Migrar y maternar: una situación de vulnerabilidad 

La migración ha estado siempre presente. Durante los últimos años, su aumento ha sido más que notorio en municipios como Esquipulas, el cual funciona como centro fronterizo. Por años, el hombre fue quien tomaba el rol de salir del país para llevar sustento a su familia y darles mejores oportunidades. Solo algunas mujeres valientes se sumaban al viaje. 

Los roles han  cambiado. Ahora, más historias se unen a las de muchas mujeres migrantes valientes, que deciden dejar a su familia o llevar a parte de ella, por ejemplo, a sus hijas, al viaje. Durante el transcurso, ellas enfrentan un sin fin de dificultades, como la falta de insumos de salud que las llevan a contagiarse de enfermedades por precariedad y condiciones deplorables de vivienda deplorables. Muchas viven en la calle o en casas de campaña. Algunas mujeres también migran embarazadas, lo que pone en riesgo a su bebé. 

Hace unas semanas observé a una madre en Esquipulas, la cual estaba con sus hijos, dos niños y una niña de 9 años y otros dos entre 15 a 17 años. Los dos mayores cuidaban motocicletas y les colocaban cartón en el asiento, mientras los dueños  hacían compras en una plaza. Mientras tanto, en un parque cercano,  la madre secaba ropa que lavaba ahí mismo, mientras los cuidaba y vendía dulces. Ella no era la única: muchas niñas, adolescentes y madres dormía, comían y vendían en las calles, unas en carpas y otras en la calle con sus mochilas abrazadas.

Muchas migrantes son abusadas sexual y psicológicamente, ya sea por compañeros que van en el viaje o por autoridades. Otras son secuestradas por pandillas y violadas. Algunas regresan con sus familias, otras son encontradas muertas por un sistema que no garantiza su protección en su propio país.  

Los procesos migratorios marcan la vida de las mujeres. Algunas madres migran solas para darles mejores oportunidades a sus hijas e hijos, a quienes dejan con tutores. Otras mujeres deciden llevarlos con ellas,  arriesgando su integridad. Por más pequeño que sea, debemos crear un cambio para que la migración ya no sea una opción para  muchos hogares y que las mujeres no tengan que narrar cómo sobrevivieron a problemas de salud, abusos y malos tratos por su condición de mujer.

Viviana Bran

Estudiante de periodismo de segundo año y amante de contar historias a través de la fotografía. Sobre todo, seguidora de leer a mujeres que crean cambios en la sociedad como Rupi Kaur a través de sus poemarios demostrando que somos una revolución de mujeres que pueden crear un cambio para más mujeres que no han contado sus historia. 

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