuela, sabe que es la reconocida honorabilidad. No es lo que digo yo, no es lo que dice un papel, es lo que la gente que me rodea dice de mí. Si la gente que me rodea dice de mí “es una sinvergüenza”, mi honorabilidad no está reconocida, aunque yo lo diga. O si no dicen nada porque soy gris, porque no he hecho nada, tampoco soy honorable de manera reconocida. Y si utilizan ese tipo de artilugios y que se llegue a aceptar como prueba de la reconocida honorabilidad que no tengo antecedentes policiacos o penales, lo que no tengo son antecedentes. Pero no se puede probar con ello reconocida honorabilidad. ¿Por qué? Porque eso es una percepción de la gente.
Y eso fue lo que dijo uno de los presidentes de las Comisiones, que ellos tuvieron que establecer que el clamor popular decía que uno de los rectores no era honorable y por lo tanto no podían apoyarlo. Más claro que eso no hay. Pero insisto en que todos estos procedimientos han sido amañados para obtener resultados que sean más convenientes para determinados sectores que son para mí los señores de Xibalbá.
¿Y siempre se han encontrado estas maneras de pervertir los procedimientos?
El problema actual es que hay tal descaro, es tan obvio y notorio lo que se está haciendo, es que ser sinvergüenza en Guatemala ya es una virtud. Ser poco honesto, es una virtud, somos tontos los que no robamos, los que no nos vendemos y por eso insisto no es tanto problema de cambiar procedimientos, es cuestión de personas.
Aunque si el procedimiento no ha dado resultados, hay que blindarlo, hay que reformarlo, hay que repensarlo de determinada manera. Pero mientras sean estos seres humanos los que manejen las cosas seguiremos teniendo el mismo resultado. Hay que blindarlo de los sinvergüenzas. Hay que procurar la excelencia profesional que es la consecuencia de la excelencia en la enseñanza por las Universidades. Si usted saca como que fuera producción en línea los abogados, va a tener los abogados que tenemos. Dicen cada cosa y hay interpretaciones de la ley que si fuera a litigar, yo tendría que volver a cursar la carrera.
¿Se ha politizado este proceso?
Este siempre ha sido un proceso politizado. Desde el momento en que un ente político como el Congreso de la República tiene la ultima palabra. Cuando tengamos un procedimiento en el cual la elección va a depender de los méritos y de las ejecutorias de los que se presentan para ser considerados a la magistratura, en ese momento estaremos hablando de otra cosa, no vamos a tener la perfección tampoco. Se va a colar más de uno, como en todas partes del mundo. Pero sí tiene que ser un proceso más exigente.
No basta ser abogado para ser un buen magistrado. Hacen falta muchas cosas, así como hablando de medallas y olimpiadas, el maratonista no va a ser buen corredor de los 100 metros o viceversa. Insisto que el elemento humano es fundamental en cualquier cambio, ya sea de parte de los que pedimos el cambio o de parte de los que tienen que hacer el cambio.
¿Qué opina del hecho de que algunos comisionados quieren limitar el trabajo de los medios de comunicación que publican las críticas que se emiten contra ellos de manera pública?
Es parte de ese sistema corrupto o propiciador de la corrupción, que en sí mismo ese actuar es corrupto. Yo creo que el solo hecho de negarle la entrada a la prensa a esos espacios ya da qué sospechar. Porque es evidente que están violando el derecho a informar y el derecho que tenemos los ciudadanos de ser bien informados.
Y por otra parte, esta intención se ensambla con otra petición, hubo una petición de uno de ellos que por qué sortear los expedientes. Que mejor el secretario los repartiera, cuando el sorteo se hace precisamente para tratar de evitar los compadrazgos y el repartir con dedicatoria los expedientes. Y ahí se va en doble sentido. Acepto los que me convienen y rechazo los que no me convienen.
No es tanto que limiten el ingreso a la prensa pero hay un comisionado del CANG que propone que se limite que los medios publiquen los señalamientos.
De todos modos es cerrarles las puertas. ¿Cómo va a tener la prensa vedado el informar cuando en Guatemala existe y es un derecho la libertad de expresión, la libertad de pensamiento? ¿En dónde está la transparencia del proceso que les permita hacer y deshacer sin que la prensa- estando de cuerpo presente, es un convidado de piedra, mejor no fuera-, no pueda hacer su trabajo? Esto lo único que hace es hacer más evidente ese deseo de seguir con maniobras inconfesables dentro del proceso.
¿Existe el peligro de que no se renueven las Cortes y qué implica si se da este escenario?
Sí, hay peligro de que no se renueven las Cortes. Aunque no sé si sea mayor ese peligro que el que estén esperando llegar a un determinado momento donde tengan que correr para elegir las Cortes y eso haga más fácil el poner en los listados a cualquiera.
Sabemos que en septiembre tienen que estar los listados en el Congreso. Estamos en agosto. Tendrían un mes prácticamente para esto. ¿Qué consecuencias tiene? Pues dejar cojo al Estado, por una parte, porque no habría Cortes, porque los que están se tienen que ir. Es improrrogable el mandato y, ¡por Dios!, dicen que hay antecedentes en esto. En la interpretación de la Constitución no hay antecedentes. Hay una prohibición tácita de que prorroguen su mandato los magistrados y los jueces. Tienen 5 años que son fatales porque son improrrogables, por lo tanto, no tendríamos Cortes. Y por lo tanto un colapso total en el sistema porque no habría quien administrara justicia.
Dos comisionados señalaron que el grupo de magistrados de la CSJ y de Salas son los que están entrampando el proceso y hay un señalamiento directo a Wilber Castellanos. ¿Qué opina de este señalamiento a magistrados?
Es parte del juego. Señalamientos siempre van a haber. El asunto está en que si a mí me señalan como culpable de algo, aunque sea bueno, lo que están pretendiendo es intimidarme, si soy bueno. Si soy de los malos no quiero que se diga para que no sea más evidente que soy de los malos.
Lo único que están haciendo al entrampar el proceso es querer que se prorroguen los mandatos de la forma inconstitucional e ilegal como se ha estado haciendo. Lo cual también es un delito contra la Constitución. Se sienten tan impunes, tan apoyados que no va a pasar nada. Creo que los otros comisionados también incurren en responsabilidad al no poner un hasta aquí a situaciones como estas que se están viviendo y que los que intervienen en las reuniones, todos los que intervienen se repiten unos a otros y no hay disciplina dentro del funcionamiento de las Comisiones.
Los magistrados actuales fueron electos en noviembre pasado, muchos señalan que es a ellos a quien menos les conviene que se renueven las Cortes?
Yo diría que no es a quien menos les conviene. Sino quienes más se benefician personalmente de esto. Son los evidentes, van a seguir ganando, pero quienes se van a beneficiar son quienes hacen posible que se vuelvan a quedar. Porque entonces están en deuda y lo van a deber toda la vida. Yo creo que es parte de la maniobra.
Esto es algo que han estructurado tan burdamente pero que está estructurado para que funcione así. Es un guion el que hicieron. Es como si tuvieran mentes diabólicas pensando en que cosa inexplicable hacen para seguir entrampando el proceso. Y le decía antes, yo no sé si es tan peligroso la no elección de Cortes como que elijan a los mismos de siempre y que sigamos sin poder avanzar. Esto que fue una esperanza se está convirtiendo en el anuncio de otra desgracia para el país.
Un magistrado propone que el reglamento interno de la Comisión de Postulación que declare en reserva el proceso de selección y expedientes de los postulantes.
Más de lo mismo. Ha sido ir cambiando de propuestas para dar la impresión de que no son inflexibles, de que no están metidos en una sola cosa, sino que quieren ayudar a que el proceso salga. Es tanto como pretender que la prensa se calle determinadas cosas. Es como pretender ir a otro lado, como que no nos importe la seguridad del proceso, no acelerar el proceso. Es poner trampas.
Aquí lo único importante es que el proceso tiene que seguir y de repente tenemos la gran fortuna de que en tan poco tiempo puedan postular a más gente idónea, proba e independiente. Porque de otra manera, otros cinco años con una justicia que no es justicia, denegando el derecho a todos los ciudadanos a vivir en paz.