La violencia hacia nosotras las mujeres

Uno de los grandes problemas que se enfrentan en el mundo, es la violencia hacia nosotras las mujeres, un reto que sin duda debe ser resuelto en cualquier sociedad y gobierno.

En este sentido, miles de mujeres han luchado incansablemente a lo largo de la historia para que la violencia sea atendida, sea prevenida, sancionada y erradicada. Sin duda, hay una larga lista de preguntas ¿qué la genera?, ¿qué se necesita para detenerla?, ¿por qué se ha perpetuado?… las respuestas son amplias, complejas y multifactoriales las razones por las que se genera.

Sin embargo, para que la violencia hacia las mujeres deje der ser un problema social, me parece que se necesita una mayor conciencia individual y colectiva sobre la necesidad establecer sociedades más justas, equitativas, en las que se generen políticas públicas con perspectiva de género eficientes.

La violencia hacia nosotras las mujeres está presente en todos los grupos sociales y en todas las sociedades, no importando el estrato socioeconómico, cultural o el país que se viva. Las mujeres vivimos desigualdades laborales, económicas y sociales. Y cuando se tiene bajos recursos se agudiza la problemática, pues se sufre marginación, pobreza, discriminación… debido en gran parte a la construcción social en torno al género.

En este sentido, es importante mencionar que la desigualdad de género, se instaura en la sociedad debido a la construcción y reproducción de estereotipos, que representan valores patriarcales, en los que intervenimos ya sea para fomentarlos, reconstruirlos o desconstruirlos.

Me parece necesario abordar brevemente el significado de género como construcción social basado en la diferencia sexual:

“…El género, forma parte de la cultura. Sobre la diferencia biológica de los cuerpos –el sexo– la cultura construye, atribuye un conjunto de funciones o roles, significados y características específicas estereotipadas para hombres y mujeres, formando modelos de género hegemónicos y una determinada división del trabajo. Todos estos elementos conforman un “sistema de género” u “orden de género” presente en cada sociedad, que establece diferencias, desigualdades y estructuras de privilegio entre los géneros, tanto de orden simbólico como material…En términos generales entonces, género es una categoría que se refiere a diversas dimensiones: las actividades y relaciones concretas que sostienen hombres y mujeres, y a las representaciones sociales de lo femenino y lo masculino simbólicas» . (UNFPA,2006:24-25).

Como podemos darnos cuenta, como sociedad determinamos las relaciones entre hombres y mujeres, así como sus normas y valores, de acuerdo a lo que sea “apropiado” para cada sexo. De alguna manera, se marca el comportamiento ya sea del hombre o la mujer.

Modelo occidental predominante de identidades de género (el deber ser)

Este cuadro nos muestra los roles, los espacios, los estereotipos, así como la valoración social que se le otorga a cada sexo, lo que legitima las diferencias entre hombres y mujeres, así como relaciones desiguales de poder.

A pesar de los avances y esfuerzos en diversas declaratorias y leyes internacionales, no ha sido posible para nosotras las mujeres vivir una vida libre de violencia. No nos ha sido posible ejercer plenamente nuestros derechos: a la eduación, a la salud, al desarrollo, al trabajo, a la participación política, a una vida libre de violencia, a nuestra sexualidad y derechos reproductivos.

Sin duda, aún queda un largo camino en búsqueda de la igualdad y una vida libre de violencia, para ello es necesario hacer un ejercicio de reflexión y de conciencia como sociedad, exigir el cumplimiento de las leyes, así como la incorporación de la perspectiva de género en la política de los Estados… que contribuya a que cada día podamos vivir sin miedo a ser violentadas y que nos desarrollemos en bienestar y plenitud.