Mi experiencia en la marcha del #8M2024 entre consigas, resiliencia y valentía
El 8 de marzo del 2024 fue la primera vez que asistí a la marcha. Con entusiasmo me preparé, investigué acerca de los bloques participantes e incluso diseñé una playera con la consigna “libres, poderosas, ¡VIVAS Y SIN MIEDO!” para utilizar con orgullo ese día.
Y es que después de años de querer asistir, finalmente sentí que este 2024 era el indicado, apareció como una corazonada y quien soy yo para negarme a ella. Así que decidí organizar el día con mi mamá, una amiga y un bloque feminista para ir a marchar con las demás mujeres, con las que compartimos la lucha de ser mujer en un país como Guatemala.
Llegamos al punto de reunión y lo primero que sentí fue calidez. Ver a mujeres diversas ocupando espacios como la Corte Suprema de Justicia con pañuelos morados y verdes, carteles con consignas y sonrisas llenas de orgullo al ver que cada vez éramos más mujeres, más voces listas para exigir lo que tanto necesitamos, fue el inicio perfecto de esta experiencia.
Los bloques fueron organizándose para iniciar el trayecto hacia el Palacio Nacional, esperando llegar sanas y salvas al festival “Vivas nos Queremos”. Pasaron aproximadamente 15 minutos para que se formara un nudo en mi garganta y las lágrimas se asomaran a mis ojos… Ver y sobretodo, formar parte de una marcha en la que tantas mujeres nos unimos para exigir respeto, reducción de las tasas de violencia y feminicidios, salarios dignos, justicia por las que ya no están, que las conductas machistas dejen de normalizarse, que se deje de juzgarnos por el físico, que el aborto sea aprobado y que las mujeres podamos ser LIBRES… Fue simplemente maravilloso.
En el resto de la caminata, el sentimiento prevaleció. Caminar y gritar consignas al lado de mujeres que luchan cada día por y para las niñas y mujeres, definitivamente no tiene precio. Ver a muchas gritando y caminando sin miedo fue liberador y empoderador para personas que como yo, nunca habíamos asistido. A pesar de que muchas no nos conocíamos, que no sabíamos nuestras historias, que no conocíamos los contextos de los que venimos, la marcha es ese espacio en el que gritamos, honramos y luchamos por todas, como si fuéramos una sola.
Así que de ahora en adelante ¡Nos vemos en la marcha cada 8 de marzo! Si bien la lucha no es solo este día, es un maravilloso recordatorio de que todas nuestras historias importan, son válidas, merecen ser contadas e importante, nos recuerda que hay una comunidad que nos respalda.
Si nunca has asistido, esta es una invitación a que lo hagas el próximo año. Y si aún no te sientes lista ¡No te preocupes! Quienes vayamos vamos a marchar y a gritar por ti.
Gracias a cada una de las mujeres que asistieron y que hicieron este día tan especial, a pesar de que claramente esto no es una celebración. Son una inspiración para que cada día sea 8 de marzo en nuestras mentes y corazones, para que luchemos siempre por la vida digna y segura que merecemos.
¡SE VA A CAER!