Mujeres de occidente buscan romper barreras de participación política

Foto: Mirna Alvarado. La reunión se llevó a cabo el 2 de agosto. Esta se dividió en dos fases: la primera con la diputada Elena Motta y la segunda, con el diputado Raúl Barrera. 

Ante la iniciativa de hacer reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos, mujeres de Quetzaltenango exigen paridad, alternancia e inclusión de los pueblos indígenas.

Por Mirna Alvarado 

Aunque las mujeres guatemaltecas han jugado papeles importantes en la política desde hace tiempo, el cambio hacia una representación más equitativa ha enfrentado y continúa enfrentando múltiples desafíos, el camino se hace más tortuoso si se es mujer indígena.

Los índices de participación política de mujeres distan de la participación de hombres. Durante el proceso electoral de 2023 el 21.2% de postulantes eran mujeres; el 78.8% hombres, de acuerdo con datos del Tribunal Supremo Electoral (TSE). 

Ante ello, organizaciones que conforman la Red de Mujeres de Occidente (RMO), desarrollaron un acercamiento con los diputados Elena Motta y Raúl Barrera del partido Movimiento Semilla. La intención fue plantear dudas y sugerencias para trabajar juntos y juntas, encaminadas a hacer realidad las reformas que permitan mejorar la participación de mujeres y mujeres indígenas. 

“Los espacios de toma de decisiones es todavía limitado para nosotras, prueba de ello es que en el Congreso solo un escaño es ocupado por una mujer indígena y somos más del 50% de la población empadronada”, explicó Telma Suchi, de la RMO.

Foto: Mirna Alvarado. Uno de los desafíos más grandes a los que las mujeres se enfrentan al intentar participar en el proceso electoral, es la violencia política y el acoso

La diputada Elena Motta resaltó que por el momento la iniciativa para reformar el artículo 212 bis, se encuentra siendo analizado en la Comisión de Asuntos Electorales del Legislativo, no obstante, este espacio sirvió para aclarar dudas de las organizaciones y fomentar el acercamiento de diputados con la población. 

“Esta reunión nos sirvió también para platicar sobre mi experiencia como mujer joven en el congreso, los desafíos que me ha tocado enfrentar, si bien es cierto hay avances para que podamos participar, todavía el número de representación de la población femenina es bajo, no solo en el Congreso, sino en los ministerios y otros espacios públicos”, afirmó Motta. 

Desde la introducción de la Ley Electoral y de Partidos Políticos en 1999, que establece cuotas mínimas del 30% para mujeres en candidaturas, esta ley marcó un paso crucial para la participación femenina en la política, obligando a los partidos a incorporar a más mujeres en sus listas electorales. Los datos del TSE reflejan que pasar de la teoría a la práctica no ha sido fácil. 

Foto: Mirna Alvarado. Las mujeres indígenas son todavía más excluidas, son utilizadas para rellenar espacios en planillas municipales y diputaciones.

Según el Registro de Ciudadanos del TSE, de las cinco candidaturas que fueron inscritas el año pasado solo cuatro eran mujeres de los 42 binomios presidenciales; 118 mujeres participaron para ser diputadas frente a 161 hombres en el listado nacional. De las 1 mil 675 candidaturas para diputados distritales, 111 fueron mujeres. 

En tanto que, de 3 mil 370 candidaturas a alcaldías municipales 257 fueron mujeres y de las 28 mil 826 candidaturas de concejos municipales, solo 8 mil 268 eran mujeres. 

“En la actualidad solo tenemos el 3.8% de participación de mujeres en las corporaciones municipales frente al 96.2% que son hombres, así que nos hace falta mucho camino que recorrer”, manifestó Suchí. 

Estos datos establecen que las mujeres en Guatemala todavía enfrentan barreras culturales y estereotipos de género profundamente arraigados. Las expectativas tradicionales sobre el rol de las mujeres en la sociedad a menudo limitan su participación en la esfera política. 

Además, la violencia política y el acoso representan desafíos serios para aquellas que se atreven a desafiar el statu quo. Estas dificultades no solo afectan a las mujeres que desean ingresar a la política, sino que también pueden desalentar a futuras generaciones de líderesas potenciales.

Foto: Mirna Alvarado. La magistrada del TSE Blanca Alfaro junto a representantes de organizaciones sociales que conforman la Red de Mujeres de Occidente.

Aunque Guatemala ha logrado avances significativos en la participación política de las mujeres, el camino hacia una representación verdaderamente equitativa está llena de desafíos. 

La lucha por la igualdad de género en la política continúa siendo una prioridad, y el compromiso de todas las partes involucradas será crucial para garantizar que las mujeres puedan alcanzar su pleno potencial en la vida pública.

Pretenden mejorar participación 

Este martes la Red de Mujeres de Occidente sostuvo una reunión con la magistrada del TSE Blanca Alfaro, la reunión fue parte del cierre de un proceso de formación ciudadana que busca empoderar a las colectivas de sus derechos políticos. 
“Con esto esperamos que todas tengan las herramientas para impulsar su participación ciudadana y política, esperamos que en las próximas elecciones haya más mujeres jóvenes, mujeres indígenas participando y llenando espacios de toma de decisión”, refirió Alfaro.

Mirna Alvarado

Quetzalteca, periodista, creyente de los milagros, amante de los gatos. Becaria del International Center for Journalists (ICFJ), Red Centroamericana de Periodistas y el movimiento NoNosCallarán, participante del Ciclos de Actualización para Periodistas CAP, becaria de la Sala de Formación y Redacción Puentes de Comunicación III, de Escuela Cocuyo y El Faro. Becaria de IWMF, participante del curso de “Periodismo Electoral con datos duros”, impartido por el Instituto Republicano IRI y Laboratorio de Medios también del proceso de formación para periodistas sobre “Periodismo Fiscalización y Transparencia”, (avalado por la Universidad de San Carlos de Guatemala), impartido por el Instituto Republicano y Laboratorio de Medios.

Aunque sus inicios en el periodismo fueron en medios radio periódicos de Quetzaltenango, le ganó la pasión por contar historias desde las letras, la fotografía. Hija de madre indígena y padre mestizo, aunque entiende su idioma materno se le dificulta la pronunciación.

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