No se fue con el novio, está desaparecida
Era un concierto público organizado por una institución pública en el cantón de Pococí, Limón, Costa Rica, en septiembre del 2022. En la tarima principal antes de presentar al siguiente grupo musical, la presentadora comenta al micrófono que una niña ha desaparecido y su madre la está buscando. Menciona las características de la niña y el último dato que menciona es: ella tiene 14 años. En ese momento, se escucharon risas por parte del público, así como comentarios como “seguro anda con el novio”, “se escapó”, “no es una niña”. Incluso la presentadora se ríe también a través del micrófono.
Es desde estas expresiones como las desapariciones de niñas y jóvenes se invalidan a nivel social. Esta es una problemática vigente en el país, donde sus vidas se encuentran en constante riesgo. Según la página del Organismo de Investigación Judicial en Costa Rica en la sección de Desapariciones y Sustracciones de Menores, en el año 2022, 29 niñas y jóvenes en el rango de edad de 12 a 17 años de distintas regiones del país desaparecieron.
Expresiones como las escuchadas en el concierto, además, demuestran los prejuicios que recaen sobre las desapariciones de las niñas y las jóvenes, así como el completo abandono tanto a la niña como a su madre en la búsqueda. Es así como la responsabilidad recae solo en ella, mientras la sociedad decide abonar a la revictimización e indiferencia hacia la vida de las niñas y las jóvenes, pues no solo se les ignora, también se les juzga.
Estamos frente a una sociedad donde el cuidado colectivo y el tejido social ha sido erosionado. Esto perpetúa en el retroceso de los derechos de las niñas y las jóvenes a vivir vidas libres de violencia. Ellas son expuestas a distintas violencias sin la atención correspondiente y a tiempo por la sociedad, las instituciones encargadas y los medios de comunicación. Las desapariciones son una muestra de ello.
Desde luego, no se puede negar el esfuerzo de las organizaciones de base, las colectivas y las propuestas artísticas para abordar la problemática en el país, y la vulneración de los derechos de las niñas y las jóvenes, así como la lucha de las familias de personas desaparecidas por encontrar justicia y reparación cuando esto les ha sido negado desde el primer momento.
Es preciso plantear si las niñas y las jóvenes realmente se encuentran en el centro del cuidado colectivo, o más bien se encuentran en un escenario alejado de ello. Ante esto, es necesario exigir medidas suficientes para la prevención, atención y seguimiento en los casos de desaparición y el derecho a tener vidas libres de violencia.