Ellas son las mujeres que impulsan la defensa de la madre tierra
Cada 22 de abril se celebra el Día Internacional de la Tierra en un intento por promover acciones de protección al medio ambiente. En Guatemala la lucha por la defensa del territorio y los recursos naturales es fuerte y constante: las mujeres la impulsan desde sus comunidades.
Por Violeta Cetino
En el municipio de Las Cruces, Petén, trabaja el Comité de Mujeres Dejando Huella. En él participan campesinas que luchan por la defensa de las mujeres y de la tierra. Buscan, además, trasladar sus conocimientos a la juventud y dejarles un legado de lucha en el municipio.
En este comité participa activamente Argentina Osorio, quien afirmó que es importante hacer visible la lucha campesina de las mujeres porque son ellas quienes abastecen el mercado y cuidan las semillas.
Las semillas son importantes para la preservación de la biodiversidad. De acuerdo con la bióloga e investigadora colombiana Sofía Basto, el cuidado de las semillas mantiene el equilibrio de los ecosistemas y, según encontró en una de sus investigaciones, (Severe effects of long-term drought on calcareous grassland seed banks) la sequía provocada por el cambio climático induce considerablemente la reducción del número de semillas, incrementando así la vulnerabilidad de los ecosistemas.
Para Osorio, el agua, por ejemplo, es un recurso indispensable para la producción agraria y los megaproyectos extractivos en Petén acaparan las tierras y los recursos hídricos. “En nuestro país todas las cañeras desvían los ríos, para nosotras hay un lugar que se llama las vegas de los ríos, que cuando el río crece se sale de su cauce, luego llega a su normalidad y se queda una parte húmeda y esos son para poder sembrar en verano, y son muy buenas tierras. Pero, ¿qué pasa hoy? Pues los ingenios de azúcar, la palma y todo lo demás, desvían los ríos para regar su plantación, dejando a los campesinos sin agua”, denunció.
Respecto a las principales demandas del Comité de Mujeres Dejando Huella, Osorio expuso que requieren de un lugar digno y con condiciones para vender sus productos; vivienda digna para las mujeres y tierra para que ellas puedan sembrar y cultivar.
A su consideración, Argentina ve indispensable fortalecer la organización femenina al dotarlas de herramientas para que produzcan y generen una economía sustentable y sostenible, tanto para su familia como para su municipio y departamento. También instó a las mujeres a defender las semillas, “porque solamente eso nos va a mantener y a sostener a las mujeres en todo el mundo, que luchemos juntas por la soberanía alimentaria desde la agroecología”, finalizó.
“La tierra es como nuestro cuerpo”
El 2 de marzo de 2012 habitantes de las comunidades pertenecientes a los municipios de San José del Golfo y San Pedro Ayampuc, observaron el ingreso de maquinaria pesada por su territorio. Fue en ese momento que se enteraron de las actividades extractivas que realizaría una filial de la empresa norteamericana Kapess, Cassiday & Associates (KCA), con sede en Nevada, EEUU, a través de la empresa guatemalteca Exploraciones Mineras de Guatemala (Exmigua).
De inmediato, comunitarias y comunitarios conformaron un plantón permanente para defender sus fuentes de agua, sus tierras y la naturaleza, mismo que bloqueó el ingreso a la mina de oro: La Puya, con acciones de resistencia pacífica en la que entonaban cantos y rezos.
Allí estaba Yolanda Oquelí, La lideresa, como es conocida en La Puya. Oquelí, una destacada activista ambiental del Frente Norte del Área Metropolitana, fue víctima de numerosas amenazas debido a la intolerancia de su notorio liderazgo, hasta que en junio de 2012 recibió un disparo cuando regresaba a su hogar luego de una protesta pacífica. “Soy la madre de dos niños pequeños y lo más difícil con lo que he tenido que lidiar es el trauma causado a mis hijos al saber que alguien ha intentado matar a su madre”, refirió en aquel momento.
A partir de entonces, Oquelí fue víctima de constantes amenazas, razón por la que debía cambiar de domicilio con frecuencia. En una entrevista hecha por Radio Exterior de España, Oquelí indicó que hubo diversas expresiones de respaldo para salvaguardar su vida, las cuales le ofrecían asilo en otros países. Sin embargo, ella se negaba debido a que el apoyo aplicaba únicamente para ella, sin sus hijos y su compañero de vida. Finalmente, Amnistía Internacional tramitó su asilo en España junto a su familia, a donde llegó en 2018.
Cada 10 de diciembre, la Oficina de Derechos Humanos del Arzobispado de Guatemala brinda la orden Juan Gerardi, un reconocimiento a la proyección de personas y organizaciones a favor de los derechos humanos. En 2013 la oficina reconoció con esta orden el trabajo y el compromiso de Yolanda Oquelí.
Sobre la participación activa de las mujeres en la defensa por el territorio, Oquelí aseguró que esta ha sido muy puntual y eficiente, pero que las mujeres que luchan se han enfrentado históricamente a la invisibilización y criminalización de sus acciones. “Ha sido lamentable la censura, porque creen que porque somos mujeres, somos débiles y nos pueden acallar y cuando alguna logra sobrepasar eso, nos quitan la vida o tenemos que salir de nuestro país. Siempre he dicho que no es lo mismo ser una mujer defensora que un hombre defensor”, argumentó.
El caso de La Puya no es ajeno a Latinoamérica, dijo Oquelí, donde las multinacionales contratan a una empresa nacional para evadir responsabilidades a nivel internacional. Estas empresas nacionales nunca consultan, imponen los proyectos y causan daños estructurales a las viviendas, contaminan el agua y dañan al medio ambiente. Es por eso que Oquelí se sumó a la defensa del territorio y aseguró que “como mujeres tenemos una relación directa con la tierra, porque somos dadoras de vida, la vemos como nuestro cuerpo y si nos toca luchar por el agua, la vemos como nuestra sangre”.
Yolanda Oquelí debió enfrentarse a atentados, amenazas y criminalización. Luego de varias denuncias hechas en su contra por parte de trabajadores de Exmigua, la defensora enfrentó cargos de detención ilegal, coacción y amenazas en 2012. En 2014 se dio por concluido el proceso penal.
La medioambientalista aseguró que no es justo que agredan y asesinen a mujeres comprometidas con la defensa del territorio. “La defensa es por el planeta, somos dadoras de vida y también somos responsables de defenderla”, dijo.
También compartió que ha tenido que enfrentarse a retos importantes a raíz de las agresiones que sufrió y que lo más duro fueron los intentos de secuestro de sus hijos, cuando aún residían en Guatemala, pues ya no soportaba verlos sufrir.
Instó a la población a defender sus recursos naturales y el territorio, pues según Oquelí, hay hidroeléctricas que están dañando gravemente al país, por lo que la lucha debe perseverar.
“Sueño con regresar a mi país y mantenerme con vida”
Lolita Chávez es una activista de los derechos humanos y lideresa indígena guatemalteca. Su lucha se ha centrado en preservar los bienes naturales para evitar que continúe la tala ilegal de árboles en su natal Quiché. También es defensora de los territorios, del derecho a su autodeterminación, del derecho a la vida tal y como lo desean los pueblos indígenas, y es una luchadora contra la violencia hacia la mujer.
Para Aura Lolita Chávez Ixcaquic, mujer maya k’ich’e, la defensa de la tierra constituye una manera de conciencia, la conciencia de ser parte de la madre tierra. “No somos dueños y dueñas de la madre tierra, sino que venimos de ella”, afirmó.
Chávez también conforma el Consejo de Pueblos K’iche’s por la Defensa de la Vida, Madre Naturaleza, Tierra y Territorio (CPK), que inició en 2007 para hacerle frente a los tratados de libre comercio entre Centroamérica y Estados Unidos. Desde esa trinchera ha aprendido a desenmascarar las imposiciones de mercantilización de la naturaleza, porque, según comentó, defender el territorio y a la madre naturaleza es defender nuestro cuerpo como un primer territorio de defensa.
Según los pueblos originarios, los seres humanos deben convivir con la tierra, con el agua y las plantas de acuerdo a una cosmovisión que integra todos estos elementos. Es así como Aura Lolita confirmó que, según la sabiduría ancestral, esta cosmovisión debe trasladarse de generación en generación: el respeto a la tierra, al agua y a las montañas. “Cuando sembramos lo hacemos para la vida, no para la producción y la comercialización. Si dejamos que las empresas sigan caminando de forma acelerada, no estará en riesgo la vida de las defensoras, sino de toda la humanidad”.
Pero la violencia también ha llamado a la puerta de la activista. El 4 de julio de 2012, Lolita asistió a una manifestación pacífica contra el entonces alcalde de Santa Cruz del Quiché, José Francisco Pérez Reyes, miembro del Partido Patriota. Al regresar de la actividad, el autobús en el que Lolita viajaba sufrió una emboscada por un grupo de hombres armados con machetes, cuchillos y bastones. Ella, debido a la criminalización y temiendo por su vida, abandonó el país.
A su regreso a Guatemala, Lolita se reintegró a las acciones para evitar la depredación del bosque, así que, según el informe realizado por Amnistía Internacional, el 7 de junio de 2017, Lolita y miembros de CPK solicitaron detenerse a un camión cargado de madera, entre Chichicastenango y Los Encantos, Quiché, para comprobar el origen y la legalidad de la madera.
El CPK llevaba a cabo estas comprobaciones como parte de su derecho a la propiedad y el control de los recursos naturales en sus tierras ancestrales, protegido por la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas. El CPK comprobó que el camión no contaba con los permisos de explotación forestal, por lo que lo escoltó hasta Santa Cruz del Quiché para entregarlo a las autoridades de Gobierno.
En esa ocasión, la oficina del Procurador de los Derechos Humanos, junto a diez agentes de la Policía Nacional Civil (PNC), se presentó y luego, cuando se retiraron, hombres no identificados llegaron al lugar portando armas de alto calibre. Allí, intimidaron a Lolita Chávez y a otras defensoras del CPK, amenazaron con agredirlas sexualmente. Todas huyeron, pero los hombres armados las persiguieron disparando al aire. Finalmente, ellas lograron escapar y ponerse a salvo.
De nueva cuenta, Chávez salió del país, como medida de protección ante la persecución de empresas extractivistas multinacionales.
La lucha de Aura Lolita Chávez Ixcaquic es incansable, de esa cuenta recibió en 2018 el premio Ignacio Ellacuría de Cooperación para el Desarrollo, del gobierno vasco, por la defensa de los pueblos indígenas.
Somos parte de la tierra
Sebastiana Par Alvarez es Alcaldesa de la Autoridad Ancestral de Santa Cruz del Quiché, Quiché, y a la vez coordinadora del Colectivo Ukotz’ijal K’iche’, desde ambas iniciativas impulsan diferentes acciones para la defensa de los ríos y los bosques.
La alcaldesa resaltó cómo los abuelos y abuelas le han enseñado a la comunidad, desde la infancia, el respeto que se debe a la tierra. “Nos han enseñado que la tierra es parte de nuestro cuerpo y nosotros somos parte de ella, desde niñas nos han enseñado a respetarla y defenderla”.
En ese sentido, la lideresa hizo hincapié en la conexión que existe entre la madre tierra y los seres humanos. “Nuestra conexión se da desde el primer aliento, cuando nacemos, a través de los árboles que nos dan oxígeno; desde los ríos con el agua necesaria para la vida; nuestro sustento viene de la tierra con las frutas, las plantas medicinales y también convivimos y coexistimos con los animales y la diversidad de plantas”.
Desde la visión de Sebastiana, la defensa del territorio implica el cuidado y la defensa de los ríos, de los nacimientos de agua y de los bosques ante la tala inmoderada. Para ella, ese cuidado requiere compromiso y coraje para confrontar las políticas neoliberales y a las empresas extractivistas.
Además, indicó que en Guatemala las mujeres están organizadas y alzan la voz ante las atrocidades cometidas en contra de la tierra. “Las mujeres denunciamos, defendemos la vida, nos expresamos en contra de proyectos que afectan la vida de la tierra y por consiguiente, de la humanidad”, agregó.
En el caso particular de Quiché, la lideresa dijo que las acciones de perturbación de la naturaleza son la tala inmoderada de árboles, además de la contaminación de los nacimientos de agua, puesto que el gobierno municipal desemboca los drenajes en los ríos. También indicó que, debido a los incendios forestales, muchos bosques se han visto afectados, por lo que se han organizado con otras comunidades del departamento para definir cómo enfrentarlos.