En Argentina las recolectoras: de la calle al sindicato de camioneros

Fotografía: LATFEM

Por: Tali Goldman

De la larga lista de trabajadorxs que fueron los eslabones fundamentales para sostener la cuarentena, entre médicxs, enfermerxs, trabajos vinculados a la farmacia y la alimentación, lxs recolectorxs de residuos también fueron incluidxs en las tareas esenciales. Y si bien es un trabajo masculinizado, hay un grupo muy pequeño de mujeres que vienen desarrollando estas tareas desde hace muchos años. Es el caso de Soledad, quien trabaja desde 2005 en la empresa AESA y fue parte de la segunda camada de mujeres en ingresar a la empresa. La primera fue en 2002, pero la inserción de las mujeres en este rubro data de la década del 90.

Soledad realiza su tarea en la zona de Belgrano y junto a ella hay otras 29 compañeras que trabajan de manera efectiva. Con la pandemia trabajan sólo 14 porque las otras 15 pertenecen a la población de riesgo o son jefas de hogar. La rutina de trabajo cambió: “La empresa tomó varios recaudos. Nos redujeron la jornada laboral y nos dividieron los turnos para que no haya aglomeración en la base”, cuenta Soledad a LATFEM. Si bien en un principio no les dieron elementos de higiene, con el reclamo de lxs trabajadorxs esto cambió: “En un principio no tuvimos barbijos, ni guantes ni cofias, pero hoy ya sí, la empresa nos provee de todos esos elementos y nos toman la temperatura antes de entrar. Están todo el tiempo preguntándonos ante el menor síntoma”.

Si bien es un trabajo que en su mayoría está hecho por varones, Soledad cuenta: “siempre sentí que nuestros compañeros nos contuvieron, nos ayudaron, nos apoyaron en todo sentido, nunca sentimos discriminación alguna. Nunca sentimos que nos dejaran de lado porque por ahí se sintieran amenazados por nosotras. Siempre sentimos la contención de ellos, el apoyo, el respeto”. Pero la verdadera batalla estuvo en conquistar derechos exclusivos para las trabajadoras. “Al principio nos costó con la empresa porque no estaba acostumbrada a tener mujeres laburando en la misma tarea que realizan los hombres. Y ahí fue que entramos al Sindicato de Camioneros y empezamos a luchar por nuestros derechos dentro de la empresa”.

Una vez dentro del sindicato liderado por Hugo Moyano comenzaron a conseguir beneficios “empezando porque logramos tener una delegada mujer de nuestro sector, eso fue algo muy importante. Después también con respecto a la ropa. Nosotras antes usábamos la ropa de los varones porque es una ropa universal pero nosotras sabemos que la ropa de un hombre no es lo mismo que la de la mujer. Y ahí dimos la pelea y logramos conseguir que incluso siendo pocas, la empresa nos respete y nos haga ropa exclusivamente para mujeres. Pero lo más importante que conseguimos con la lucha fue que nos dieran una base física, un espacio para nuestra comodidad”. Con base, Soledad se refiere a un espacio físico con baños, algo que hasta ese momento no tenían. Si querían ir al baño tenían que pedir a algún comercio que les preste sus instalaciones. En muchas empresas todavía no existen estas bases. “Con mucho sacrificio logramos conseguir que la empresa nos alquile un espacio en la zona de Belgrano y hasta el día de hoy seguimos ahí”. Otra de las conquista fue conseguir para ellas también las horas extra. Antes solo los varones podían tener ese “beneficio” que implica, por supuesto, trabajar más pero cobrar también acorde. “Todo esto nos hace sentir muy orgullosas de lo que pudimos conseguir gracias al trabajo en equipo y a nuestra delegada”.

Fotografía: LATFEM

Las pioneras

Las primeras recolectoras entraron a trabajar en la década del 90 en el municipio de La Plata. “En ese momento eran solo hombres los que trabajaban, pero el municipio decidió contratar mujeres, principalmente porque en ese momento el barrido era un trabajo en el que se cobraba el mínimo. En ese tiempo el rubro de la construcción empezó a tener mucha más fuerza entonces la mayoría de los hombres se fueron a trabajar en esa actividad”, recuerda a LATFEM Laura Córdoba, secretaria de la Mujer del Sindicato de Camioneros: la primera mujer en ocupar un cargo en la comisión directiva de ese sindicato desde 2007.

En principio eran alrededor de 150 mujeres haciendo esa tarea pero se fueron yendo. “Hubo muchos problemas, era muy especial el sector de barrido. Están muy expuestas a la calle. Es un trabajo bastante sacrificado. Por ejemplo en algunos lugares tienen que generar ellas confianza con algún negocio para poder ir al baño. Por eso para ellas todavía se respeta el día femenino. Es la única actividad que Camioneros da ese día a las mujeres porque son las que no están en condiciones de estar en un establecimiento con todas las comodidades que un trabajador debe tener, porque no tienen un espacio donde poder higienizarse”, remarca Córdoba.

En cuanto a la inserción de las mujeres en el mundo del Sindicato de Camioneros, fue creciendo a raíz de la misma organización: “Creció a partir de Logística, donde estamos la mayor parte de las mujeres trabajadoras. Correo es otra actividad y son muchas las mujeres que están realizándolo y si bien hoy tenemos algunas conductoras choferes, son pocas las que se animan”.

Desde que Laura asumió la secretaría creada ad hoc en 2007, el área creció mucho. Se sabe, no es cualquier sindicato: en ese edificio de la calle San José en el barrio de Constitución se sienta uno de los hombres más poderosos no solo del sindicalismo sino de la política argentina. Sin embargo, “Laurita”, como la llama Moyano, se ganó su confianza. “Fuimos avanzando, las compañeras estamos ocupando varios espacios dentro de la comisión directiva y por fuera. La realidad es que se pueden hacer más cosas todavía, pero todo tiene su tiempo, su momento. Siento que falta más compromiso de muchas. Esto es como todo. Y si bien esto pasa en todos los espacios, tal vez en nuestra organización se pueda ver más porque somos un mínimo de mujeres. Lo importante es que las compañeras que están poniéndole gana y fuerza no abandonan la lucha. Y bueno, siempre se va dejando algo para las que vienen”.

Título original: Las recolectoras: de la calle al sindicato de Camioneros

Fuente: https://bit.ly/3tcMDxY

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RUDA surgió en 2017 entre reuniones e ideas del consejo editorial de Prensa Comunitaria bajo la necesidad urgente y latente de tener un espacio digital en dónde evidenciar, publicar y visibilizar las luchas de las mujeres.

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