Rebeca Lane lucha como mujer, artista, madre y feminista
Rebeca Lane es una cantante, poeta y activista nacida en la Ciudad de Guatemala en 1984, durante la guerra interna, suceso que marcó su historia familiar. Encontró en el rap feminista una herramienta política para reinvindicar los feminismos y denunciar las múltiples violencias que las mujeres viven diariamente. Su música, la cual considera “bastante personal”, atraviesa su cuerpo, su contexto y su historia de vida.
La cantautora estudió sociología en la Escuela de Ciencia Política de la Universidad de San Carlos de Guatemala (USAC). Publicó diversas investigaciones sobre tribus urbanas y culturas juveniles en el país. Pero no considera que esta disciplina esté vinculada con su música o por lo menos, no de manera consciente. “Yo creo que a la sociología, y a las ciencias sociales en general, les han quitado la creatividad y eso es muy, muy grave”, explicó.
Rebeca abre la puerta de su hogar, seguida por un perro salchicha al que llama Salchicho. Sonríe, mientras coloca unas sillas en su jardín lleno de plantas. Una hora antes, su sencillo Lucha como Mujer, el tema central del cómic Valiente, una serie animada sobre una superheroína guatemalteca que lucha contra la violencia contra la mujer, había sido estrenado. Según la cantante, la canción representa “a una superheroína que no tiene habilidades especiales o mágicas, pero tiene la fuerza y la astucia para defenderse de las violencias que se encuentra en el camino”.
Los ojos de Rebeca brillan cada vez que menciona a su hija de un año y cuatro meses. Su llegada transformó todas las facetas de su vida: “yo ya no soy la misma persona que era hace dos años, simplemente soy otra”, dijo. Ahora, la cantautora se prepara para arrancar un año de múltiples proyectos musicales. “Se vienen cositas”, indicó entre risas.
Rebeca Lane está de regreso. “Tengo un par de horas más para crear, que es algo que me gusta también”, compartió. Está descubriéndose de nuevo, ahora como la mujer que surgió con el nacimiento de su hija. En esta entrevista, la artista y activista reflexiona sobre este proceso y el impacto en su vida, música y su visión sobre los feminismos.
Nos gustaría comenzar la entrevista conversando sobre tu nuevo sencillo, Lucha Como Mujer. Sabemos que en Guatemala no existe una experiencia universal de “ser mujer”, ¿qué luchas de las mujeres reconoces en la canción?
Tanto el video como la canción hablan de lo que me ha tocado vivir, de lo que es transitar las calles. Yo soy una chava mestiza, urbana, que nació y creció en la ciudad (de Guatemala). Entonces, esas son muchas de las luchas de las que hablo. Hablo sobre esa experiencia de caminar en un territorio donde sabes que por ser mujer, tenés la desventaja y debés estar con los ojos bien abiertos.
El luchar como mujer en nuestros territorios también tiene muchos rostros. En otros videos y en otras canciones también he intentado evidenciar las luchas de las mujeres en distintos lugares. Acá tenemos luchas territoriales que son lideradas por mujeres, por ejemplo, en La Puya donde ha sido tan importante ese liderazgo de las mujeres para que la lucha sea lo que es.
En Guatemala, con esa diversidad de mujeres que existimos y la diversidad de luchas que hay, el luchar como mujer y el reconocer a las mujeres que están ahí es también reconocer el trabajo de nuestras abuelas. A nuestras bisabuelas les tocó luchar en un contexto distinto y a la luz de hoy, resignificar esas pequeñas resistencias que ellas pudieron tener en sus espacios.
Muchos de tus videos han sido producidos por mujeres como, por ejemplo, Alma Mestiza. En Nos Queremos Vivas el equipo fue conformado casi solo por mujeres, incluidas niñas, jóvenes y estudiantes. ¿Por qué decides trabajar con mujeres? ¿Por qué con jóvenes que están comenzando a incursionar en sus áreas?
Nosotras queremos reflejar en los audiovisuales a mujeres “de verdad”, a las mujeres que caminamos y habitamos este territorio. Esta vez hicimos un casting, porque también teníamos fondos para hacerlo y muchas veces en los videos, no los tenemos. Queremos que sean chavas reales, no queremos modelos. Queremos chavas que sean como nosotras.
En esta ocasión, nos inclinamos por mujeres jóvenes. Una autocrítica que nos hicimos esta vez fue que no incluimos mujeres mayores. Para mí, ahora es un reto personal incluir a las mujeres adultas mayores en los próximos proyectos. Son cosas que se invisibilizan y que están normalizadas.
Hemos escuchado que vienen cosas “diferentes” pero, ¿qué es distinto? ¿En qué ha cambiado Rebeca durante su trayectoria como música, mujer y compositora? ¿Qué motiva estos cambios?
Cuando empecé a hacer música estaba en mis 20, era todavía estudiante y era otro contexto social y político también. El movimiento feminista de jóvenes, no existía. Básicamente eran mujeres mucho más adultas o por lo menos en lo urbano. Éramos repoquitas chavas, como cuatro o cinco que salíamos en las marchas, íbamos grafiteando y todo. Ahora vas a una marcha y la mayoría son jóvenes, y están haciendo propuestas artísticas.
Empecé a hacer música desde un feminismo que no estaba articulado desde la visión de las jóvenes porque claro, el feminismo desde otra mirada ya llevaba muchos años aquí y estaba súper fortalecido. Entonces, yo me reconocía a mí misma como feminista, pero no conocía con profundidad el feminismo. Con los años he tenido la oportunidad de profundizar, conocer y reconocer esos distintos matices que existen.
Con el paso de los años me he vuelto mucho más reflexiva y mucho más intencionada con lo que quiero escribir porque cuando empecé a hacer música, no pensé que alguien me fuera a escuchar. (ríe) Ahora que ya sé que la música se escucha, que se ponen en las marchas, que se usan para procesos pedagógicos y que sirve a los procesos personales de muchas, ya soy mucho más intencionada en qué es lo que quiero lograr con las canciones y mucho más reflexiva en cuanto a cómo quiero expresar las cosas.
Desde hace un año y 4 meses que tengo a mi hija, el tiempo que tengo para dedicarme a escribir y para crear es más reducido. Cuando escribo una canción pienso en mi hija y en esta generación. Ahora tengo también la intención de incluir a las madres porque me doy cuenta de lo inaccesible que es para nosotras participar en eventos culturales.
En los últimos meses hemos visto a distintas mujeres artistas posicionar la maternidad en el ojo público. Lo vimos con Mon Laferte, ahora con Rihanna en el Super Bowl. También leímos tu tweet al respecto ¿qué opinas sobre esto? ¿crees que es algo nuevo o solo es más público este tema?
Me parece muy importante que la maternidad ya no se tenga como algo privado. Por ejemplo, en el documental de Beyoncé, ella está en su postparto y está como “al fin logré bajar de peso, ya entro en este traje, ya lo voy a hacer”. Había un abordaje bien distinto a la de la maternidad en esa época.
Ahora, creo que hay un poco más de conciencia de nosotras para poder sacar la voz y decir: no, no es así de fácil. Ni siquiera para Beyoncé, que se imaginan el equipazo que tiene detrás. No es tan fácil venir y decir “bueno, ya pasó el embarazo, me voy a fajar y recuperar el cuerpo” como si no hubieras dado vida, como si no hubieras transformado toda tu existencia, como si no hubieras sido un canal para la existencia de un ser nuevo. Esta es la forma en que yo estoy maternando ahora.
Tampoco normalicemos que las mujeres embarazadas tenemos que poder hacerlo todo igual que siempre. Pongamos la maternidad ahí afuera, pero digamos por lo que estamos pasando. Hagámoslo desde la vulnerabilidad que significa un embarazo y la maternidad, no solamente desde el “wow, nosotras también podemos”, que también es importante. Porque hay gente que te trata como enferma cuando estás embarazada, como que no puedes hacer nada. Sí puedes hacer cosas, pero necesitas cuidado. Creo que también es importante visibilizarlo.
¿Crees que el embarazo y la maternidad cambiaron tu manera de hacer música?
Sí, completamente. No es que haya transformado mi música, es que la maternidad me transformó a mí. Ya no soy la misma persona que era hace dos años, simplemente soy otra. Escribo desde ese ser nuevo que soy, desde ese ser nuevo que nació, porque no solo nace tu hija, naces tú como mamá. Desde allí estoy creando. Entonces, definitivamente ha cambiado todo.
¿Consideras que tu concepción sobre el feminismo ha cambiado ahora que eres madre?
Definitivamente sí, la transformó. Cuando yo no tenía hijos, cuando yo era soltera, disfruté mi vida al cien. Pero claro, yo también tenía el deseo de ser mamá. Luego, cuando elijo serlo y empiezo con mi embarazo, me empiezan a chocar muchas cosas del feminismo. Empiezo a encontrarme con un montón de cosas que quizás antes no miraba, pero ahora que las veo digo “wow esto, yo nunca lo había pensado”.
Por ejemplo, una de las cosas que me empezó a hacer click es esta moda de decir: “uff, pero por lo menos no estoy gastando en pañales”, que antes no me causaba nada. Ahora digo: “¿wow, por qué me molesta esto?, ¿porque me molesta que me digan que gastar en pañales es menos? o ¿por qué me molestan estas visiones que dicen que dar la teta es esclavizarse a la casa?”
Existen en el feminismo ciertas visiones anti maternidad y no se ha abordado esas contradicciones. Es decir, qué genial que podamos elegir, pero eso no quiere decir que el non plus ultra de ser feminista es no ser madre. Habemos quienes sí queremos serlo.
Desde el feminismo, no vemos temas tan importantes como la violencia obstétrica, por ejemplo. Tampoco toda la violencia estatal en contra de las madres y las infancias. No es que el feminismo tenga la culpa, pero tampoco se ha interesado por el abandono a las maternidades y a las infancias.
Hay también un abandono desde las reflexiones feministas hacia la maternidad. Incluso a muchas teóricas y a muchas mujeres que se han dedicado a esta reflexión. Tampoco les ha sido concedido el espacio para hablar y teorizar su maternidad. Ahora, eso es algo que se está transformando y que está cambiando porque habemos muchas mujeres que decimos: el mundo se me paró, la vida se me transformó, yo necesito crear desde aquí, necesito hablar desde aquí y necesito articular desde acá. Es una visión que se está transformando, pero no ha sido profundizada lo suficiente.
Los últimos clips en tu canal de youtube nos dejan con mucha expectativa. Ahora, ¿qué podemos esperar? ¿Qué se viene?
Se vienen cositas (ríe). Ahora arrancamos el año con el video y la canción de Lucha como Mujer. En marzo, se viene un nuevo tema llamado 2022, que es mi canción de despecho. Ya me toca a mí facturar igual que Shakira y dejar de llorar (ríe). No, ya dejé de llorar, pero ya salió mi canción para facturar.
Ahora en marzo, me voy a España. Voy a tener algunas fechas (de conciertos). En Abril, vamos a sacar una colaboración junto con Audry Funk y Masta Quba (ambas raperas mexicanas), es una canción que grabamos cuando pasamos en Guadalajara el año pasado.
Creo que será un año en el que voy a poder volver a hacer cositas, que había dejado de hacer porque el año pasado la bebé estaba muy pequeñita todavía. Ahora, he podido meterme a la creatividad un poquito más y estoy muy feliz.
Disfruté muchísimo este tiempo de fusionarme con mi hija y estar con ella siempre. Ha sido cansado, pero lo he disfrutado. Ahora, también estoy disfrutando este pasito de decir: ¡wow, esta soy yo!, ¡wow! se me había olvidado quien soy. De verdad se te olvida, sobre todo los primeros meses que no podés dejar a tu bebé porque necesita de ti, total y absolutamente.
Siento que este año ya estoy volviendo a mí y se siente súper rico.
Si pudieras platicar con la Rebeca que comenzaba a componer, ¿qué le dirías ahora?
Nada, la dejaría ser. Siento que ha sido un camino muy lindo y no me arrepiento de nada. Aunque yo diga ahora mientras escucho mis canciones ¡ay, por qué dije eso!, no es como que desearía no haberlo dicho, porque esas canciones me abrieron muchas puertas.
Me siento feliz de saber que no me quedé con esas versiones tan reduccionistas del feminismo y que, con los años, he podido enriquecer mi visión mucho más. No me arrepiento nada de lo dicho, más bien, agradezco haber abierto mis horizontes a partir de la música que hice y poder reflexionar desde otros lugares ahora.