Ejercer tu sexualidad es un derecho
En diciembre de 2008, 96 países, en su mayoría de América y Europa, firmaron una declaración en defensa de los derechos sexuales y reproductivos. Este acto reafirmó su compromiso con la promoción de la autonomía y dignidad en el ámbito de la sexualidad.
Por Andina Ayala
En el mundo, los derechos sexuales y reproductivos son componentes fundamentales de los derechos humanos. Este tema se comenzó a discutir cuando se estableció la Carta de Derechos Humanos en 1948, y con más énfasis, en 1995, en la cuarta Conferencia Internacional de la Mujer de Pekín, la cual marcó un punto de inflexión para la agenda mundial de igualdad de género.
En 1997 salió a la luz la Declaración Universal de los Derechos Sexuales, también conocida como Declaración de Valencia, debido a que se construyó durante el treceavo Congreso Mundial de Sexología, en dicha localidad de España. Once años después, 96 países se habían suscrito a una declaratoria en defensa de los derechos sexuales.
Los derechos sexuales se centran en la libertad, la autonomía y la dignidad en relación con la sexualidad de las personas. Además, incluyen el derecho a la privacidad, al goce y disfrute, a la no discriminación basada en la orientación sexual, o de identidad de género y el derecho a tener relaciones sexuales consensuadas y seguras.
Por su parte, los derechos reproductivos están específicamente vinculados a la capacidad de las personas para decidir si quieren tener hijos e hijas, cuándo quieren tenerlos y con qué frecuencia. Su enfoque es el derecho a la libertad de elección en la toma de decisiones reproductivas, como el acceso a métodos anticonceptivos, la atención prenatal y perinatal de calidad, así como el derecho a decidir si llevar a cabo o no un embarazo y los servicios seguros de aborto en lugares donde sea legal. También abordan cuestiones como la prevención y tratamiento de la infertilidad.
Tanto los derechos sexuales, como los derechos reproductivos, tienen un enfoque informativo, especialmente sobre salud sexual y prevención de la violencia sexual.
Impulso internacional
Estos derechos son reconocidos a nivel internacional para dar respuesta a las problemáticas de desigualdad de género, discriminación y violencia que enfrentan las personas alrededor del mundo con respecto al ejercicio de su sexualidad.
Dos de los organismos protagonistas en el impulso de los derechos sexuales y reproductivos son la Organización de Naciones Unidas, Organización Mundial de la Salud. En 2008, Guatemala asistió a la primera reunión de ministros de Educación y Salud de América Latina y el Caribe bajo el lema Prevenir con educación, donde asumió el compromiso de implementar programas de educación integral en sexualidad en el sistema escolar.
En el año 2015, Guatemala firmó un plan estratégico que fue acompañado por el Fondo de Población de las Naciones Unidas-UNFPA. Junto a ellos, el país “ha avanzado en la construcción de un marco legal, de políticas y programas para el ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos que incluyen la maternidad segura, la prevención y atención a los embarazos y matrimonios tempranos, la Educación Integral en Sexualidad, el acceso universal a los insumos y servicios de planificación familiar, así como la prevención del VIH y otras infecciones de transmisión sexual”, según la página web de esta institución en el país.
Retroceso
En el año 2021, Guatemala aprobó el Acuerdo Gubernativo 149-2021: Política de Protección de la Vida e Institucionalización de la Familia 2021-2032, cuyo ente rector es el Ministerio de Educación.
El acuerdo determinó que la educación sexual debe ser responsabilidad de los padres y madres y desarrollarse en el contexto familiar. La aprobación de esta política gubernamental ha limitado la implementación de los programas de educación integral en sexualidad (EIS) en el ámbito escolar. Actualmente no existe un programa oficial en educación sexual en los centros educativos.
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No obstante, el país ha ratificado los Objetivos de Desarrollo Sostenible -ODS-, (2020-2030) que también abordan temas de equidad y la erradicación de las brechas de género.
Derechos sexuales universales
Algunos de los derechos sexuales son:
El Derecho a la Privacidad Sexual.
El Derecho a la Equidad Sexual: independientemente del sexo, género, orientación sexual, edad, raza, clase social, religión o invalidez física o emocional.
El Derecho al Placer Sexual: El placer sexual incluyendo el autoerotismo, es una fuente de bienestar físico, psicológico, intelectual y espiritual.
El Derecho a la Expresión Sexual Emocional: Cada individuo tiene derecho a expresar su sexualidad a través de la comunicación, el contacto, la expresión emocional y el amor.
El Derecho a la Libre Asociación Sexual: Significa la posibilidad de casarse o no, de divorciarse y de establecer otros tipos de asociaciones sexuales.