Arte: Ruda

Reír transforma

La comedia no solo nos hace reír, también nos transforma. Las series que nos acompañan por años demuestran que más que cualquier otra herramienta, la risa mueve ideas, rompe prejuicios y abre espacios para construir mayor empatía.

Por María de la Paz Castañón

Cada vez que se discute el entretenimiento, la comedia suele ser tratada como un género de menos prestigio y trivial a la par del drama, documental y otros. Aun cuando es cierto que estos géneros dan espacios más directos para abordar y explicar problemas sociales complejos de manera más cruda y directa, y mientras que la comedia tiende a  abordarlos de manera menos obvia, desde lo  mundano no significa que tenga menos poder comunicativo. 

Esa visión es profundamente simplista. La comedia, cuando está bien hecha, tiene una carga emocional que le da un potencial político que otros géneros no tienen, permite a nosotros como público conectar con realidades distintas a la nuestra sin que se sienta como un discurso lejano. 

A diferencia de una película que vemos una vez, las comedias nos acompañan semana tras semana, año tras año, se vuelven parte de nuestro consumo de contenido rutinario. Convivimos con los personajes, conocemos sus inseguridades, sus contradicciones, sus malos hábitos y al mismo tiempo, sus lados más buenos, generosos y empáticos. Esa continuidad crea un espacio íntimo donde los personajes dejan de sentirse ficticios y empiezan a convertirse, de una manera extraña, parte de nuestra vida cotidiana, se vuelven familiares, les vamos adquiriendo cariño ¿Quién no lloró cuando Michael Scott se fue de The Office? Y es natural como seres humanos que cuando conectamos con alguien, aunque sea solo un personaje, es inevitable que algo se mueva en nuestras propias ideas.

Modern Family es una prueba clara de esto porque permitió que millones de personas entraran, por primera vez, en la vida cotidiana de una familia que no encajaba en el molde tradicional de la hetero normatividad. Lo transformador fue que la serie hizo precisamente que gente que nunca antes lo había hecho cuestionara la idea de que existe una única forma válida de familia o de relaciones “normales”. El 27% de votantes estadounidenses dijo que ver personajes LGBTIQ+ en televisión los hizo cambiar su postura frente al matrimonio igualitario. Ese es el poder de la comedia: mover sin confrontación directa y creando espacios que no dan chance a que personas se pongan a la defensiva, actitud que muchas adoptan, lastimosamente, debido a su crianza, al hablar de derechos y de diversidad. 

Vivimos un momento de polarización feroz. El odio parece volverse cada vez más la norma y la gente muestra sus prejuicios abiertamente sin escrúpulos. Los crímenes de odio aumentan, la empatía cada vez es más rara y se nos ha olvidado que al final del día, sin importar quién seamos o de dónde vengamos, somos más similares de lo que creemos: tenemos los mismos deseos, necesidades y experimentamos las mismas emociones. 

En este clima, la comedia se vuelve urgente. No porque sea una solución mágica a los momentos terroríficos a los que nos enfrentamos, sino porque nos ofrece una forma de humanizar y comprender a otros a quienes regularmente son rechazados. La risa compartida, la ternura inesperada que te genera un personaje, la familiaridad y cariño que se construye con grupo ficticio que nos acompaña: todo eso construye puentes en un mundo que insiste en levantar muros.

Reír abre pequeñas grietas donde pueden entrar la duda, la curiosidad y la posibilidad de cambiar. Y en tiempos donde muchos prefieren gritar antes que escuchar, esas grietas son revolucionarias. Por eso para mí la comedia es una herramienta cultural capaz de suavizar miedos, cuestionar prejuicios y recordarnos que las diferencias humanas son parte de nuestra riqueza, no amenazas. Y hoy, más que nunca, necesitamos ese recordatorio.

Referencias:

Badenhorst, D. (2024, July 30). Why is comedy so important? Medium. https://medium.com/@deklerkbee/why-is-comedy-so-important-028a24f5c76c
Kornhaber, S. (2015, June 26). The Modern Family effect: Pop culture’s role in the gay-marriage revolution. The Atlantic. https://www.tReferencesheatlantic.com/entertainment/archive/2015/06/gay-marriage-legalized-modern-family-pop-culture/397013/