Las Sindecoro, voces feministas para la resistencia y transgresión

Por Lourdes Alvarez /Eslly Melgarejo 

 El decoro está definido en masculino y refiere al buen papel que se debe desempeñar en determinados contextos, pero las Sindecoro proponen romper con esa creencia y aprendizaje que se establece sobre todo para las mujeres, porque ni calladitas, ni sumisas nos vemos más bonitas.

 Las Sindecoro son un grupo coral integrado por mujeres comprometidas con procesos de transformación social. Algunas son feministas y otras no, pero todas le apuestan a contribuir con la erradicación de las desigualdades que ponen a las mujeres en situación de exclusión y desventaja a través de la expresión artística vocal.

 Las Rudas conversamos con Mariayín Quevedo, psicóloga y musicoterapeuta, y con Maya Cú, editora y consultora independiente que forman parte de Las Sindecoro, para conocer cómo es su proceso creativo, las temáticas que abordan y la importancia de seguir en la disputa por la libertad, la equidad y derechos, como los derechos sexuales y reproductivos. 

 ¿Quiénes son Las Sindecoro, voces feministas? 

Somos mujeres comprometidas con procesos de transformación social. Nos identificamos como feministas porque le apostamos a contribuir con la erradicación de las desigualdades que ponen a las mujeres en situación de exclusión y desigualdad, al mismo tiempo que nos atrevemos a soñar con nuevas relaciones que generen armonía y equilibrio entre las personas y los otros elementos de la vida. A través del canto buscamos expresar y acompañar la lucha por la emancipación y derechos de las mujeres diversas y los pueblos originarios.

 

¿De dónde toma la inspiración el nombre?

El nombre surge  como una propuesta de romper con esas creencias y aprendizajes  que se establecen para las mujeres. Es también expresar nuevas posturas y formas de hacer música como una apuesta política, es decir, que a través de nuestro canto cuestionamos las opresiones que nos limitan a vivir en plenitud. 

 ¿Qué las mueve a esta acción colectiva desde el arte coral?

Lo que se enferma en sociedad, se sana en sociedad. En este sentido, cuando cantamos expresamos las dificultades que implica vivir en esta sociedad patriarcal y autoritaria, en la cual se mutila la palabra, la voz de las poblaciones subordinadas. Por tanto, la palabra y voz de las mujeres es cercenada y arrebatada. 

 Utilizar el canto coral es un acto de resistencia y de transgresión, pues como mujeres nos apropiamos del canto para disfrutar y denunciar hechos violentos. Nos motiva, además, el deseo de expresión, el disfrute y la alegría del canto colectivo y el derecho a la recreación como un proceso de sanación. 

 La fuerza colectiva desde nuestro ser mujeres nos ha unido y es poderosa. 

 ¿Por qué es importante posicionar las voces feministas?

Hay una construcción social-cultural prejuiciosa sobre las feministas como "odia hombres". Pero al indagar y escarbar dentro de los feminismos plurales de Guatemala se encuentran grandes sorpresas, personas haciendo cosas muy innovadoras. Enunciar el apellido "voces feministas" se encamina a deconstruir ese prejuicio.

 Las voces de las mujeres han sido acalladas e ignoradas en todos los ámbitos, incluso en el arte. El promover un coro feminista, no profesional, pero sí armonizado, permite transgredir la visión de élite del arte académico, desde una expresión vinculada con los movimientos feministas y sociales; es llevar la música con sentido, que acompaña las luchas que se realizan. Una voz que expresa, disfruta el canto y acompaña. 

 

¿Qué implica alzar la voz desde el feminismo en Guatemala?

Ha implicado que el movimiento de mujeres y feminista nos abrace y nos invite a sus eventos. Hemos asistido a eventos comunitarios-departamentales y hemos sentido que nuestro canto resuena e inquieta a la juventud y otras mujeres adultas. 

 Es un reto por los prejuicios que se han construido alrededor de las mujeres feministas: es demostrar que sí podemos; es compartir, motivar a otras personas, sobre todo mujeres, a encontrar otra forma de expresión y de denuncia de las situaciones que vivimos; y es una propuesta para transformarnos desde nosotras mismas y a nuestro entorno. 

 

¿Cuál es la metodología de creación dentro del grupo? 

Se realiza a partir de propuestas (de canciones, de formas de acción)  y acuerdos colectivos horizontales, con la conducción de la directora coral, Yin Quevedo.  Cada integrante de Sindecoro aporta ideas y propuestas que enriquecen las adaptaciones de las canciones que se interpretan. 

 Además trabajamos vocalizaciones, ritmo, expresión, a través de ejercicios que nos permiten abrirnos y dejar atrás los temores y el miedo escénico, ya que la premisa es también disfrutar lo que hacemos. 

 

¿Qué tipo de canciones posicionan, nos pueden compartir algunas letras que más les motiven y por qué?

Procuramos cantar canciones de lucha y resistencia de las mujeres y feministas en Guatemala, como La Siguanaba, de Sara Curruchich; Siempre Viva, de Rebeca Lane y también la versión guatemalteca de Canción sin miedo; es una versión de Las que luchan, sobre la letra original de Vivir Quintana/ México. Reivindicamos letras de artistas feministas y mujeres en Guatemala para que su canto y letra tengan eco. 

 Incluimos otras canciones e himnos de lucha latinoamericana. Son letras no comerciales, ni chatarra que quizá no suenen en las radios populares. 

 

El feminismo, como los derechos sexuales y reproductivos en particular, sigue siendo un tabú muy fuerte en el país, ¿cómo podríamos empoderar a las mujeres en estos y otros temas?

 Cantar implica exponerse al escarnio público, de alguna manera como pasa con la sexualidad. Cantar implica tomar tu voz, expresar tu sentir, poner límites, cuidarte, decidir y poner tu sentir en el centro. Entendiendo que hay un contexto que limita y condiciona, pero que desde la colectividad se pueden superar los mandatos impuestos y construir la libertad de ser y expresar tus sentimientos más profundos. 

 Mostrarnos en público sin pena, apropiadas de la voz y el cuerpo, es una manera de mostrar a la diversidad de mujeres que nos escuchan que es posible recuperar lo que nos ha sido expropiado: voz y cuerpo, ahora como canales de expresión creativa. 

 

¿Dónde las podemos escuchar?

Tenemos dos fechas conmemorativas fijas en las que participamos:  #8M, Día Internacional de las Mujeres y  #25N, Día de Lucha Contra la Violencia hacia las Mujeres. Eventualmente, participamos en otras conmemoraciones emblemáticas del movimiento de mujeres, en algunas acciones  de incidencia y lucha política y en nuestras redes sociales.

 Para el segundo semestre del 2023, tenemos en vista participar en Musicoral, un reconocido festival convocado por el Coro Universitario de la Universidad de San Carlos de Guatemala.

 Aún estamos por definir nuestra participación en el XV Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, a realizarse en El Salvador. Para ello, dependemos de la sostenibilidad económica que generemos en estos meses, pues somos una agrupación que no cuenta con apoyos económicos de ninguna índole. Cualquier aporte es bienvenido.

 También respondemos a invitaciones para participar en eventos, como seminarios o conferencias que se vinculen a los intereses de las mujeres y sus movimientos. Incluso, actividades culturales de tipo comunitario, como festivales o ferias, cuyas organizadoras deseen compartir propuestas alternativas de arte a la población.

 Normalmente subimos contenidos en nuestras  redes sociales: Facebook, Instagram y Tiktok, donde aparecemos como: @sindecoro.vocesfeministas 

 Pronto publicaremos nuestra página web donde habrá información más precisa sobre formas de donación. 

 Para las lectoras interesadas, ¿cómo pueden ingresar a Las Sindecoro?

Acabamos de cerrar la convocatoria a nuevas integrantes para 2023. La nueva fecha de convocatorias será en 2024. Sin embargo, dejamos abierta la posibilidad para que, quienes estén interesadas, escriban a nuestro correo electrónico: lassindecoro.vocesfeministas@gmail.com 

 

Ruda

RUDA surgió en 2017 entre reuniones e ideas del consejo editorial de Prensa Comunitaria bajo la necesidad urgente y latente de tener un espacio digital en dónde evidenciar, publicar y visibilizar las luchas de las mujeres. Mantener la memoria VIVA de casos históricos como el Caso Molina Theissen, el caso de las abuelas de Sepur Zarco y el Caso de las 56 niñas en el Hogar Seguro Virgen de La Asunción. Un espacio sembrado y formado con miradas feministas, comunitarias y sobretodo resilientes ante la violencia contra las mujeres en el mundo. En noviembre de 2018 accedimos a un pequeño fondo del Fondo de Acción Urgente - FAU, en un encuentro entre activistas, abuelas, jóvenes, indígenas, mestizas, brujas, chamanas, ancestras, sanadoras y defensoras del territorio de Abya Yala en Paraguay, nos dimos cuenta de la necesidad de cómo y porqué visibilizar esas luchas históricas de las defensas de los territorios por las mujeres y trascender de lo nacional a lo continental, colocarles nombre, historicidad, palabra, amor, ternura, arte y sobretodo una memoria viva que mantenga presentes nuestras luchas en el mundo y la era digital, pero que también nos llevó al camino de reencuentro consciente con nuestros cuerpos y territorios personales como fundadoras de la revista.

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