Ser jueza en Guatemala: entrevista con Yassmin Barrios

Fotografía: Karen Lara

Iris Yassmin Barrios Aguilar es la presidenta del Tribunal de Mayor Riesgo “A”, donde ha visto de frente y condenado a genocidas, narcotraficantes y femicidas; atendiendo casos de alto impacto desde crímenes de lesa humanidad, violencia contra las mujeres, desaparición forzada y crimen organizado. Este trabajo, junto a su equipo, ha sido motivo para que diferentes actores contra la justicia le ataquen constantemente y, en ocasiones, ha corrido peligro su vida. Dentro de todo, es una jueza que trabaja todos los días por el amor a la justicia, como ella describe, y que cada caso le representa una gran responsabilidad para cumplir con la necesidad de justicia en Guatemala. Durante el mes de enero de 2022 su tribunal realizó el juicio contra 5 expatrulleros, acusados y condenados por delitos contra los deberes de humanidad en su forma de violencia sexual y esclavitud doméstica contra 5 de 36 mujeres Achi que denunciaron lo que vivieron en Rabinal, Baja Verapaz, durante la guerra. Esta sentencia le devolvió la esperanza en la justicia a muchas mujeres.

La jueza Yassmin Barrios nació en la Ciudad de Guatemala. Es maestra de educación primaria, abogada, notaria, licenciada en ciencias jurídicas, maestra en derecho penal y constitucional, doctora en derecho y doctora honoris causa por el gobierno de Noruega. Define la justicia como darle a cada quién lo que le corresponde, sin acepción de personas de ninguna naturaleza, y es esta justicia la que le motiva cada día a realizar su trabajo. En el tribunal le acompañan la jueza Patricia Isabel Bustamante García y el juez Gervi Leonardo Sical, con quienes ha llevado casos relevantes como el de genocidio ixil, el asesinato de monseñor Gerardi, el asesinato de Myrna Mack, la esclavitud sexual de 15 mujeres en Sepur Zarco.

En esta entrevista conversamos con la jueza para conocer sobre el significado del caso de las mujeres Achi, así como sus experiencias dentro de un sistema de justicia en crisis, y del papel de la justicia penal en la sanación de las mujeres.

Las manos de la jueza Yassmin Barrios. Foto: Karen Lara

¿Qué significa que el tribunal sea dedicado a mayor riesgo?

Yassmin Barrios: Es de mayor riesgo por la naturaleza de los delitos, que son los que afectan mayormente a la sociedad. También es de mayor riesgo porque hay casos que no se pueden ver en los juzgados de las localidades en el interior del país, por razones de seguridad, amenazas a jueces, a fiscales, a testigos, abogados defensores. Entonces han tenido que ser trasladados a competencia mía para lograr darles mayor seguridad.

Hablando del caso de las mujeres Achi y el caso Sepur Zarco, ¿por qué se considera la violencia sexual como un delito de lesa humanidad?

YB: Porque se utilizó el cuerpo de la mujer no solamente como un botín de guerra, sino también para destruir al grupo étnico, en este caso al grupo Achi. Y también es importante destacar que en esta clase de delitos se cometen actos arbitrarios y de violencia contra población no combatiente. Recordemos que eran mujeres dedicadas a sus oficios domésticos y que los esposos estaban dedicados a los trabajos de agricultura. Ellos no estaban participando en ninguna guerra, pero lamentablemente fueron objeto de agresiones y les trataron de involucrar dentro de ese contexto.

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Una sentencia esperada por décadas

De acuerdo con los testimonios de las sobrevivientes y testigos, así como de los peritajes presentados durante el juicio del Caso Mujeres Achi, las Patrullas de Autodefensa Civil (PAC) fueron organizadas por el ejército y eran parte de esta institución armada del Estado. Los patrulleros de Rabinal, Alta Verapaz, en la década de los 80 habían actuado de manera sistemática y organizada, primero desapareciendo o asesinando a los esposos y familiares de las mujeres, para luego violarlas y obligarlas a cocinarles en el destacamento militar. Estos hechos califican como delitos contra los deberes de la humanidad en su forma de violencia sexual, y el tribunal también consideró que ejercieron esclavitud doméstica contra las mujeres achi. 

Las sobrevivientes y querellantes del caso son 5 mujeres Achi de un grupo de 36 mujeres que denunciaron la violencia sexual durante la guerra en su comunidad. Estas 5 mujeres identificaron a 5 perpetradores: Benvenuto Ruiz Aquino, Bernardo Ruiz Aquino, Damián Cuxum Alvarado, Gabriel Cuxum Alvarado, Francisco Cuxum Alvarado. Se había identificado a otros también, pero ya murieron. Las sobrevivientes tienen entre 40 y 80 años.

Foto: Ana Alfaro

A todas nos ha sorprendido mucho cómo se avanzó en el juicio de las mujeres Achi ¿le parecía importante agilizar el proceso o estos deberían ser los tiempos ideales de los juicios?

YB: Estos deben ser los tiempos ideales de los juicios. Si ustedes tienen oportunidad y vienen a ver otro proceso, hay de lavado de dinero, de narcotráfico, delincuencia organizada, extorsiones, tenemos casos de diferente índole. Pero tratamos siempre, mis compañeros y yo, de hacerlo en forma recta. Empezamos y seguimos así como ustedes vieron, porque creo que así debe de ser la justicia, empezamos un caso y hasta que lo terminamos. Entonces después viene otra semana y empezamos con otro, de otra índole, naturaleza y otras personas. Pero así tiene que ser, porque se dice que la justicia debe ser pronta y cumplida. Entonces tenemos que caminar y aprovechar el tiempo que tenemos. Antes en algunos casos nos quedábamos nosotros trabajando hasta la noche, pero ahora por motivos de pandemia y todo, no es factible. Entonces estamos trabajando dentro del horario eso sí, todos los días, de lunes a viernes, de sol a sol.

En Guatemala, ¿Cuál le parece que es la relevancia de que se juzguen los delitos de violencia sexual contra las mujeres durante el conflicto armado?

YB: Es importante no solo porque es un hecho histórico que atañe al pueblo guatemalteco, sino también porque aunque los hechos fueron perpetrados hace unas tres décadas, los efectos todavía se sienten en la sociedad guatemalteca. Se ha producido la ruptura de los tejidos sociales. Entonces en la actualidad vemos que también existe un gran ataque hacia las mujeres y violaciones sexuales, y podemos encontrar las raíces también en esos periodos que son lamentablemente parte de nuestra historia. Entonces eso nos lleva a todas las personas, dentro del área de conocimiento que manejemos, a tratar de superar, no solo devolverle credibilidad al pueblo de Guatemala sino también tratar de sanar esas heridas. Y lograr una mejor armonización entre los diferentes elementos que conforman una sociedad, para poder vivir en paz, entre otras cosas.

 ¿Le parece que la justicia penal es parte de esa sanación?

YB: Sí, está contribuyendo. En alguna pequeña medida, pero está contribuyendo a esa sanación, porque se le está dando oportunidad a las víctimas de que puedan explicar qué fue lo que les pasó. Es un proceso de catarsis, pero también en ese proceso hay sanación cuando públicamente pueden contar lo que les ocurrió, con valentía como ha ocurrido en el caso de las mujeres. Y también les sirve para sanar sus propias heridas emocionales, saber que se les está reconociendo y que lo que dicen es verdad, ante un tribunal. Y también sirve de ejemplo para otras mujeres, para que si en algún momento son objeto de violación puedan denunciar.

¿Qué similitudes encuentra en los juicios de violencia sexual, violencia contra las mujeres y femicidio que ha presidido? 

YB: La violencia física y psicológica que se ejerce contra ellas. Siempre hay violencia, ya sea en el pasado o en el presente, siempre hay. Y se manifiesta en dos formas, física y psicológica. Y también otra cuestión que es fundamental: los traumas, las secuelas que quedan como resultado de esas violaciones son traumas difíciles de superar y que requieren un tratamiento terapéutico.

 ¿Qué expectativas visualiza para el futuro de las mujeres ahora que se sentenció el caso de las mujeres Achi?

YB: Pues considero que ese caso va a servir de base para otros casos más. Me imagino que habrán otros casos similares, entonces que las mujeres van poco a poco, se van empoderando, asumiendo sus derechos, asumiendo sus responsabilidades y tomando los espacios necesarios para poder actuar.

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Generando jurisprudencia para otros países

Jurisprudencia es un término muy utilizado en el ámbito del derecho. Significa que los fallos emitidos por un tribunal o corte se pueden tomar de ejemplo a nivel jurídico a través del convencionalismo. Por ejemplo, en Guatemala los tribunales pueden tomar como base sentencias que se han dictado en México, en Colombia o en otros países latinoamericanos sobre temas iguales o similares. Y de igual forma los casos que se han juzgado en Guatemala los pueden utilizar como ejemplo jurisprudencial en otros países.

¿La relevancia de juzgar estos delitos de violencia sexual y lesa humanidad también ha generado precedentes para otros países?

YB: Por fortuna, ha generado. Se han tomado en cuenta y lo reconocemos con mucha sencillez y humildad. Ha servido nuestros fallos para otros países que los han tomado como ejemplo y también como jurisprudencia para sus propios países.

¿Conoce algunos casos de otros países donde se han tomado en cuenta sus sentencias como ejemplo?

YB: Me han dicho que se ha tomado en cuenta en Colombia, ahora cuando están en este proceso de paz, sobre todo esa lucha de las mujeres para que sus casos no queden impunes. No podría decir específicamente qué causa o qué proceso pero tengo entendido de que el caso de Sepur Zarco ha servido como de moción, de movimiento para que otras mujeres en Latinoamérica se empoderen.

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Los riesgos de hacer justicia en Guatemala

El hecho de enfrentarse a tantos tipos de perpetradores ha significado distintos tipos de ataques contra la jueza Yassmin, algunos donde se ha atentado contra su vida. Esto también ha evidenciado lo que están dispuestos a hacer los actores con poder, del pasado y del presente, para no ser sentenciados por sus actos. 

Los ataques también han sido atravesados por visiones patriarcales, ya que se descalifica a la jueza por ser una mujer en un espacio de toma de decisiones. En otros casos las formas de evitar la justicia han sido mediante procesos administrativos, como las recusaciones, donde los acusados se niegan a que la jueza Yassmin Barrios lleve sus casos.

El lugar de trabajo de la jueza Yassmin Barrios. Foto: Karen Lara

¿Han experimentado temor de que haya acciones que impidan la justicia en los casos que llevan?

YB: Pues en este momento no.

¿Han identificado intenciones de obstruir la justicia en el caso de las mujeres Achi?

YB: No, no identificamos nada gracias a dios. Trabajamos así como ustedes nos vieron, directamente en la sala y no, gracias a dios no tuvimos ningún problema, que yo sepa. 

¿Y en otros casos han sentido esos obstáculos?

YB: En algunos momentos en diferentes situaciones sí, hay momentos que han sido álgidos. Y que han pasado a la historia. 

Cuando hay estas intenciones ¿identifican de parte de quiénes vienen? 

YB: En algunos casos, por ejemplo en el caso de genocidio, ustedes se enteraron cuando fue la Corte de Constitucionalidad de aquel tiempo la que ordenó la anulación de la sentencia, por ponerles un ejemplo. Entonces cada caso tiene sus situaciones específicas, sus individualidades, su contexto. En el caso de unos Zetas que juzgamos hace unos 10 años, para dictar la sentencia tuvieron que venirnos a cuidar allí abajo y todo con tanque, porque había amenazas de que nos iban a dinamitar el edificio, cosas así. En el caso de genocidio tal vez la mayor cosa que pasó fue el ataque constante hacia mi persona, fue un constante ataque por ser mujer, etc., y desviar el caso hacia otros aspectos, pero bueno, esas son situaciones que se van dando. En cambio en el caso Gerardi, fue cuando tiraron bombas a mi casa. Entonces han sido diferentes casos, en algunos lamentablemente me han tratado de matar, pero gracias a dios estoy aquí, pero en este caso no.

 No han sido intentos recientes…

YB: En este momento no, gracias a dios.

Hablando de los ataques ha recibido y hemos sido testigas de que han sido de todo tipo, en el contexto actual ¿hay acciones en su contra para que deje de realizar su labor como jueza?

YB: Sí, hay casos en los cuales constantemente presentan recusaciones. Es posible de que no quieren que juzgue el caso, pero son actividades procesales que permite la ley. Entonces simplemente cuando no son ciertas pues no las acepto y prosigo.

¿Hay algún proceso administrativo o legal que esté atravesando en su contra por su papel como jueza?

YB: De momento. Lo que he tenido son recusaciones, hace un rato estaba evacuando una donde dije que no acepto la recusación.

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La justicia en Guatemala: un estado de crisis

Foto: Karen Lara

Hace unos meses vimos la remoción de la fiscal Hilda Pineda en la fiscalía de delitos de derechos humanos. Esto ha afectado en algo a los casos que ha llevado el tribunal sobre el conflicto armado interno?

YB: Sinceramente a nosotros solo nos viene el caso pero desconocemos las interioridades del manejo de la fiscalía. Sobre eso no nos enteramos porque es un ente independiente, nosotras solo las pruebas y el debate, no llegamos a enterarnos más allá de qué es lo que está pasando.

También estamos viendo una serie de acciones, por ejemplo el antejuicio de la jueza Ericka Aifán, ¿qué piensa acerca de estas situaciones?

YB: Que se debe de respetar la independencia judicial, se deben respetar los procesos judiciales. Siempre he manifestado públicamente mi apoyo a la doctora Ericka Aifán, es una profesional prominente y no se deben de utilizar este tipo de antejuicios en su contra ni contra ningún otro juez, se debe respetar la independencia judicial. 

¿Cómo afectan estas acciones a la independencia judicial?

YB: Estamos pasando por un proceso de debilitamiento del sistema de justicia, y no se deben de utilizar los antejuicios como mecanismos para atacar a los jueces. El antejuicio tiene otra naturaleza, es para otra cosa, entonces no se debe de utilizar como una herramienta de ataque contra jueces honrados e independientes.

¿Cómo describiría la justicia en Guatemala actualmente?

YB: Estamos pasando por una crisis, se está tratando de debilitar el sistema de justicia. Pero creo que vamos a salir adelante, tenemos que salir adelante porque la justicia es un pilar indispensable en todo país. Es indispensable para el desarrollo social, político, económico. Sin justicia un país no puede caminar, entonces es un pilar importante y se tiene que respetar.

En ese sentido ¿qué le da esperanza?

YB: El trabajo que realizamos todos los días.

¿Cómo ha sentido que la pandemia ha afectado los procesos acá en tribunales?

YB: Por hablar del trabajo que nosotros hemos hecho, la verdad que tanto mis compañeros, mi equipo de trabajo y yo hemos hecho todo lo posible por sacar adelante los debates en medio de la pandemia. Sinceramente es algo que hemos hecho en medio de circunstancias difíciles, ustedes pudieron verlo con este caso, pero nosotros seguimos. A veces me dicen ¿por qué no permiten que los testigos declaren desde su casa? Pero no, les digo, porque yo no sé si los están amenazando. Entonces los recibimos aquí, pero eso sí, con todas las medidas de seguridad. Todos los días se limpia todo, usamos la mascarilla, cada cierto tiempo se desinfecta todo, tenemos el gel. Es un esfuerzo que hemos hecho no solo yo, sino que también mis compañeros jueces y todo el equipo de trabajo. Pero le hemos cumplido al pueblo de Guatemala, hemos venido en medio de las circunstancias. Estamos trabajando desde junio del 2020, porque cuando la pandemia empezó en marzo, estábamos en debate, pero se recuerdan que hubo una época donde todo cerró. Pero cuando ya regresamos al trabajo fue duro. Y aparte de debates hemos atendido revisión de medidas de coerción, personas que piden la revisión, entonces también hemos cumplido con eso. 

La jueza Yassmin Barrios debe continuar trabajando en la redacción de la sentencia por el caso de las mujeres Achi. Señala varias pilas de papeles sobre un sillón y explica que todo forma parte de la sentencia. Esta fue entregada a las abogadas el lunes 1 de febrero, y consta de 419 páginas. En dicha sentencia histórica se contienen todos los detalles del juicio, un proceso que duró 20 días y que posibilitó escuchar y hacer justicia por la violencia sexual como arma de guerra contra las mujeres. 

Foto: Karen Lara

Sabemos que es una persona bastante ocupada, pero ¿qué le gusta realizar en su tiempo libre?

YB: Muchas cosas, me gusta escuchar música, me gusta leer libros diferentes a los de derecho, literatura bonita, temas de superación, historia, poesía. Me gusta también, cuando tengo oportunidad, salir a pasear. Tal vez son cosas pequeñas, ir a la Antigua, cositas así. O bien compartir con la gente.

¿Actualmente qué está leyendo?

YB: [Ríe] Actualmente estoy revisando cada una de las declaraciones de cada uno de los peritos y testigos, eso que miran allí (dice señalando varias pilas de papel sobre un sillón) son del proceso. Pero tengo varios libros pendientes. Hay uno que me gusta mucho que se llama El mundo de Sofía, que es un libro sobre filosofía. Lo estoy reintentando volver a leer, porque lo leí hace un tiempo, pero es muy lindo, muy bonito. Entonces estoy reintentando porque a veces sinceramente ya no me queda tiempo, y a veces cuando llego a la casa tengo que hacer oficio y otras cosas, descansar un poco porque los ojos son lo que más gasta una.

Fotografía: Karen Lara

Los ojos también son lo único que se puede ver en el rostro de las personas en este contexto de pandemia, y la jueza demuestra mucha valentía y fuerza con la mirada. Al terminar la entrevista se despide y agradece la posibilidad de comunicarse con la población, desde su oficina donde el trabajo no para. Sin duda ese es el trabajo que pasará a la historia por la justicia que muchas mujeres han encontrado cuando sus casos llegan a las manos de la jueza Yassmin Barrios.

Andrea Rodríguez

Socióloga interesada en la relación teoría-práctica, movimientos sociales, feminismo, ecologismo y antiespecismo. Feminista. Abolicionista. Antiespecista.

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