El bicentenario que no se celebró
Este 15 de septiembre se cumplen 200 años del evento conocido como la independencia de Guatemala. Fue este día pero en 1821 cuando oficialmente Guatemala dejó de depender del imperio español, como consta en un acta firmada por 13 hombres que ocupaban cargos de autoridad en el ayuntamiento, la diputación provincial y la audiencia de Guatemala. Sin embargo, 200 años después los movimientos sociales y las autoridades ancestrales de Guatemala cuestionan lo que realmente fue la independencia y lo que significó para las mayorías sociales.
“Nada que celebrar”
Desde el mediodía del 14 de septiembre distintas organizaciones sociales articuladas con las autoridades ancestrales de los pueblos mayas han realizado acciones de calle en rechazo a la conmemoración del bicentenario. Se dieron cita en la Plaza de las Niñas, con distintos mensajes que cuestionan a quién benefició la independencia y cómo las prácticas coloniales y violentas continuaron a lo largo de la historia.
Es así como este 15 de septiembre la Plaza de las Niñas y distintos puntos del país amanecieron llenos de indignación social. En Puerto Barrios, Sacatepéquez, Cobán, Retalhuleu, entre otros puntos, se realizaron movilizaciones sociales en rechazo al bicentenario.
Las autoridades ancestrales y guías espirituales de los pueblos mayas y xinka realizaron una ceremonia en la Plaza de las Niñas durante varias horas, resaltando la energía del nahual T’zi’. También estaban presentes integrantes del Comité Campesino del Altiplano -CCDA-, organizaciones sociales urbanas y estudiantes.
Durante la ceremonia hicieron énfasis en la exigencia de justicia y la renuncia de Alejandro Giammattei, a quien señalan de corrupto y de haber negociado de manera oscura la compra de las vacunas Sputnik V que aún no han llegado en su totalidad al país.
“Hace 500 años de un Estado que perpetró las mismas prácticas de la colonia. Hace 200 años se firma un acta de independencia donde ninguno de nuestros abuelos estuvo presente”, expresó una de las mujeres autoridades ancestrales.
La ceremonia finalizó con música y con micrófono abierto. Se leyeron varios comunicados y pronunciamientos de los distintos gobiernos ancestrales que, resaltaron, hacen un trabajo no remunerado al ser autoridades ancestrales pero que consideran es una tarea que sostiene a sus comunidades frente a todo el despojo.
Por el lado de la sexta avenida un grupo de estudiantes de la Universidad de San Carlos realizaron pintas y empapelados, donde también se leía “200 años de resistencia” y “Estado feminicida”. Al medio día llega una manifestación con integrantes del Comité de Desarrollo Campesino -CODECA- y el colectivo Landivarianxs.
Los bloques estudiantiles se unen para realizar empapelados sobre las láminas que rodeaban el monumento al «bicentenario», que el gobierno buscaba inaugurar para estas fechas, una construcción que causó rechazo por sus impactos arquitectónicos y por el gasto de dinero que implicó.
“El bicentenario es una fecha en la que los pueblos originarios y mujeres estamos saliendo a las calles para decir que ésta no es ninguna celebración, esta fecha es para conmemorar a las mujeres que han sido asesinadas, a las mujeres que siguen en resistencia. Tenemos que cambiar el significado de esta fecha”, expresó una estudiante de la Universidad de San Carlos.
Mientras las estudiantes pintaban “¿a quién conviene el orden que se mantiene?”, “200 años de opresión” las personas caminaban y se detenían a leer los mensajes. Algunos expresaban comentarios descalificativos hacia las y los jóvenes, otras apoyaban la crítica estudiantil, tomaban fotografías y videos.
Finalmente, una manta quedó colgada entres dos ventanales del Palacio Nacional:
Los planes del gobierno
El gobierno de Alejandro Giammattei tenía previsto realizar diversas actividades conmemorativas, para las cuales tiene planeado un gasto de Q73 millones y de los cuáles se han utilizado Q6.5 millones. Asimismo, el Banco de Guatemala publicó los diseños conmemorativos del bicentenario para el billete de Q20 y la moneda de Q1. Esto en medio de una pandemia cuyo manejo ha sido objeto de críticas y rechazo de la población ante la poco efectividad para utilizar los recursos para atender la emergencia sanitaria, abastecer los hospitales y comprar vacunas.
Es en este contexto, que continúan las movilizaciones que exigen la renuncia de Alejandro Giammattei, Consuelo Porras y Gendri Reyes. Esta serie de protestas que detonaron desde el 29 de julio en el paro plurinacional han sido protagonizadas por la articulación entre autoridades ancestrales de los distintos pueblos mayas, garífuna y xinka, así como los movimientos estudiantiles, feministas, de la diversidad sexual y organizaciones sociales.