Mujeres Ixiles rompen el silencio y testifican contra Benedicto Lucas García

El viernes 5 de abril inició el juicio por genocidio contra el general retirado Benedicto Lucas García, en el Tribunal de Mayor Riesgo “A”, acusado por el Ministerio Público por los delitos de genocidio, deberes contra la humanidad y desaparición forzada. Seis mujeres debieron esperar 42 años para presentar su testimonio y encaminarse hacia la obtención de la justicia. Por lo menos 50 familias sufrieron las masacres dirigidas por el militar, entre 1981 y 1982.

Por Violeta Cetino

Luego de varios intentos fallidos, dio inicio el juicio contra el exjefe del Estado Mayor del Ejército para juzgar la muerte de 844 personas de la etnia maya Ixil, identificadas por testigos y peritajes. A esto se suman 71 víctimas por muertes individuales, 12 comunidades desplazadas por el Ejército, saqueo y destrucción de 18 comunidades, 42 víctimas de desaparición forzada y 16 por violencia sexual. 

Jovita Tzul, abogada de los querellantes de la Asociación Justicia y Reconciliación (AJR), señaló que el pueblo maya Ixil fue atacado de manera indiscriminada con el fin de exterminarlo, como parte de una estrategia contrasubversiva que convirtió al pueblo maya Ixil en un objetivo militar.

Según la abogada, el acusado permitió que el pueblo maya ixil fuera categorizado como enemigo interno por parte de la inteligencia militar, señalándolos de ser base y simpatizantes de la guerrilla.

El juicio contra Benedicto Lucas García, de 91 años, estaba programado para el 25 de marzo, sin embargo, debido a que sus abogados defensores renunciaron, uno de ellos su propio hijo, se reprogramó para el 5 de abril. Ahora su defensa está a cargo de las abogadas Carmen Peralta Marroquín y María Teresa Martínez Velásquez, del Instituto de la Defensa Pública Penal (IDDP).

El juicio cuenta con el testimonio de 152 testigos, entre hombres y mujeres, más las investigaciones de 81 peritos. Las hijas y la esposa de Juan Brito, el primer testigo en declarar, fueron masacradas. Él relató cómo miembros del ejército ingresaron a su casa, en la aldea Pexlá, Nebaj, Quiché, el 20 de enero de 1982. Aunque él logró escapar, su esposa y sus hijas Jacinta Brito Raymundo, de 7 años, Juana Brito Raymundo de 3, Elena y María, de quien dijo no recordar sus edades, fueron masacradas. 

Las mujeres Ixiles rompieron el silencio

La represión y violencia ejercidas por el Estado hacia la población civil durante la guerra  fue también aplicada a mujeres, mujeres embarazadas, niños, niñas y adolescentes, por lo que en lo que va del juicio, seis mujeres han declarado en contra de Benedicto Lucas García, acusado de #GenocidioIxil. 

Lorenza Santiago Raymundo, de 75 años, perdió a su esposo Jacinto Gómez a manos del ejército. Lorenza contó que su esposo se dedicaba a sembrar y ella a tejer en la aldea Pexlá, en Nebaj. Cuando llegaba la hora del almuerzo le llevaba comida a Gómez y aprovechaba para llevar leña a su casa, “éramos felices hasta que llegaron los soldados a matar y no sé qué es lo que les debíamos”, dijo.

La sobreviviente relató que el 10 de septiembre de 1981 los soldados mataron a su esposo y a sus animales, quemaron sus siembras, su ropa y su vivienda. “Yo no sé por qué, no les debía nada”, indicó. Recuerda que su esposo salió a traer leña y ahí lo mataron con puñales.

La segunda testigo en dar su testimonio fue Catarina Chel, también de la aldea Pexlá, quien declaró algunos de los hechos ocurridos el 9, 10 y 11 de septiembre de 1981. Catarina relató que el 9 de septiembre, alrededor de las 4 de la tarde, al menos 15 hombres fueron encerrados y quemados por el Ejército en una casa que se usaba para la milpa y dijo desconocer el motivo por el cual fueron masacrados. 

También sus hijos Diego Ramírez Chel y Juan Ramírez Chel, de 14 y 15 años, fueron asesinados luego de que los soldados los encontraran tapiscando (cosechando maíz) cerca de Cotzal y Pexlá. 

El tercer testimonio fue de María Avilés Torres. Su madre, Catarina Torres, fue asesinada el 23 de enero de 1982 en la aldea Jaq’bintab, Cotzal. “La violaron, la mataron y luego la quemaron”, dijo. 

Además, contó que encontró a sus familiares “con señales de que habían sido amarrados, como se amarra un manojo de leña cuando se mete al fuego". Seis de sus hermanos también fueron masacrados y sus cuerpos quemados en la vivienda.

Durante el tercer día del juicio declaró Juana Avilés Torres, hermana de María Avilés Torres. Recordó que escapó de su vivienda al escuchar la llegada de los soldados y buscó refugio en la casa de su novio. Ocho miembros de su familia fueron masacrados por el Ejército. “Sufrí mucho por culpa de los soldados, apenas sobreviví”, indicó en su testimonio. 

Jacinta Ceto es otra de las mujeres que testificó en contra de Benedicto Lucas García. Recordó que en 1982 ella vivía junto a su esposo Juan Ramírez, en Pexlá Grande, Nebaj. Él trabajaba la tierra y ella como ama de casa. “Vivíamos bien, cada quien tenía su terreno”, contó sobre la vida en la aldea. 

En enero de 1982 los soldados sacaron de su casa a su esposo y lo asesinaron en el corredor. Recién había regresado de trabajar en una finca cerca de  Malacatán, San Marcos, relató Ceto. Jacinta quedó viuda con 5 hijos, el mayor de 6 años, sin casa, ni ropa, pues todo fue quemado por los soldados. 

En el cuarto día del juicio, Isabel Saquic, otra mujer Ixil sobreviviente, declaró que su mamá, sus dos hermanas María y Teresa de 12 y 10 años, su cuñada Magdalena, quien estaba embarazada y la hija de esta, Ana, de 2 años, fueron masacradas en la aldea Jaq’bintab, el 22 de enero de 1982. Su padre había sido asesinado el 17 de abril de 1981. 

Saquic detalló que el 23 de enero de 1982 salió corriendo de su casa cuando escuchó los disparos. Enseguida, su hermano Juan le contó que habían matado a su mamá, sus hermanas y su cuñada. Luego ella llegó al lugar y constató que habían sido masacradas. 

Con lágrimas, Isabel Saquic pidió justicia al Tribunal por los horrores que enfrentó su familia. “Soy la única que quedé, ya no tengo a nadie más y no quiero que le vuelva a suceder a nuestros hijos”, manifestó. 

Para este 10 de abril se esperan más testimonios de las víctimas y sobrevivientes del #GenocidioIxil.

Violeta Cetino

Soy mujer mestiza, periodista y profesional de la comunicación. Me apasiona contar historias y me interesa un mundo más digno para la niñez y la adolescencia, así como la visibilización de las demandas populares y sectores desfavorecidos de la población.

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