Una despedida a la periodista Elena Supal “Xochitl”
La madrugada del 15 de julio de 2022 sorprendió a Xochitl, aquella mujer incansable, ahora octogenaria, cuya historia se escribió en cada una de las líneas de sus manos, cada hebra de su cabello y en cada destello de su tierna mirada. Esa madrugada de julio recibió cálidamente el último respiro de la “chica de las comunicaciones” como cariñosamente le llamaba.
Xochitl fue una chica soñadora, con ideales revolucionarios. Se involucró, se arriesgó y luchó por sus ideales, razón por la cual tuvo que exiliarse en Cuba. Periodista nata, desde aquel lugar siguió con su labor, una de sus funciones fue comunicar lo que sucedía en Guatemala. Escribió y comunicó. Cuando iniciaron las negociaciones para la firma de los Acuerdos de Paz, Xochitl ahora con experiencia pero con la misma energía de sus anhelos de paz, volvió a Guatemala.
Fue reconocida por el movimiento de mujeres y organizaciones sociales a favor de la firma de los Acuerdos de Paz.
A su retorno, trabajó con La Misión de Verificación de las Naciones Unidas en Guatemala (MINUGUA) en procesos formativos dirigidos a periodistas guatemaltecos. Estuvo radicada un tiempo en Zacapa en donde es recordada con mucho cariño. Posteriormente se dirigió al municipio de Livingston, Izabal. Por algún convenio entre la Cruz Roja Española y la municipalidad de Livingston, se construye un edificio en el que se destina un espacio privilegiado para las mujeres. Así nació la primera Oficina Municipal de la Mujer en Guatemala dirigida por Elena Supal Williams “Xochitl”, mucho tiempo antes de que el código municipal lo contemplara en sus reformas.
Elena Supal fue reconocida y llamada “abuelita de las OMM” porque desde su espacio incidió y motivó a las organizaciones de mujeres para que se establecieran las oficinas de la mujer en las municipalidades del resto del departamento y del país.
Siendo una mujer incomparable, sobreviviente del conflicto armado interno, coordinó con Fundación Guatemala para que la Escuela de Liderazgo avalada por la Universidad Autónoma de México llegara al municipio de Livingston.
Logró establecer coordinaciones con la delegación departamental de la Secretaria Presidencial de la Mujeres (SEPREM) para llevar procesos formativos dirigidos a mujeres socializando la Ley de Consejos de Desarrollo Urbano y Rural y motivando la participación ciudadana en los espacios de toma de decisión. Producto de esos liderazgos nuevos y fortalecidos surge la inquietud de trabajar la agenda para las mujeres garífunas y afrodescendientes de Guatemala.
Desde la Oficina de Elena Supal se preparaba el café, las señoras compartían pan, tamales o frutas, se puede decir que el trabajo de la agenda no tuvo ningún financiamiento, surgió de las mujeres de base, la oficina municipal de Livingston, la delegada de la SEPREM y el apoyo financiero de la Comisión Presidencial Contra la Discriminación y el Racismo (CODISRA) en las últimas fases.
El trabajo fue terminado el 25 de julio de 2010 y entregado a SEPREM dirigida en ese entonces por Sonia Escobedo, en una actividad especial en el marco del día de la Mujer Afrodescendiente.
Por su trayectoria, ejemplo de tenacidad, valentía, fuerza y amor a las mujeres guatemaltecas en especial a las mujeres del departamento de Izabal y de su querido terruño Livingston, la Asociación Civil Mujeres de Izabal, la Defensoría de la Mujer Indígena y la Secretaría Presidencial de la Mujer, rindieron homenaje a Xochitl el 8 de marzo de 2016 , entregando un pergamino en el que se le nombra “Mujer Destacada” por su trayectoria y legado, estableciendo el Galardón Mujeres de Izabal, orden Elena Supal Williams, para reconocer a otras mujeres que se esfuerzan por mejorar las condiciones de vida de otras mujeres.
Así fue el paso de Xochitl en su tierra… dejando huella indeleble, abriendo brecha para que las mujeres guatemaltecas pudieran conocer sus derechos humanos.
Xochitl volvió a Cuba a reunirse con su familia, la vida ya no le permitió volver a su terruño. Hasta el último momento añoró volver a ver su gente, a las mujeres, a sus amistades. Ya no volvió a Guatemala, dejó su último aliento en la Isla del Encanto, pero dejó su corazón entero en su tierra natal Livingston, Izabal.