La ultraderecha boliviana ataca la Casa de la Mujer en Santa Cruz

Desde el miércoles 9 de noviembre, la Casa de la Mujer de Santa Cruz, Bolivia, ha sido atacada. Las trabajadoras de esta institución denunciaron ser víctimas de agresiones verbales, amenazas e intimidación por no “acatar el paro cívico” impuesto por el Comité Cívico de Santa Cruz. Con estas acciones, se priva a las sobrevivientes de violencia de la región de recibir atención integral.

El 21 de octubre, el Comité Cívico de Santa Cruz declaró un paro indefinido en la región. El motivo: exigen al gobierno nacional la realización de un censo de población y vivienda en el año 2023, aun cuando este solicitó realizarlo en 2024 para contar con el tiempo necesario para establecer la logística. Esta medida, según Ana Paola García, directora de la Casa de la Mujer, “ha traído serias consecuencias en las vidas de las mujeres, niñas y adolescentes, quienes han sido víctimas de acoso, hostigamiento y violencia física, sexual y psicológica que se produce en sus entornos más cercanos”.

El paro restringe también los servicios de atención pública estatal. “La locomoción de las mujeres que viven situaciones de violencia se encuentra restringida. Se les imposibilita ir ante una instancia pública a sentar una denuncia. Estos bloqueos tampoco permiten la llegada pronta y oportuna a los servicios de atención cuando hay una denuncia por violencia y se necesita un auxilio inmediato”, señaló García.

El ataque

La Casa de la Mujer es una organización feminista, sin fines del lucro. Desde hace 32 años, trabaja en defensa de los derechos de las mujeres, niñas y adolescentes. Cuenta con diversos servicios, como lo es la atención transdisciplinaria (psicológica, social y jurídica) a mujeres que viven situaciones de violencia. También posee un refugio para ellas. Por este motivo, sus puertas están abiertas los 365 días del año, las 24 horas.

“Nosotras no podemos acatar ningún paro. La ética y el compromiso que tenemos con la defensa de la libertad y los derechos humanos de las mujeres, así como el interés superior de las víctimas para que puedan acceder a servicios públicos, no se pueden restringir aún más”, señaló Ana Paola García. Durante los primeros 22 días de paro, esta institución atendió a 152 sobrevivientes de violencia machista, un promedio de 8 diarias. Brindaron, también, acompañamiento virtual.

El miércoles 9 de noviembre, el personal de la Casa de la Mujer atendió a una sobreviviente de violencia sexual múltiple. Al llegar a la institución, la encontraron rodeada de “bloqueadores” (personas que apoyan el paro), quienes, además, la habían cubierto de sogas. Las trabajadoras liberaron un espacio de medio metro que permitiera el ingreso de las mujeres.

Como respuesta, un grupo de bloqueadores las insultaron y las acusaron de ser partidarias del partido político oficial (Movimiento Al Socialismo – MAS). “La situación de polarización en el país es muy fuerte. El Comité Cívico Pro Santa Cruz y gobernación son de ultraderecha y ultrafundamentalista, no les interesa nada”, señaló García. Amenazaron con cercar la institución y tomar las oficinas.

Los bloqueadores atacaron a la defensora de derecho de la Casa de la Mujer. Sus compañeras llamaron a la policía, la cual tardó seis horas en llegar. Ante esto, optaron por llamar a la prensa y hacer una denuncia pública. “Estas personas son sumamente violentas y agresivas. No se puede dialogar con ellos. Cuando llegó uno de los medios de comunicación, volvieron a agredirnos. Nos lanzaron petardos y cuetes. Nos insultan, caminan de forma desafiante y menosprecian el trabajo que hemos realizado”, denunció la directora de la Casa de la Mujer.

Llegó también la Defensoría del Pueblo e intentó establecer un diálogo con los bloqueadores. Ellos señalaron que “quizás les darían un máximo de 4 horas para atender diariamente”. Desde entonces, los ataques no han parado. Según Ana Paola García, el viernes se presentaron 50 hombres aproximadamente, quienes se atrincheraron frente a la institución. Lanzaron petardos a la Casa de la Mujer y les gritaron a las trabajadoras: “si tanto quieren trabajar, que lo hagan”.

La Casa de la Mujer ha recibido el apoyo de diversas organizaciones de defensoras feminista de Bolivia. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) también se pronunció al respecto, instando a las autoridades al diálogo. Pero la institución no ha recibido ninguna acción concreta de protección.

Hasta el momento, diversas instituciones públicas y sedes de organizaciones sociales han sido tomadas por los bloqueadores en Santa Cruz. Sin embargo, la Casa de la Mujer continuará funcionando. “Tenemos un compromiso ético con los derechos de las mujeres. Seguiremos atendiendo incluso poniendo en riesgo nuestra seguridad”, indicó García.

Kristhal Figueroa

Periodista y socióloga en formación. Interesada en narrar la situación de las mujeres, movimientos sociales y juventudes. Feminista de la periferia de la Ciudad de Guatemala. Becaria de la International Women’s Media Foundation e integrante de la octava generación de la #RedLATAM de Distintas Latitudes.

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