Silvia Solórzano: necia, feminista y abuela quiere ser diputada
Necia, perseverante, feminista, madre, pero sobre todo abuela, de esa forma se define a sí misma, Silvia Solórzarno Foppa, una mujer de 72 años de edad que asumió postularse este año como candidata al Congreso de la República por el distrito central del partido político Unidad Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG-Maiz).
Silvia ha caminado por las calles y los mercados de la zona 7 de la ciudad capital, por dos horas, de lunes a viernes, durante el último mes, con el objetivo de repartir volantes con el logo del partido URNG-Maíz, en el que se lee “Afíliate”. Vestida con ropa cómoda, una zapatillas cafés, una falda y una playera blanca con el logo de su partido, recalca a toda persona que decide detenerse a escucharle qué es “el partido de la mazorca, por un país mejor para todos”.
¿Quién es Silvia y por qué decidió ir como diputada?
Silvia tiene cerca de 55 años de dedicarse a la militancia política, sin embargo, es la primera vez que se postula por una diputación al Congreso de la República y la segunda vez que a una elección popular. En 1999, fue la primera vez que se postuló como candidata al Parlamento Centroamericano (Parlacen), un cargo que no logró alcanzar.
Solórzano ha sido una mujer que ha estado alejada de las redes sociales y del radar público, pese a que ha permanecido activa en el partido político URNG-Maiz, razón por la que en el 2023 decidió aceptar postularse como candidata a diputada debido a que ahora cuenta con mayor disponibilidad de tiempo, comentó.
Silvia ha sido reconocida principalmente por ser la hija de Alaíde Foppa Falla, poeta, escritora, crítica de arte, profesora y cofundadora de la revista feminista mexicana Fem. Alaíde nació en Barcelona, España, estuvo en México y fue desaparecida en diciembre de 1980 por el Ejército de Guatemala, cuando se encontraba en el país.
En la actualidad, otra parte de la sociedad ubica a Silvia por su hijo, Juan Francisco Solórzano Foppa, que fue fiscal del Ministerio Público y jefe de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT) entre el 2016 y 2018.
Pero para quien realmente conoce a Silvia sabe que ella ha jugado un papel clave y trascendental en la historia política del país.
En 1972, Silvia participó en la conformación del Ejército Guerrillero de los Pobres (EGP), aunque comenzó su militancia desde cuatro años atrás, en 1968 cuando vivía en México. El EGP es una de las cuatro organizaciones guerrilleras en Guatemala que conformaron la URNG y que el 29 de diciembre de 1996 firmaron la paz con el Gobierno de Guatemala, después de 36 años de Conflicto Armado Interno.
De la universidad a las montañas
Silvia nació el 2 de diciembre de 1950 en Guatemala, pero su familia se mudó a México cuando ella tenía 6 años, de ese país guarda algunos recuerdos de su etapa de estudiante y el gusto por la comida mexicana como los tacos.
Comenzó a estudiar medicina en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en la que permaneció cuatro años, luego viajó a Guatemala y concluyó la carrera en 1975 en la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC).
Durante esa época Silvia recuerda que comenzó la conversación sobre la coyuntura política ya que un grupo de guatemaltecos estaban reconstruyendo la organización guerrillera después del intento de aniquilación por parte del Estado en contra del movimiento armado que impulsó Luis Turcios Lima.
“Estamos hablando de los años 70, 71, y 72, estaban reconstruyendo la organización guerrillera, porque se había dado como decimos nosotros, la derrota temporal de la guerrilla, de Turcios Lima en el 67 y uno de los grupos sobrevivientes estaba reuniéndose en México, para formar una nueva organización guerrillera”.
Silvia es la cuarta de cinco hijos que tuvo Alaíde con Alfonso Solórzano Fernández. Su padre fue político y militante del partido Guatemalteco del Trabajo y falleció en un accidente el 9 de agosto de 1980 en México, cuando al bajar de un bus fue arrollado por otro vehículo, detalló Silvia.
Tres de los cinco hermanos de Silvia estaban involucrados en el EGP, y a la fecha es la única sobreviviente. En junio de 1980, murió su hermano menor, Juan Pablo, en Nebaj, Quiché y exactamente al año, en junio de 1981, desapareció en manos del Ejército su otro hermano, Mario Solórzano, que fue periodista en Guatemala. En un año, Silvia perdió a cuatro integrantes de su familia, sus padres y dos hermanos.
Silvia describe que desde que se convirtió en colaboradora de la organización, su vida fue en función de la militancia. Para Silvia, su madre comenzó a colaborar con EGP al enterarse tiempo después que tres de sus hijos e hijas eran parte del movimiento revolucionario.
Recuerda que la influencia de sus padres fue marcada en las pláticas en la mesa, “las discusiones a las horas del almuerzo eran siempre muy políticas y con una visión progresista y revolucionaria. Mi madre había vivido en Italia la Segunda Guerra Mundial, con el antifascismo también. Sí, era una familia en donde todo el enfoque de la vida era por el progresismo. Yo crecí oyendo las ideas correctas”, comentó sonriendo.
Cuando Silvia finalizó la carrera de medicina vivió entre las montañas de Quiché por siete años, entre 1975 y 1982, fue ahí donde se enteró de la muerte de su padre, madre y hermanos. Su principal colaboración en el movimiento armado fue desde el área de la medicina, curando a los enfermos o a los heridos. Además, recuerda que llegaban a las comunidades, “se le visitaba, se le daba información y se le decía para dónde vamos, a qué aspiramos, por qué queremos terminar y quitar a este gobierno, era mucha formación política”.
Entre los factores que le ayudaron a sobrevivir en la montaña, según Silvia, fueron “las casualidades”. Recordó la historia de un excompañero llamado Mariano que iba con ella y un grupo de militantes, en total eran 10. “Estábamos en un lugar y teníamos que llegar a otro, estábamos en un campamento y nos íbamos a trasladar a otro. De repente él dijo -saben qué, adelantense, váyanse cinco y se quedan cinco conmigo-. Ese día caminamos en la mañana, y a la hora de almuerzo había una lomita donde nos sentamos y miramos el paisaje, allí comimos algo que llevábamos, seguimos y llegamos al campamento. Unas 24 horas después venía el segundo grupo y estaba el Ejército, hubo una emboscada y murieron todos, es simplemente impredecible”.
Durante esa época Silvia utilizó el seudónimo de Rita, conoció el amor y estableció pareja con otro militante del EGP, que era conocido bajo el seudónimo de Camilo, con quien sostuvo una relación de siete años y tuvo dos hijos. Enviudó en agosto de 1983 cuando Camilo fue asesinado en la ciudad de Guatemala, en ese momento ella estaba en Nicaragua.
Al salir de la montaña, Silvia viajó a Cuba para realizar el trabajo diplomático e internacional del partido URNG donde permaneció durante 15 años y adoptó a su tercera hija. Indicó que el trabajo diplomático consistió, por ejemplo, en lograr votos en países africanos para que la Comisión de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) emitiera una condena hacia el Gobierno de Guatemala por la represión.
Estuvo durante la firma de la Paz en Guatemala y regresó al país junto a sus tres hijos en 1997, para reintegrarse a la vida civil del territorio nacional.
Una mujer solidaria
Silvia es una mujer principalmente solidaria, así la describieron familiares y amistades que RUDA consultó.
La Contadora General del Partido URNG, Edita Coc, describió que se conocieron en el 2016 y en el transcurrir del tiempo surgió una buena amistad, debido a que fue de las personas que la ayudó: "yo estaba pasando por una época difícil y sin pensarlo, ella me ayudó mucho. A partir de ahí me generó confianza por el tipo de persona que ella es".
Para Gabriela Sigüenza, la tercera hija de Silvia, que vive actualmente en Alemania y que dio la entrevista vía telefónica, solidaria es el valor que define perfectamente a su mamá, debido a que recordó que siempre daba apoyo a quién lo necesitará, por ejemplo, dar posada en su hogar a personas que no eran parte de la familia. "Siempre le decíamos que ella tenía un montón de hijos, no solo por la edad, sino por el rol", describió Gabriela. También detalló que Silvia es de abrir su espacio, como su casa, su carro, sus recursos y su tiempo, para poder apoyar a las demás personas debido a que siempre piensa en el colectivo.
Silvia fue una madre soltera y trabajadora, describió su hijo, Juan Francisco Solórzano, y agregó que siempre ha sido militante del partido por lo que su postulación como candidata a diputada distrital no es algo nuevo para la familia: "a la edad de ella conoce lo que es el miedo, el temor, ha pasado por cosas mucho más difíciles y esto lo asume como un reto más", puntualizó.
Para Olga Rivas, que la conoce hace más de 30 años y con quien mantiene una amistad que surgió por la lucha feminista, también la describió como una persona solidaria: "para mí tiene mucha importancia esa solidaridad y esa disposición que tiene ella de estar cerca de las necesidades, yo creo que es el marco también de su militancia".
Promesa de campaña
La campaña electoral dio inicio oficialmente el 27 marzo, sin embargo, el Registro de Ciudadanos del TSE, definió que sólo los y las candidatas inscritas pueden comenzar con la campaña. Silvia entregó su papelería a la autoridad electoral el 20 de marzo pasado para su postulación como candidata a diputada al Congreso de Guatemala.
Silvia es una candidata de izquierda, feminista y que ha dedicado su vida a la militancia política. Recientemente, en un ambiente amplio y verde, con el aire revoloteando en el centro prehispánico de primer orden Kaminaljuyú, situado en la zona 7 de la ciudad capital de Guatemala, Silvia comentó a Ruda sobre su enfoque de trabajo si llega a una curul en el Congreso. Debido a que es doctora indicó que tiene un especial énfasis en la salud, entre otros temas como:
1. Mejorar la situación laboral y salarial de los trabajadores de salud.
2. La defensa del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) para que no sea privatizado.
3. Evidenciar las mafias en las compras de las medicinas.
4. Apoyar los derechos de las mujeres y de las personas de la tercera edad.
La URNG-Maiz, es un partido de izquierda y socialdemócrata. En la actual contienda electoral existe una dispersión de los partidos de izquierda que reduce las posibilidades de alcanzar un cargo público explicó el politólogo, Renzo Rosal: "este país es de derecha, guste o no reconocerlo es un país que tiene mayoritariamente gente de derecha. Entonces, las opciones de izquierda siempre son vistas como minoría, además, minoría que van a participar de forma separada".
El politólogo, además, indicó que ve posibilidades reducidas que Silvia Solórzano llegué a una curul en el congreso debido a que la profesional de la medicina se ha mantenido fuera del foco público y que considera que los votantes menores de 40 años no la conocen.
Debido a la decisión de participar en la campaña electoral, Silvia dijo que acudirá a las redes sociales, un espacio que piensa aprovechar, pero que poco ha utilizado. Además, espera poder acercarse al votante joven a través de la tecnología y del trabajo en equipo del partido político.
El 26 de marzo fue el cierre de las inscripciones y con ello, dio inicio la campaña electoral. El padrón electoral del TSE reporta más de nueve millones de votantes empadronados que podrán ejercer su voto en los próximos comicios, siendo el departamento de Guatemala el que acumula y concentra la mayor parte de empadronados con más de dos millones de votantes.
Silvia se siente positiva de poder alcanzar una curul, sin embargo, comentó que está en la planificación de otras acciones que tomará para llegar a la ciudadanía y que cuenta con el apoyo de su familia.
Silvia ha sido una mujer activa y ha mantenido como una de sus actividades principales la militancia del partido añadió, Gabriela Sigüenza, por ello, no ve con extrañeza la postulación de su madre, aunque está consciente de su edad.
“Siento que tiene como este espíritu de de hacer cosas nuevas, de probar, de tener esa valentía y el carácter, también de de asumir posturas, de de dirigir cosas, es algo que siempre ha estado presente al tomar responsabilidades”, agregó la hija de Silvia, a la que además siempre sorprende con su energía debido a que en los último años entre sus hobbies ha destacado bicicletear y reciclar.