«No olvidemos sus rostros, sus nombres y sus luchas.”
La cantante Sara Curruchich publicó en su cuenta de twitter una serie de ilustraciones que rememoran la vida de las y los defensores de derechos humanos asesinados en 2020. En ellas se encuentran los nombres, rostros, edades y lugares de residencia de ocho personas.
Entre las organizaciones y luchas de cada una, resalta da defensa del territorio, el medio ambiente y los bienes naturales, el ejercicio del periodismo y los derechos económicos, sociales y culturales.
A ello se suma la exigencia de justicia por los asesinatos a las personas defensoras perseguidas y asesinadas. La criminalización y los asesinatos se enmarcan en un contexto de racismo estructural y de un modelo de desarrollo extractivista que se pretende imponer en distintas comunidades.
Bryan Guerra era periodista y vicepresidente de la Red de Comunicadores Sociales de Chiquimula. Fue atacado con arma de fuego y murió cinco días después.
Dominga Ramos, integrante de CODECA y activista por el derecho a la energía eléctrica accesible, fue asesinada en su casa.
Domingo Choc, especialista en medicina maya y guía espiritual q’eqchi’, fue acusado de brujería y quemado vivo en San Luis, Petén.
Alberto Cucul, protector del Parque Nacional Laguna Lachuá, fue asesinado el 8 de junio con un arma de fuego en el interior del Parque.
Medardo Alonzo, defensor del territorio y de los derechos de los pueblos mayas, fue asesinado en Chiquimula.
Fidel López, integrante de CODECA y defensor de los territorios, fue asesinado el 23 de junio.
Benoît (Benito) Maria, activista por el desarrollo sostenible e integrante de Agrónomos y Veterinarios Sin Fronteras, fue asesinado mientras viajaba por el departamento de Quiché.
Mixael López, COCODE y miembro de CODECA en Jalapa, fue asesinado el 11 de agosto.