La resiliencia y el amor me mantienen viva luego del COVID

Foto Quimy De León

Por Marta Karina Fuentes

Este 24 de junio cumplí cuatro años de haber contraído COVID. La evolución de la enfermedad fue muy rápida, por lo que tuve que estar 10 días en cuidados intensivos. Como era el inicio, no había camas en casi ningún hospital; sin embargo, como siempre, las amistades estuvieron presentes todo el tiempo y logré que me ingresaran teniendo todos los cuidados necesarios.

Cuando sentía que ya no podía más siempre hubo un mensaje, la energía de muchas y muchos que me acompañaron en este duro proceso. De no haber sido por ellas y ellos no hubiese podido sobrevivir. Sabía que la fuerza que me impulsaba a aguantar la falta de aire, el no poder moverme, eran esos seres de luz que todo el tiempo estaban ahí.

El amor de mi familia y amigues, el apoyo económico de muchas personas, los cuidados de mi familia, las llamadas, los mensajes, los regalos, hicieron que pudiera salir adelante y yo nunca sabré cómo agradecer todo lo recibido.

A partir de ese día mi vida cambió, y a pesar de todas las secuelas he podido continuar trabajando, haciendo lo que me gusta, aportando con mi granito de arena a la sociedad. El saberme útil ha hecho los dolores más llevaderos.

Como siempre sucede, cuando una cambia tanto se quedan las amistades que realmente te quieren y te aprecian como eres.

Hoy, soy una persona más centrada, más fuerte, resiliente, responsable, pero lo más importante: soy una mujer empoderada que sabe que vendrán recaídas, pero tengo la fortaleza para volver a levantarme y continuar.

Agradezco a la vida esta segunda oportunidad, agradezco a mis amigas y amigos su amor incondicional, agradezco por tener una familia extendida que ha hecho todo porque yo esté mejor, que me animan cuando siento que ya no puedo más.

Soy una mujer afortunada y no me cansaré de repetir que el amor y la resiliencia me salvaron.