Tarifas sociales podrían beneficiar la economía familiar

Foto: Angie Ross

El alza en los precios de los productos de la canasta básica y los servicios básicos del hogar es una preocupación constante para la mayoría de la población. En las últimas semanas, autoridades de Gobierno han ofrecido la implementación de algunas medidas para aliviar el bolsillo de las familias guatemaltecas. 

Por Violeta Cetino

De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística, la Canasta Básica Alimentaria (CBA) se define como “un conjunto de alimentos que constituyen un mínimo necesario para satisfacer, por lo menos, las necesidades energéticas y proteicas de un hogar; y que se ajustan en la medida de lo posible al patrón cultural, capacidad adquisitiva, así como la disponibilidad y precios de los alimentos a nivel local”.

Según la Actualización Metodológica 2024 de esta entidad, la Canasta Básica Alimentaria Urbana (CBAU) está conformada por 66 productos y la Canasta Básica Alimentaria Rural (CBAR), por 60 y cuantifica los gramos sugeridos para un hogar conformado por 4 miembros, aproximadamente, con un requerimiento calórico de entre 2 mil 52 y 2 mil 172 calorías.

Actualmente, el precio de la CBAR es de Q.654.30 en el área rural, y de la CBAR, Q1,287.49 en el área urbana. Este es un estimado por persona, mensualmente; en comparación con el salario mínimo aprobado para el presente año de Q3 mil 634 para el departamento de Guatemala, y de Q3 mil 477 para los demás departamentos del país.

Foto: Angie Ross

Sin embargo, en muchos casos, esas estimaciones se quedan en papel. Gilda Martínez es una mujer de 67 años, trabajó durante 28 años en el seguro social y percibe un salario de Q2 mil 500. “Mi salario actual corresponde al salario que devengaba mensualmente cuando me jubilé y nunca, en los 12 años que tengo de jubilada, he recibido un aumento”, mencionó, por lo que realiza trabajos como cuidadora de niños para complementar sus ingresos y costear su alimentación, vivienda y servicios básicos.

Martínez comentó que muchas mujeres que trabajaron para la entidad privada, lograron una jubilación por parte del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS), pero que los montos que perciben están entre los Q300 y Q500. “Dígame usted, ¿quién va a sobrevivir con Q300? Es imposible llevar una dieta saludable, si solo la libra de carne está a Q35 y los precios de las frutas, por los cielos”, reclamó indignada.

Hace dos semanas la vicepresidenta Karin Herrera, anunció por medio de sus cuentas en redes sociales, que, a través del Gabinete Específico de Desarrollo Económico (GABECO), trabaja en propuestas para que los precios de la canasta básica sean más accesibles. Una de las medidas que adoptará es la eliminación de los impuestos a los granos básicos, para que las empresas puedan comercializar sus productos a un precio justo, informó.

El presidente Bernardo Arévalo comunicó en conferencia de prensa el pasado 31 de mayo, que ampliará el beneficio de la tarifa social de la energía eléctrica y consideró que este gasto representa una porción significativa de la economía familiar, “por ello, a partir de este momento y hasta diciembre, todos los hogares en los que se consuma menos de 100 kilovatios serán beneficiados con la tarifa social”, manifestó.

Añadió que esta es una medida de la que podrán gozar, tanto los hogares conectados a la Empresa Eléctrica de Guatemala, como a DEOCSA y DEORSA, con lo que espera garantizar que más de tres millones de hogares gocen de un reducción de hasta un 80% al precio de su factura mensual, lo que se traduciría a un aproximado de 15 millones de personas beneficiadas en el país.

Martínez ve con buenos ojos ambas disposiciones, y explicó que al haber un ahorro en el costo del recibo de energía eléctrica y una baja en los precios de los granos, bien podría utilizar ese dinero para emplearlo en costear otro servicio o en entretenimiento, “que bastante bien hace para mantener la salud mental”, finalizó.

Violeta Cetino

Soy mujer mestiza, periodista y profesional de la comunicación. Me apasiona contar historias y me interesa un mundo más digno para la niñez y la adolescencia, así como la visibilización de las demandas populares y sectores desfavorecidos de la población.

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