Revolución 2023: el arte en la protesta
Durante la marcha de la Revolución del 20 de Octubre de este año, llamada la nueva primavera democrática, destacó un grupo de artistas que con alegría y colorido también se sumaron a las peticiones de renuncia a funcionarios corruptos.
Por Angie Ross
Uno de los bloques que participó en la conmemoración de la Revolución del 20 de Octubre, estuvo conformado por colectivos de artistas que abrazan diversas expresiones creativas, así como por jóvenes de sectores populares que históricamente se han unido a esta marcha. A través de sus expresiones artísticas y su espíritu de resistencia, este conglomerado se comprometió con la ardua tarea de fortalecer la democracia.
“Queremos una Guatemala más justa, solidaria y equitativa, en la búsqueda incansable de la justicia social, explicó Raúl de la colectiva de artistas durante la marcha de este bloque, que comenzó en el Trébol, en la zona 8 capitalina, y enfiló al Centro Histórico de la ciudad.
Las demandas del bloque de artistas y colectivos urbanos coinciden con las expresiones libres y pacíficas que el pueblo guatemalteco ha manifestado durante el Paro Nacional Indefinido. Estas demandas incluyen la renuncia inmediata de la Fiscal General, Consuelo Porras, así como la renuncia inmediata e incondicional de figuras clave como los fiscales Rafael Curuchiche y Cinthya Monterroso, así como el juez Freddy Orellana. Estos personajes son percibidos como los principales protagonistas de un complot que intenta llevar a cabo un golpe de Estado técnico y judicial, además de daño a la decisión soberana del pueblo de Guatemala que ya eligió a sus próximos gobernantes.
“Una revolución con alegría”
Ana Juárez, del colectivo Caja Lúdica, compartió su perspectiva en la manifestación artística de hoy. “Tras los Acuerdos de Paz, las calles se han convertido en un espacio donde el arte se manifiesta como una expresión de resistencia, aportando un componente alegre y artístico a la causa”, expresó.
Diversas organizaciones se han unido para este evento porque creen firmemente en el poder del arte como forma de resistencia, como una revolución que ha estado presente a lo largo de los años.
En este contexto, también se presentan demandas importantes para el sector artístico del país, entre las cuales destaca la necesidad de que se cumplan los derechos como seres humanos y, por supuesto, como artistas. Los derechos culturales, que durante mucho tiempo han sido violados y pasados por alto por el Estado.
Azucena, mujer artista que también estuvo presente hoy, considera que estamos viviendo una nueva revolución, impulsada por una juventud cada vez más consciente y por líderes comunitarios que emergen en la escena pública. En su opinión, esta revolución no se limita a un solo grupo o individuo, sino que involucra a una diversidad de pueblos, más allá de los pueblos K’iche’, Q’eqchi’, Pocomam y Kaqchikel, indica que existen muchos otros, lo que implica una multiplicidad de perspectivas y voces que se unen en este movimiento.
Las y los artistas con maquillaje, peinados y vestidos de manera festiva, también llevan consigo un profundo sentido de alegría que destacó en la marcha de la llamada nueva primavera democrática. Para estos artistas, la revolución se construye con alegría, amor y un compromiso continuo con el arte en las calles.