Sasha Sokol: “Mi única responsabilidad fue guardar silencio”
Mientras mujeres en mi situación no nos atrevamos a hablar con la verdad, seguirá habiendo hombres como Luis de Llano. Desde los 14 años quise creer que fui responsable de lo que pasó. Hoy comprendo que mi única responsabilidad fue guardar silencio.
Hace dos días, Luis volvió a hacer declaraciones falsas sobre nuestra relación. Abusó de mí entonces y abusa hoy al manipular la verdad. Al querer minimizarla para eximir su responsabilidad en los hechos.
Hoy es el Día Internacional de la Mujer. Muchas personas piensan que es un día para felicitarnos. No es así. Este día es para reflexionar y alzar la voz ante el abuso sistemático en el que nos hemos visto atrapadas de mil maneras.
Cuando la relación comenzó yo tenía 14 y él 39. Yo estaba en Vaselina con Timbiriche y era claramente una niña. Estuvimos juntos casi 4 años.
Mi familia se enteró y se volvieron locos y no era para menos. Luis casi me triplicaba la edad. Era un año más grande que mi papá y tenía la misma edad de mi mamá.
Fernando me desadoptó. Literalmente, me desadoptó —al escribir esto el corrector me da otras opciones ya que la palabra “desadoptar” no existe en el diccionario—. Ésa fue la primera gran pérdida de mi vida.
Para intentar separarnos, mi mamá me sacó de Timbiriche mandándome a estudiar fuera del país. Abandonar al grupo fue la segunda pérdida.
Durante largo tiempo oculté que seguíamos juntos. Al cumplir 17 le dije a mi mamá que podía seguirle mintiendo, o podía perdonarme. A la pobre no le quedó de otra que abrirse, pero jamás se sintió cómoda y fue feliz cuando, poco tiempo después, terminé con él.
Me costó mucho dejarlo, él era un hombre poderoso en la industria; mi representante y mi productor. Yo tenía mucho miedo que al separarnos mi carrera se viera lastimada.
¿Por qué miente cada vez que habla de mí? Porque sabe perfectamente que lo que hizo es un delito. Durante toda nuestra relación yo fui menor de edad.
Escribo esto llorando. Llorando por lo que sucedió, sí, pero llorando también por lo que sigue sucediendo.
¿Cómo habría sido mi vida si Luis, en lugar de meterme en su cama, hubiera hecho lo que le correspondía, que era cuidarme? Nunca lo sabré.
Lo que sí sé, es que las cosas que vives te marcan para siempre. “La vida se vive hacia adelante pero se entiende hacia atrás”. Hoy puedo ver que ésa relación contaminó de muchas maneras mi vida.
Esa relación terminó hace 33 años, pero hasta hoy, que lo comparto, es que termina lo tóxico que trajo consigo.
Asumo la parte que me debe corresponder, pero ya no puedo –ni debo— guardar silencio.
La vergüenza y el miedo nunca deben ser más grandes que la verdad. Asumo las consecuencias que puede traer la verdad.
Le ofrezco disculpas a mi familia y a Alejandro, mi pareja, por ponerlos nuevamente en una situación así de incómoda. Hablar de esto me hace sentir una enorme vergüenza. Durante décadas quise creer que no mencionarlo haría que desapareciera. Estaba equivocada.
Si existiera algún tipo de paz detrás de compartir esta historia personal tan dolorosa, es la de darle fuerza a otras mujeres para que alcen la voz si viven en alguna situación de abuso.
No pienso hablar más de este tema. ¿Por qué hablo de esto ahora? Porque Luis de Ya No.