Los cuidados, una labor pocas veces remunerada y asignada a las mujeres
Escrito por Jasmín López
El trabajo de cuidados es esencial para la vida y la economía de los países. Es realizado en su gran mayoría por mujeres, adolescentes y niñas, quienes ven limitadas sus oportunidades de empleo y formación en largas jornadas con poca o ninguna remuneración.
Por Jasmin López
A las siete de la mañana, Liseth ya está levantada, haciendo el café, licuando los frijoles, friendo los huevos en la estufa, para que sus padres puedan desayunar antes de las 8:00 horas. A sus 98 años, ambos necesitan que les sirvan la comida, les recuerden tomarse sus medicamentos y estén pendientes de ellos durante todo el día. Este trabajo recae exclusivamente sobre Liseth, quien es la menor de cinco hermanos. Además de atender a sus padres, tiene que lavar la ropa, limpiar la casa y comprar la despensa.
Por hacer su trabajo, una persona cobraría alrededor de Q2 mil 800 por cada uno de los ancianos, estima Liseth. Ella lo hace gratis. Su jornada no tiene salario, fines de semana ni días festivos.
En promedio, las mujeres guatemaltecas ocupan seis horas al día en tareas por las que no reciben ningún salario, según datos de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida (ENCOVI), de 2023. Este estudio sobre el Uso del Tiempo en Guatemala presentado por el Instituto Nacional de Estadística (INE), a través de su Unidad de Género, muestra que un 70.8 % del tiempo de las mujeres se destina a cocinar, limpiar, lavar la ropa, cuidar infancias, mascotas, personas enfermas, ancianas o con discapacidad, y en decenas de otras actividades que la Organización Internacional del Trabajo (OIT) define como trabajos de cuidados.
Cada 5 de noviembre se conmemora el Día Internacional de las Personas Cuidadoras, una fecha que busca reconocer su labor y también un sistema de cuidados justos para quienes atienden a otras personas sin remuneración.
El trabajo de cuidados es esencial, imprescindible e interminable. La teórica feminista Silvia Federicci, señala que “es el trabajo que permite todas las otras actividades laborales”.
En Guatemala, esta labor representa un 19 % del Producto Interno Bruto, según estimaciones del Instituto Nacional de Estadística, de 2011. Un 3.5 % es realizado por hombres, mientras el 15.5 % restante lo aportan las mujeres.
La brecha del cuidado
Todos los estudios muestran una marcada desigualdad en la repartición del trabajo de cuidados, especialmente el que se realiza sin paga. Datos de la ENCOVI muestran que los hombres realizan, en promedio, 2.7 horas de trabajo no remunerado al día, menos de la mitad que las mujeres, a pesar de que sus jornadas de empleo son casi las mismas: 7.4 para las mujeres y 8.1 para los hombres.
En las áreas rurales, la diferencia es aún más marcada. Las mujeres hacen 6.2 horas de trabajo de cuidados no remunerado y los hombres 2.5 horas, frente a las 5.9 horas y 2.8 horas que realizan las mujeres y hombres de las ciudades. Otra variación se observa entre los pueblos indígenas y afrodescendientes: el 73.7 % del tiempo de las mujeres se va en el trabajo doméstico y de cuidados, frente al 20.8 % que dedican los hombres.
La ENCOVI encontró, además, que los departamentos con brechas de tiempo y labor más grandes son Huehuetenango, Quiché, Totonicapán y Baja Verapaz.
Esta brecha se extiende también al empleo. De acuerdo a datos del estudio “Cuidando a los cuidadores: el panorama del trabajo de cuidados remunerados en América Latina y el Caribe”, del Banco Interamericano de Desarrollo, en esta región hay 8.9 millones de cuidadores remunerados, de los cuales un 95 % son mujeres. El cuidado de infancias es el sector que tiene mayor demanda, con un 5.8 millones de trabajadoras.
Acceso al empleo
Alrededor del mundo, la carga de trabajo doméstico y de cuidados es el principal impedimento para que las mujeres puedan acceder a un empleo remunerado. El estudio del 2024, "El impacto de las responsabilidades de cuidado en la participación de las mujeres en la fuerza laboral", de la OIT, encontró que el 45 % de las mujeres encuestadas se encuentran fuera del mercado laboral por esta razón. Para los hombres, la causa principal fueron los estudios, enfermedades o una discapacidad.
Esto afecta, aproximadamente, a 748 millones de personas de 15 años en adelante, siendo 702 millones, mujeres, según el estudio de la OIT.
Pobreza y desigualdad
La Organización de las Naciones Unidas indica que la división desigual de los trabajos de cuidados no remunerados o mal pagados es “uno de los principales impulsores de la desigualdad de género y la pobreza”.
Esta carga de trabajo limita enormemente el tiempo de trabajo remunerado, estudio y ocio de las mujeres, adolescentes y niñas, cerrando sus oportunidades de desarrollo e independencia.
ONU Mujeres propone las siguientes medidas para revolucionar el trabajo de cuidados:
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Reconocer la importancia de esta labor en la sociedad.
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Colaboración equitativa de las labores de cuidados en los hogares y comunidades.
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Destinar recursos a los sistemas públicos de cuidados.
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Asegurar la representación de las y los trabajadores de cuidados, así como de las personas que necesitan estos servicios.
El pasado 29 de octubre se conmemoró el Día Internacional de los Cuidados. En el marco de esa fecha, embajadoras y representantes permanentes ante la Organización de Estados Americanos (OEA) de Costa Rica, Alejandra Solano; de Panamá, Ana Irene Delgado; de Guatemala, Claudia Escobar; de México, Luz Elena Baños; de República Dominicana, Mayerlyn Cordero; las embajadoras y observadoras permanentes de España, Carmen Montón; y de Francia, Céline Giusti; y la secretaria ejecutiva de la Comisión Interamericana de Mujeres (CIM), Alejandra Mora, hicieron un llamado a los países a invertir en los cuidados ya que debe ser un asunto público y compartido.
Los cuidados son "la gran obra colectiva que sostiene la vida cotidiana en las Américas", un "cimiento humanizador", construido mayoritariamente por mujeres, "que hace posible la vida en familia, la vida comunitaria, el funcionamiento de la economía y del planeta entero", afirmaron las diplomáticas.
Hace unos meses, la Corte Interamericana de Derechos Humanos (Corte IDH) reconoció que cuidar, ser cuidado y cuidarse es un derecho humano autónomo. "Reconocerlo como derecho permite ordenar prioridades, asignar recursos y medir resultados con estándares comunes, en lugar de políticas dispersas y de corto alcance", señalaron las embajadoras.
Por último, las diplomáticas aseguraron que reducir la carga no remunerada aumenta la participación laboral de las mujeres, mejora el Producto Interno Bruto (PIB), genera empleo formal, entre otros beneficios. “Financiar los cuidados es completar la infraestructura del desarrollo: abrir rutas seguras para que niñas y niños aprendan; para que personas mayores y con discapacidad reciban atención oportuna; y para que quienes cuidan crucen sin peajes desiguales hacia el trabajo formal, la formación continua y la participación pública", puntualizaron.
Participaron de esta nota
Jasmín López
Jazmín Lopez en su trabajo busca visibilizar las luchas de las mujeres. Fue lanzada en enero del 2020, tras dos años de un largo proceso de reflexión y creación que atravesó los caminos y cuerpos de sus fundadoras. Ahora es una media de comunicación feminista digital que hace periodismo e investigación desde la reflexión feminista cómo elementotransversal.
Queremos contar historias, romper con la victimización, aportar con nuevas y distintas narrativas, explorar distintos formatos, como una manera de dignificar la vida de las mujeres, desde el periodismo y la comunicación feminista.