Pantallas digitales y su impacto en el desarrollo infantil
Cada vez es más común que niñas, niños y adolescentes permanezcan durante largos periodos frente a una pantalla digital. Desde la neurociencia existen estudios que señalan los daños cerebrales que implican para este sector poblacional la constante exposición a estímulos digitales, mismos que limitan un adecuado desarrollo cognitivo, entre otros.
Por Violeta Cetino
En la actualidad, es prácticamente inevitable que infantes y adolescentes tengan acceso a dispositivos digitales, pues en muchos casos son empleados para entretenimiento, juego y realización de tareas escolares.
Sin embargo, los problemas que genera la constante exposición a los estímulos que suponen su uso, deben ser considerados por padres, madres y tutores a cargo.
De acuerdo con el neurocientífico Michel Desmurget, director de Investigación en el Instituto Nacional de la Salud y la Investigación Médica de Francia, los problemas que pueden desarrollar los niños al pasar mucho tiempo frente a las pantallas van desde problemas de atención y concentración, mala calidad del sueño, pobre desarrollo cerebral, bajo rendimiento académico hasta problemas físicos y psicológicos.
En septiembre de 2020, Desmurget publicó el libro La fábrica de cretinos digitales, los peligros de las pantallas para nuestros hijos y en él detalla cada uno de estos problemas.
Sobre los periodos de atención, indica que estos se acortan ya que el incremento de la capacidad de distracción que se aprende de forma activa en los videojuegos o pantallas, se integra a la estructura cerebral y esto explica que los videojuegos, además de generar posibles efectos positivos en la atención visual, crea un impacto profundamente negativo en la atención focalizada, es decir, en la concentración. “Aunque resulten útiles en un entorno digital, constituyen un obstáculo en el colegio”, menciona.
Además, asegura que el uso de pantallas por la noche retrasa la hora de ir a dormir y de esta forma acorta el tiempo dedicado al sueño y al descanso, sin mencionar que aumenta la latencia del inicio del sueño, dicho de otra manera, el tiempo que transcurre entre el momento en que tu hijo se acuesta y el instante en que concilia el sueño. Esto se debe a la acción que ejercen las pantallas sobre la melatonina, la hormona que induce al sueño.
Según datos del Instituto Nacional de Ciencias Médicas Generales de Estados Unidos, la luz de los dispositivos electrónicos en la noche puede confundir los relojes biológicos, causando trastornos del sueño y otras afecciones médicas, como obesidad, diabetes o depresión.
Y como es de suponer, de la pérdida del sueño se deriva el deterioro de otras funciones cerebrales, como la memoria, la capacidad de aprendizaje y del funcionamiento intelectual durante el día, lo cual afecta de manera negativa el rendimiento escolar.
Desmurget también menciona que las pantallas privan a la niñez y adolescencia de experiencias que les permitirían optimizar su desarrollo cerebral, retrasando así las capacidades de concentración y desarrollo adecuado del lenguaje. De los 0 a los 6 años es una edad crucial para el futuro de cada persona, así que se recomienda evitar malgastar el potencial de estos años en pantallas y reemplazarlas por actividades que desarrollen su sistema motor, la interacción con sus iguales y la creatividad.
Las actividades realizadas en las pantallas se llevan a cabo en detrimento de otras, como dar paseos al aire libre, jugar con otros niños, saltar, correr, etc.
Otro aspecto a tener en cuenta es la presencia de un televisor en el hogar, pues reduce la duración y calidad de las interacciones intrafamiliares: conversaciones, traslado de experiencias y conocimientos a través de la tradición oral, muestras afecto, etc., tan necesarias para el desarrollo cognitivo de niñas y niños pequeños.
Además, impide el desarrollo de una buena salud y condición física, produciendo obesidad debido al sedentarismo que genera. El marketing alimentario dirigido a infantes y adolescentes, se compone casi en su totalidad de mensajes sobre alimentos con pocos nutrientes y muchas calorías.
También, a través de la exposición a las pantallas se refuerzan los estereotipos de acuerdo al cuerpo y la violencia, esta última considerada ya un componente inevitable en la vida de las y los menores, según la Academia Estadounidense de Pediatría.
Algunas recomendaciones prácticas
De acuerdo con la psiquiatra española Marian Rojas Estapé, es indispensable tener normas claras en casa sobre el uso de dispositivos digitales. Unas de sus recomendaciones son que en los tiempos de comidas no haya teléfonos y así priorizar las conversaciones entre integrantes de la familia; defender las horas de sueño por lo que tampoco deben haber dispositivos en las habitaciones durante la noche, para lo que plantea habilitar un sitio común donde se dejen los dispositivos, sin excepción de los padres, pues si la norma no aplica a todos los miembros de la familia, las hijas e hijos no las cumplirán.
Además, propone acompañar a las niñas y niños pequeños a ver lo que les interesa, pues esto les da a los padres y madres la oportunidad de entender y conocer mejor los intereses de sus hijos y les permitirá advertir los posibles peligros a los que pueden exponerse sus pequeños y pequeñas.
Rojas Estapé también recomienda que la introducción de pantallas a la vida de las y los infantes se haga de forma escalonada. La Sociedad Americana de Pediatría recomienda que no haya ningún tipo de contacto digital hasta los 2 años de edad. Entre los 2 y los 6 años, una hora como máximo, con contenido apropiado a su edad y siempre con acompañamiento de una persona adulta.
El aburrimiento como combustible para la creatividad
Según la psiquiatra, es muy bueno que niños y niñas se aburran. Explica que las pantallas producen varios efectos en sus cerebros: uno es el de relajación y otro es el de distracción. “Si un niño cada vez que se aburre tú le ofreces una pantalla, no será capaz de gestionar su frustración adecuadamente, porque ante cada esfuerzo de la vida tú le estás regalando un motivo de distracción o de relajación y por lo tanto son niños que ante el mínimo esfuerzo, ante la frustración, reacciona de una forma inadecuada”.
Por ello aconseja que cada vez que un niño o niña esté aburrida, dejar que su imaginación fluya, pues aumentará su creatividad, la capacidad de resolver problemas y mejorará cada vez más el autocontrol.