Zoila Vásquez y los nueve puntos que enojaron al Ministro de Cultura

En octubre de 2022, las y los bailarines del Ballet Nacional de Guatemala crearon una serie de solicitudes para mejorar las condiciones en las que trabajaban. Acudieron al Ministerio de Cultura y Deporte, quien designó al viceministro para reunirse con algunos de los representantes. Seis días después de la reunión, Zoila Elizabeth Vásquez Rojas, una de las voceras escogidas por el grupo, fue despedida. 


El Ballet Nacional de Guatemala está cumpliendo setenta y cinco años de su fundación. En 1992, fue declarado parte del Patrimonio Cultural de la Nación. Sin embargo, las y los bailarines que lo integran trabajan en condiciones que no les permiten desarrollar sus actividades de manera segura y con dignidad, según denunciaron en un comunicado. 


Como resultado, suelen trasladar sus necesidades inmediatas a la dirección del Ballet. En octubre del 2022, citaron a las autoridades a una serie de reuniones, las cuales fueron interrumpidas por el inicio de la temporada de El Cascanueces. Algunas de sus solicitudes estaban vinculadas al tema del presupuesto, por lo que decidieron reunirse con el Ministro de Cultura y Deporte, Felipe Amado Aguilar Marroquín, explicó Zoila Elizabeth Vásquez Rojas, quien laboraba como primera bailarina del Ballet y Técnico Artístico II con especialidad en Danza. 


Las peticiones 


Las y los integrantes del ballet realizaron un pliego petitorio que contenía las principales solicitudes que se presentarían al ministro. Estaba conformado por nueves puntos, los cuales abordaban diversos temas como la necesidad de estabilidad laboral, llenar las plazas vacantes y realizar una planificación trimestral. “Hablamos también de la reposición de tiempo. Si trabajamos el fin de semana, las bailarinas reponemos el tiempo lunes o martes. Sin embargo, a las personas que nos ayudan con el vestuario, por ejemplo, solo se les reponen cuatro horas. Ellos nos ayudan y van a las giras con nosotras, pero no tienen los mismos derechos”, explicó Vásquez. 


El espacio en el que las y los integrantes del ballet ensayan, no posee las condiciones necesarias para que lo hagan de manera segura, según explicó Zolia Vásquez. Una de las tarimas utilizadas fue completada con trozos de madera y posee uniones de metal, las cuales lastiman a las treintas bailarinas que la usan. Desde años atrás, no se ha comprado linóleo (suelo de baile) de calidad. “El que usamos no permite rebote y puede generar lesiones. Nos hemos caído y lastimado, nos duelen las rodillas y también los tobillos”, indicó. 


Las bailarias hablaron, el Ministerio las silenció

En enero del 2023, las y los bailarines decidieron retomar las peticiones. Acudieron al Ministro de Cultura y Deportes, con la aprobación de la directora del Ballet Nacional, Sonia Marcos. Le enviaron una invitación por escrito, pero él delegó al viceministro, Cristhian Neftalí Calderón Santizo, quien no se presentó. Después de insistir, Calderón se reunió con ellas el 8 de febrero. 


Zoila Vásquez fue nombrada por sus compañeras y compañeros como vocera, con el propósito de marcar un orden. “El viceministro llamó a la democracia, pidió que levantáramos la mano y dijo que decidiéramos si queríamos exponerle los temas, o no. Nosotras hicimos valer ese derecho y por unanimidad decidimos no levantar la mano. Los temas no se llevaron con él, pero fue porque lo provocó”, señaló Vásquez. 


Frente a lo sucedido, las y los integrantes del Ballet acudieron a buscar al ministro al Palacio Nacional y, posteriormente, al Teatro Nacional, junto a la directora Marcos. Él no los atendió, bajo el argumento de que su agenda estaba “muy ocupada”. Después de insistir, el ministro recibió el pliego petitorio y se desarrolló una reunión con algunos representantes de las bailarinas, entre los cuales se encontraba Zoila. 


Zoila y sus compañeros se negaban a realizar la cantidad de presentaciones de una obra que el Ministerio exigía en conmemoración del setenta y cinco aniversario del Ballet. “Él estalló y dijo que si nosotros no queríamos, traería a una compañía de México que no haría treinta, sino sesenta presentaciones. No llegamos a ningún acuerdo y allí se rompió esa comunicación”, señaló la bailarina. 


El 14 de febrero, las integrantes del Ballet recibieron veintiocho llamadas de atención por escrito aduciendo falta de respeto e insubordinación hacia el viceministro durante la reunión del 8 de febrero. Les amenazaban con el despido si continuaban con esas conductas. Días antes, el 9 de febrero, Zoila había recibido una llamada de atención con los mismos términos. “Él aduce que le falté el respeto, hice gestos inadecuados y le elevé la voz”, dijo. 


Después de treinta y cuatro años de trabajar en el Ballet Nacional, Zoila fue destituida. Recibió la notificación mientras se encontraba dando clases. “Me fueron a sacar, prácticamente”, indicó. 


La lucha por la reinstalación 


Zoila Vásquez afirma que buscará su reinstalación por medio de la vía legal, pero que el proceso podría tardar hasta dos años. “Me asusta porque tendré que hacer otro trabajo diario aparte”,compartió. Junto al Ballet y personas que se han sumado a la causa, convocaron a una marcha pacífica en apoyo a las exigencias de las y los integrantes del Ballet Nacional de Guatemala el domingo 26 de marzo. Esta inició a las 10:00 horas, frente a la sede de esta institución en la quinta calle 3-43, zona 1 de la ciudad capital. 

“Nos encontramos con toda la disposición de continuar luchando apegados a la ley y de hacer las cosas correctamente. Pedimos justicia y esclarecimiento porque nunca faltamos al respeto. Tememos que venga otra llamada de atención y que a mis compañeros les suceda lo mismo que a mí”, finalizó la bailarina. 

Kristhal Figueroa

Periodista y socióloga en formación. Interesada en narrar la situación de las mujeres, movimientos sociales y juventudes. Feminista de la periferia de la Ciudad de Guatemala. Becaria de la International Women’s Media Foundation e integrante de la octava generación de la #RedLATAM de Distintas Latitudes.

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