Transfeminicidios: una problemática pendiente de abordar
En enero del 2023 se han registrado 2 transfemicidios, uno en Quetzaltenango, otra en Sacatepéquez y 1 homicidio en la Ciudad de Guatemala. Las organizaciones que trabajan en la defensa de la población LGTBIQ+ denunciaron públicamente que son crímenes de odio, así como la falta de seguridad y protección por parte de las instituciones para la población diversa.
El Observatorio Nacional de Derechos Humanos LGTBIQ+, realizó un informe sobre las violencias ocurridas en el 2022. Siendo una cifra de 29 personas agredidas. Las víctimas registradas son hombres gays con 14 afectados y las mujeres trans con 7 afectadas, no obstante otra parte de la población como las mujeres lesbianas con 3 afectadas y 4 personas bisexuales comienzan a ser visibles en las estadísticas .
¿Por qué el odio?
La activista y defensora trans, Mónica Chub, de la organización Gente Positiva en Alta Verapaz, explica que la transfobia proviene de parte de personas que no toleran y respetan la identidad de ellas. El pensamiento de que las mujeres trans siguen siendo “hombres”, está arraigado en la sociedad guatemalteca. Algo que ella destaca, es que no brindan información acerca de la población LGTBIQ+ adecuadamente, lo que provoca situaciones de ataques de odio por el miedo y desconocimiento.
Los retos
Para las mujeres trans todos los días son un desafío, enfrentar situaciones de discriminación y exclusión por su identidad de género es una constante. En todos los ámbitos hay retos por superar: entornos laborales, educativos y familiares son los más recurrentes.
“No solo en el ámbito social sucede esta situación, sino también en el sistema de salud. Nos damos cuenta que las compañeras que han sido internadas por complicaciones de salud llegan a empeorar cuando llegan a la instalación debido a la mala atención que se les brinda y es ahí donde también forma parte de estas violencias que nosotras enfrentamos por esas personas”, expone Mónica.
Otro reto al que se enfrentan son los pocos espacios seguros que existen para la población. El caso de Nancy Sacul, una mujer trans Q’eqchi’ originaria de Chisec, Alta Verapaz, es uno de los casos que en búsqueda de mejores condiciones de vida terminó en un transfeminicidio.
Sacul tuvo que trasladarse a la capital de Guatemala a la edad de 14 años, debido a que enfrento situaciones de discriminación y exclusión en todos los ámbitos, desde su hogar hasta en su entorno social.
El trabajo que consiguió a temprana edad fue el de vendedora de verduras en el Mercado El Guarda en la zona 11. Esta zona es catalogada de peligrosa, y por la doble discriminación que otra vez le toco afrontar , así como las pocas oportunidades que se le presentaron, opto por el trabajo de servidora sexual a los 18 años.
Nancy fue recibida en el Colectivo de Mujeres Trans Trabajadoras Sexuales de El Trébol, para perseverar su vida de forma segura y poder enfrentar la desigualdad. Desde el 2012, El Colectivo ha sido víctima de amenazas y extorsiones, por parte de personas del sector de El Trébol.
El colectivo asegura que se han interpuesto denuncias al Ministerio Público (MP), pero estas han sido ignoradas. Como el caso de Nancy Sacul, quien fue amenazada y luego asesinada el 2 de julio del 2022 por el transfeminicida Bersavi Revolorio Nájer, un guardia de seguridad en un club nocturno que hacía extorsiones contra el colectivo.
El 3 de enero del 2023 el juzgado Décimo Unipersonal condenó a 21 años de cárcel a Bersavi Najer, por el transfeminicidio de Nancy Sacul. Aunque para llegar a este resultado utilizaron el agravante “menosprecio ofendido”, porque no está dentro de la legislación guatemalteca el reconocimiento a la identidad de género de las personas, otro reto para las identidades diversas. Aún así, el juez reconoció que el acto se cometió por desprecio, prejuicio y estereotipo.
Una ley de género
Colectivos y organizaciones han exigido que se haga justicia en contra de los crímenes de odio que atacan a la vida de la población trans y que los sectores judiciales deben hacerse cargo de los casos, debido a que en su mayoría han quedado impunes.
Además, exigen al Estado de Guatemala y a las instituciones el reconocimiento de su identidad, porque esto impide visibilizar la problemática y proponer soluciones estructurales. “Si no se soluciona esta situación es porque realmente son personas conservadoras, son personas machistas, quienes están laborando en esos espacios y entonces eso no permite que se siga cumpliendo el mandato que tienen todas esas instituciones encargadas de velar por nuestros derechos”, explica Monica.
El 22 de febrero del 2018 se conoció un iniciativa de ley 5395 presentada por la diputada Sandra Nineth del Bloque Convergencia y el diputado Walter López de la Unidad Revolucionaria Nacional URNG, en esta se dispone aprobar la identidad de género “proponiendo la promoción del respeto, la protección y el ejercicio de los derechos humanos de las personas transgénero.”
Esta iniciativa fue presentada ante la Comisión Ordinaria de la Mujer realizando una reunión con las organizaciones y colectivos de la población LGTBIQ+, para exponer los datos y argumentar sobre la ley. Sin embargo, el 30 de agosto del 2018 el diputado Aníbal Rojas de la bancada Visión con Valores (VIVA) concluyó el dictamen en contra de la iniciativa de ley sobre identidad de género, explicando que no solo debe haber una ley para las personas trans sino para la población en general “Nuestra función es proteger a todos por igual”, expresó.