Acoso
La violencia contra las mujeres persiste en todos los ámbitos, desde el hogar hasta los espacios públicos, y se refleja en las miles de denuncias que cada año quedan sin respuesta. En Guatemala, se han registrado más de 96 mil casos en el Ministerio Público (MP) en los últimos dos años, lo que demanda atención urgente, indican organizaciones sociales.
El acoso en las universidades no es un hecho aislado, es una expresión de poder patriarcal que atraviesa a las instituciones educativas. Lo que debería ser un espacio para pensar, aprender y crear, se convierte para muchas mujeres en un territorio de riesgo y violencia. El acoso conlleva efectos psicológicos necesarios de visibilizar. La reciente investigación del Observatorio Contra el Acoso Callejero Guatemala (OCACGT) lo evidencia con rigurosidad: estudiar sin acoso todavía es un derecho pendiente.
El acoso sexual que a diario sufren las mujeres y las niñas en Guatemala, existe y persiste. Cada día, en espacios públicos y privados se registran diversas expresiones de la violencia de género, que en gran medida están naturalizadas, dejando de lado que se trata de estereotipos y patrones culturales patriarcales, relaciones desigualdades de poder y subordinación que coloca a las niñas y mujeres en situación de vulnerabilidad y peligro. Actualmente no existe una ley que ayude a castigar y penalizar esas acciones. Se esperan avances en el actual Congreso para que se apruebe.
Según la publicación de elPeriódico, el Ministerio Público (MP) confirmó que la Fiscalía de la Mujer comenzó una investigación contra dos agentes fiscales asignados a la Fiscalía contra el Crimen Organizado por señalamientos de acoso.
Oaxaca, Oaxaca. “Oaxaca, ocupa el deshonroso primer lugar en feminicidios a nivel nacional”, dice Angélica Ayala, directora del Grupo de Estudios para la Mujer “Rosario Castellanos”, en una entrevista colectiva.
La Red Interuniversitaria Seguras y Educadas (RISE) integrada por cuarenta estudiantas de 8 universidades del país presentó el primer Estudio Exploratorio sobre Acoso Sexual en las Universidades Privadas, específicamente del área metropolitana, que arrojó varios datos sobre este fenómeno en las diversas casas de estudios superiores del país.
En Guatemala no existe una normativa general sobre acoso laboral, y muchas veces está implícito el acoso sexual, sobre todo al ser mujer. En la actualidad varias instituciones dicen tener protocolos para la atención de estos casos, pero no todos llegan a un castigo ejemplar contra el agresor, como el caso de Victoria.
Una joven que fue estudiante de la Universidad Regional de Guatemala en una de las sedes del departamento de Guatemala, ha decidido hablar del acoso que vivió por casi cuatro años sin que el coordinador y el rector hicieran algo al respecto. En este testimonio cuenta lo que sucede cuando se entregan tareas, se asisten a clases pero no aparecen los punteos en sus cuadros de notas, sino que son trasladados a otras estudiantes; o cuando los catedráticos se niegan a enviar a la estudiante los trabajos que se deben realizar.