“Nuestra historia vale la pena ser contada en la manera que nosotras la vemos”, Luisa Urbina, cineasta guatemalteca
Las historias contadas desde la mirada de las mujeres en Guatemala, parecen ir tomando más la cámara, el set de grabación y la gran pantalla. Un ejemplo de ello es la joven cineasta guatemalteca de 24 años, Luisa Urbina, que habló con Ruda sobre su acercamiento con el cine y lo que significa haber recibido el “gran premio disidente” en el Festival de cine Disidente con el cortometraje Soñé con Anna, una historia que revela la transición de un padre a mujer trans y el vínculo con su hija bailarina en la época del 1980.
Luisa recuerda que su acercamiento al cine fue desde niña. Su madre tenía una cámara y ella se encargaba de grabar todos los eventos familiares. “Me acerqué al cine de manera indirecta, más que al cine, al audiovisual me acerqué desde muy pequeña. Cuando mi mamá grababa eventos familiares o cualquier plano que le pareciera interesante todo el tiempo. Creo que ahí fue mi primer acercamiento con el audiovisual con una figura femenina, ya que yo tenía esta idea: mi mamá es la persona que está detrás de la cámara, ella documenta cosas. Creo que de ahí viene mi primer amor por el audiovisual”.
A sus 24 años, además de hacer cine estudia Ciencias Jurídicas y Sociales y está por examinarse para graduarse de abogada y notaria, por lo que ambas carreras le han dado otra forma de hacer cine y ver de otra manera el derecho, porque cree no son carreras tan opuestas. “Me encanta crear historias y toda esa parte. La segunda cosa que más me gusta es producir y hay muchas cosas que siento que te ayudan mucho haber estudiado derecho para poder producir totalmente bien”, y agrega “a mí me empezó a gustar más derecho cuando empecé estudiar cine, aún no entiendo esta razón, pero cuando empecé a estudiar cine en el 2020 miraba diferente el derecho y creo que a veces pasa que nos enseñan que solo puedes ser una cosa en la vida”.
Como directora, guionista y productora ha realizado dos cortometrajes, “Soñé con Anna”, que ha sido premiado también en el Festival de Chapinas 2021 como mejor cortometraje por selección del público y “Adán y el Mar”. El primero fue parte de su proyecto de curso en la Escuela de Cine Casa Comal y el segundo del primer laboratorio de cine hecho por mujeres organizado por la Asociación Guatemalteca del Audiovisual y la Cinematografía (Agacine) en el año 2021.
Su primer cortometraje
“Soñé con Anna” ha estado en dos festivales más , uno en España y otro en Morelia, México. El hecho de que en esta ocasión ganara en un festival con mirada disidente en Guatemala, también le da más fuerza a Luisa de creer en su trabajo:“Me siento bastante feliz, principalmente fue un proyecto en el que muchas personas pusimos tiempo, corazón, empeño y parte de nuestra esencia, y por una parte personal, pero también un poco más general, me emociona mucho que cada vez más las mujeres podamos ir ocupando estos espacios, aunque cada vez tenemos más chance aún falta mucho camino que recorrer; falta que a las mujeres nos den,no quiero decir credibilidad, sino la oportunidad de demostrar que sí merecemos estos espacios y sí tenemos cosas que contar, sí tenemos una visión particular cada una de hacerlo”.
La inspiración para hacer este cortometraje vino, según cuenta, por el interés en el vínculo de padre e hija. “Quería contar la historia de esta mujer trans, que tiene que vivir esta etapa de transición en una época muy dura para el país, y a pesar de querer a su familia, tiene que dejarla atrás para poder ser ella misma. Entonces la historia viene principalmente de esta creencia, si tú quieres a alguien sin importar las transiciones, los cambios, los crecimientos que esta persona tenga, siempre va ser importante para ti y no la podés dejar de querer por cuestiones de cualquier tipo, como sociales o cosas que la gente te impone. El cariño y el amor que sentís por alguien no puede ir condicionado por cualquier otra situación si tú genuinamente querés a alguien y esa persona te importa mucho, tú puedes acompañarla en este camino y en este caso, justamente la hija y la madre no están directamente acompañándose en esto pero indirectamente lo hacen”.
Mujeres haciendo cine
El hecho de hacer cine siendo mujer es marcar una diferencia, así lo cuenta Luisa, “Yo creo que marca una gran diferencia porque justamente he estado en proceso de investigación sobre este tema y creo que no solo en el cine, sino en todos los ámbitos, pero quizá reduciéndolo un poco más en el ámbito del arte. Es tan importante que las mujeres, desde que son niñas tengan referentes de mujeres haciendo cosas, de mujeres dirigiendo espacios, de mujeres liberándose. Hace una diferencia porque nos inspira y nos hace creer que sí es un espacio para nosotras, que sí podemos liderar en el cine, que sí vale la pena que nuestras historias y nuestros puntos de vista sean contados”.
Ser mujer y estar en el set de grabación de una película, cortometraje o audiovisual es algo de lo que se ha empezado a hablar, son espacios que también se han empezado a visibilizar y tomar por más directoras, productoras, directoras de arte; y Luisa, que ha estado en este espacio, también cuenta que al compartir este espacio con varones, que suelen ser mayoría en un equipo,suele haber diferencias o límites que hay que marcar. “Lo que más he encontrado es que a veces te subestiman, te subestiman mucho y es bien complicado ya en el ámbito laboral, cuando ya estás trabajando en un proyecto, porque a parte de las preocupaciones que tendría cualquier persona normal en su cargo, tenés esa otra carga y preocupación extra que no tienen los hombres, de estar demostrando que tú sabes y puedes hacer las cosas.con algunos compañeros por ejemplo, cuando la dirección, producción y cabezas de área son mujeres, tienden a retar o cuestionar, no de una manera crítica, ciertas situaciones. Poco a poco vas aprendiendo a poner límites y a creerte tú también que tú estás ahí por algo y que las personas tienen que respetarlo”.
Ver a más mujeres haciendo cine y tejer una red de artistas es parte de los caminos que los que está esperanzada Luisa, “creamos en nosotras mismas, que sepamos que nuestra historia vale la pena ser contada en la manera que nosotros la vemos y que siempre vamos a encontrar una red de compañeras y compañeros. Tejer esta red de mujeres artistas es lo que necesitamos mucho en Guate, solo así vamos creando estas redes y ocupando más espacios”.
Para este 2022 ya hay varios proyectos que Urbina está por estrenar: en marzo en la Muestra de Cine Hecho por Mujeres estuvo a cargo de la producción de tres cortometrajes que se podrán ver a mediados del mes. “Cuando una más ocupada está, más ganas de contar historias hay. Ahora estoy en una etapa en la que me hace mucha ilusión incursionar más con el documental, uno de mis géneros preferidos para consumo personal es el documental autobiográfico. Me encanta este género me hace sentir mucho, me identifico, aunque sea una historia completamente diferente a la mía, me encanta de dónde vienen estas historias. Me gustaría mucho incursionar en esta parte del documental íntimo, me gustaría explorar unos temas familiares, trabajar mucho con material de archivo, con estos videos de mi mamá, con algunas entrevistas importantes para mí. También otro proyecto que nos apasionaba mucho realizar con un grupo de mujeres cineastas es poder documentar a tres artistas guatemaltecas con mucho peso en Guate”.
Luisa también está trabajando en la preproducción de otros dos proyectos por lo que sus ganas de seguir haciendo cine están a toda máquina.