Que la primavera por fin sea eterna

El 2023 es y será definitivamente un año que ya quedó inscrito en la historia del país. En medio de un turbulento camino luego de una trágica pandemia y un mundo en guerra, Guatemala sostiene su propia lucha contra la posibilidad de una dictadura y un golpe de Estado en cámara lenta, que fue más evidente durante el proceso electoral, el más extenuante de su era democrática debido a la judicialización constante. Al momento de publicarse este texto, la resistencia pacífica de la población que se opone a ese golpe, ha sido sostenida por más de 30 días. Fue convocada principalmente por las autoridades indígenas y ancestrales de los pueblos indígenas y por sectores populares, quienes mantienen un paro nacional indefinido en resistencia pacífica, exigiendo la renuncia de golpistas y el respeto a la democracia, tras una serie de ataques al proceso electoral y a la decisión popular a través de acciones del Ministerio Público y de operadores en el Organismo Judicial.

Pero, no sólo por eso, este es un año histórico. Luego que las mujeres alfabetizadas obtuvieran el derecho al voto en 1944, las mujeres hemos participado cada vez más en espacios políticos, incluso se habla de lo “histórico” que resulta el que 31 mujeres hayan sido electas popularmente este año, para formar parte de la próxima legislatura en 2024. Claro, podemos argumentar que nunca ha habido tantas mujeres participando y legislando en el Congreso, sin embargo, estas 31 curules representan un poco menos del 20% de la población guatemalteca, formada en el 51% por mujeres. Es decir, si hacemos cuentas, las mujeres, para tener verdadera participación política, deberíamos de ocupar un mínimo 82 curules en el Congreso. Eso sin considerar que muchas de estas mujeres no representan a los pueblos indígenas. El camino al frente es largo, pero ese 20% de oportunidad que se abre en este momento, sí que puede representar la posibilidad de una nueva primavera a favor de las mujeres guatemaltecas y seguir abriendo brecha, animando a participar políticamente a otras más en el futuro.

Desde Ruda ha nacido la posibilidad de otorgarle un espacio especial a una serie de mujeres políticas que, pensamos, pueden continuar abriendo ese camino hacia una nueva primavera y dejar atrás esos tiempos en que nuestras exigencias siempre quedaron para después. Los ecos de las luchas de todas las mujeres históricas (muchas olvidadas y eclipsadas por hombres) que lucharon por nuestro voto en ese 1944, y todas aquellas que han luchado antes y después por nuestros derechos, nos respaldan. Sabemos que la nueva primavera está por venir, y que, a pesar de este momento de lucha y cansancio, se abre una posibilidad para que muchísimas más mujeres participemos y hagamos escuchar nuestras voces, en toda la magnitud de su diversidad.

El proyecto periodístico Nosotras, la primavera pone sobre la mesa una serie de entrevistas, conversaciones y discusiones con mujeres políticas diversas . Algunas de ellas, de una u otra forma, han contribuido a detener el golpe contra la democracia, encontrándose incluso en medio del ojo del huracán recibiendo ataques misóginos en redes sociales. Otras, vienen de la organización popular, y algunas continuarán su trabajo como diputadas reelectas. Lo que tienen en común es que todas son mujeres electas de manera libre y popular en un momento clave para la defensa de ese orden democrático en el país. Con esto, esperamos que las niñas, jóvenas y mujeres diversas que están por venir puedan encontrarse con las historias de algunas mujeres que contribuyeron a que la primavera finalmente sí fuera eterna.

Ruda

RUDA surgió en 2017 entre reuniones e ideas del consejo editorial de Prensa Comunitaria bajo la necesidad urgente y latente de tener un espacio digital en dónde evidenciar, publicar y visibilizar las luchas de las mujeres. Mantener la memoria VIVA de casos históricos como el Caso Molina Theissen, el caso de las abuelas de Sepur Zarco y el Caso de las 56 niñas en el Hogar Seguro Virgen de La Asunción. Un espacio sembrado y formado con miradas feministas, comunitarias y sobretodo resilientes ante la violencia contra las mujeres en el mundo. En noviembre de 2018 accedimos a un pequeño fondo del Fondo de Acción Urgente - FAU, en un encuentro entre activistas, abuelas, jóvenes, indígenas, mestizas, brujas, chamanas, ancestras, sanadoras y defensoras del territorio de Abya Yala en Paraguay, nos dimos cuenta de la necesidad de cómo y porqué visibilizar esas luchas históricas de las defensas de los territorios por las mujeres y trascender de lo nacional a lo continental, colocarles nombre, historicidad, palabra, amor, ternura, arte y sobretodo una memoria viva que mantenga presentes nuestras luchas en el mundo y la era digital, pero que también nos llevó al camino de reencuentro consciente con nuestros cuerpos y territorios personales como fundadoras de la revista.

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