La presión de un nuevo comienzo

Con Ana Morales 

Por Alejandra Vargas

Creo que no soy la única que sintió que el 2023, en especial los últimos meses, pasaron en un cerrar y abrir de ojos, tanto que aún me cuesta escribir 2024 junto con alguna fecha, y eso que ya estamos en la última parte del segundo mes del año. 

Así como si nada pasamos de tener un año bastante abrumador a nivel mundial, a de repente estar en uno nuevo. 

Y ya sabemos lo que eso conlleva, como dirían usualmente “Año nuevo, vida nueva”. 

Pero la pregunta que me surge al escuchar eso, ¿Es posible empezar una vida nueva de un día a otro?

Sabemos que socialmente se impone cierta presión al iniciar un nuevo año junto a una larga lista de lo que debemos o no hacer. Y que pretendamos poner toda nuestra vida en orden de la noche a la mañana parece una norma que incluso nosotras mismas nos imponemos, pero la realidad es tan distinta, que eso es de lo que realmente necesitamos hablar. 

Porque, ¿Cómo es que pasamos de un año a otro y nuestras vidas siguen siendo las mismas?, ¿Cómo absorber las enseñanzas del año anterior y abordar los cambios del siguiente? Y es que el tiempo es exactamente eso, tiempo y no magia, todo seguirá su curso y esa es una verdad que asimilar. Aunque mientras el tiempo transcurre tenemos en nuestras manos crear una nueva realidad, podemos elegir avanzar y no quedarnos en nuestra zona de confort, romper patrones, construir un camino a nuestro ritmo y con nuestras reglas… sin mirar atrás. 

¿Cómo poner nuestra vida en orden sin morir en el intento, sin ponernos metas poco realistas o ahogarnos entre la presión, la ansiedad y el estrés? 

Hay tanto que desglosar, porque estamos en tiempos que funcionan de maneras bastante diferentes y esto hace que tengamos que lidiar con muchas cosas a la vez. Agregando que esta preparación mental y emocional para enfrentar la vida adulta, no formó parte de nuestra educación para la mayoría de nosotras, de lo contrario estaríamos más tranquilas de enfrentar los cambios que nos trae la vida.

Y sí, es importante plantearnos ideas y metas para generar cambios en esas partes de nuestras vidas que deseamos mejorar, pero es necesario recordarnos esto para no caer en episodios de estrés y ansiedad: “Respira, un paso a la vez”.

Para prepararnos, inicialmente debemos analizar cada parte de nuestra vida e identificar qué partes necesitan más atención, porque no hay nadie que sepa esto mejor que nosotras mismas, así que hacer un autoanálisis y ser completamente honestas al respecto, sería el primer paso.

Mientras haces esto, muchas cosas en tu interior pueden sensibilizarse y entrar en modo de alerta, porque hacer cambios no siempre se siente bien, es algo que suele ser incómodo, lo que es normal y requiere tiempo. Pero reconocer esas partes es esencial, así que si sientes que hay partes de ti y de tu vida que necesitan más dedicación, préstales atención, no las ignores, no hay nada que guarde más sabiduría que nuestra propia intuición. 

Si te encuentras en una situación en la que ya no estás bien, una relación que ya no te hace feliz, amistades que ya no te aportan, patrones familiares que no deseas repetir… cualquier cosa que ya no resuene con la persona que deseas ser, debes aprender a soltarla porque también es sano decirle adiós a esas partes y versiones de nosotras que necesitamos dejar atrás, para nutrir esas nuevas partes que deseamos ver crecer. 

La autoconciencia es esa herramienta personal que nos dará la confianza necesaria para generar los cambios que deseamos  y al mismo tiempo sentirnos merecedoras de recibir los resultados. 

Cada persona es diferente, así que tu proceso nunca se verá igual que el de los demás. Recordemos que es normal ceder a la ilusión de que otras personas están “avanzando más rápido”. Pero pensar que el crecimiento es una cuestión exclusiva de avanzar o retroceder, nos puede hacer creer que ese camino de aprendizaje y sanación que hemos decidido tomar es lineal, cuando no lo es. Lo que nos puede llevar a sentirnos limitados o frustrados. 

No hay procesos lentos o rápidos, el camino es solo nuestro, así que es muy importante validar cada emoción y reconocer cada logro. 

Este mundo caótico, capitalista y patriarcal también provocará que el camino se dificulte y que no todas tengamos acceso a las mismas herramientas para avanzar.

Pero también toma en cuenta que existen herramientas universales a las que todas podemos acudir si realmente deseamos trabajar en nosotras mismas: libros que nos apoyen e informen según lo que estamos viviendo,  practicar meditación para regular nuestro sistema nervioso y relajarnos, hablar con personas que nos generen confianza, incluso si aún no contamos con una red de apoyo podemos escribir para liberar la carga interior, buscar recursos o personas que hablen sobre temas de nuestro interés y nos brinden una guía, entre otros. 

Lo importante es tomarnos un momento para nosotras y tener claro eso que ya no queremos para luego plantear nuestras intenciones/propósitos sobre eso que sí queremos, trabajar en esos cambios paso a paso y así verlos hechos realidad.

Siempre siendo intencionales al respecto, pacientes y fieles a nosotras mismas, no a los demás. 

Para muchas, podrá parecer un camino complicado según las vivencias personales y lo que se tenga que trabajar interiormente para poder avanzar. 

Por lo mismo quise invitar a este espacio de escritura/lectura, a una persona con una energía muy especial, que ayuda a muchas mujeres a sanar heridas, perder el miedo, confiar en su intuición, y así poder encontrar su camino para vivir en plenitud. 

Ana Morales lleva más de cinco años trabajando en acompañamiento espiritual en procesos de sanación a través de herramientas como tarot terapéutico, EFT (Técnica de Liberación Emocional), AIT (Terapia Integrativa Avanzada), meditación, etc. 

Ha ayudado y acompañado en sus procesos a más de 500 personas, y por eso quise invitarla para ampliar un poco más el tema y que nos guíe en cómo poder aplicar los cambios que necesitamos en nuestro re-descubrimiento y crecimiento personal. 

En esta cultura en la que por todos lados se nos inculca la idea de que “siempre tenemos que buscar ser mejores”, incluso en detrimento de nuestra salud es importante saber que el autocuidado y el cuidado colectivo es resistencia. 

Tu mejor versión es la de hoy, la de aquí y ahora, es mejor que ayer porque aprendiste cosas nuevas y eso es suficiente. ¡Ya eres suficiente! 

No hay que ir a buscar nada para volverte más merecedora o válida. 

Partiendo de esto, aquí hay algunos consejos que pueden servirnos para crear una dinámica y relación con nosotras mismas más amorosa al trazarnos metas, lo cual puede mejorar nuestra calidad de vida enormemente. 

Tips para ponernos metas:

- ¿Para quién es esta meta?

Este es un tema sumamente importante de abordar porque a la larga puede causar efectos fuertes en nuestra salud mental. Antes de hablar de cómo hacer que nuestras metas sean un poco más accesibles, creo que es importante plantearnos esta pregunta: ¿De dónde viene esta meta? 

Muchas veces nos ponemos metas para inicio de año que vienen de expectativas externas sobre nosotras, eso que sentimos que “deberíamos” estar haciendo porque alguien más nos lo dijo o porque nos estamos comparando con alguien. Estas metas suelen tener como raíz el miedo, y lo difícil es que cuando actuamos desde ahí, el camino hacia lograrlas suele ser tedioso y cansado.

Es como si le estuviéramos dando el mensaje constante a nuestro cuerpo de que si no cumple esa meta, no podrá sobrevivir. Interesante porque lo que en realidad no sobrevivirá es el ego que nos dice que debemos ser algo que no somos. Por otro lado, cuando elegimos metas desde la intuición y conexión genuina, el camino se siente mucho más leve, no estamos huyendo de nada, sino que estamos caminando hacia algo. Es muy distinto, aunque la distancia y dirección sea la misma. Solemos creer que la vida son las metas que cumplimos, cuando en realidad la vida es el camino en el que llegamos a ellas, así que es importante pensar en cómo nos queremos sentir al ir detrás de dichas metas. 

-Hacer cambios sostenibles:

Hacer cambios sostenibles significa no forzarnos. El pretender cambiar todo o empezar muchas cosas nuevas de una sola vez no es algo sostenible y es importante que nos abramos a la idea de que los cambios no siempre van a ser exactamente como nos los imaginamos. Cuando los cambios son paulatinos, amorosos, compasivos y desde una perspectiva flexible es cuando podemos humanizarnos y conocernos antes de entrar a nuevas etapas. 

A veces se siente tan difícil hacer cambios en nuestra vida porque nos estamos poniendo una expectativa muy cerrada de cómo tiene que verse ese cambio. Por ejemplo: Tengo que ir al gimnasio todos los días de la semana. Si analizamos esta meta, nos vamos a dar cuenta que tiene una expectativa cerrada, en un mundo donde hay muchas posibilidades. Si nos ponemos una meta así, nos estamos diciendo que de todas las posibilidades futuras que hay, solo una representa el logro, y la verdad es que para que esa expectativa tan exacta se cumpla, tienen que alinearse muchísimas cosas de las cuales muy pocas están en nuestras manos. Puede que algún día no podamos ir al gimnasio por una u otra razón y si ese día nos hace sentir que fallamos completamente, entonces nuestra meta no es sostenible. Imagínate cómo sería el camino para cumplir esa meta, seguramente lleno de miedo y ansiedad, ya que al ser una expectativa tan cerrada, vamos a querer controlar las cosas y suena a la receta perfecta para drenarnos y frustrarnos. Pero, si en lugar de eso nos ponemos una meta como: Quiero conectar con mi cuerpo a través del ejercicio, principalmente yendo al gimnasio, aunque también me abro a disfrutar hacer ejercicio de otras formas. Inmediatamente nos estamos abriendo a las posibilidades que no están bajo nuestro control. Ponernos una meta así nos da el mensaje de “mi intención es esta, pero voy a permitirme ir encontrando las formas para cumplirla, aunque no sean como creo que tienen que ser”, lo cual nos hace soltar el control y abrirnos a co-crear con la vida en vez de controlar y exigirnos. 

-Incluir Metas Balance:

Al escribir nuestras metas, vale la pena hacernos la pregunta de: ¿Qué necesito para lograr esto y no sacrificarme en el intento? Volviendo al ejemplo anterior, si voy a usar parte de mi tiempo para hacer ejercicio, eso significa que probablemente voy a necesitar ser intencional en encontrar momentos para el ocio y el descanso. Esto para balancear la actividad nueva que nos estamos poniendo y no sentirnos sobrecargadas. Si nuestra meta es algo que implica que vamos a trabajar más, también tenemos que descansar más. 

-Tratarnos con compasión desde la recompensa y no desde la exigencia:

Esto quiere decir que para sentirnos más en paz y capaces en el camino hacia nuestras metas es completamente necesario ir reconociendo cada logro por muy pequeño que parezca. Esto hará que nuestra perspectiva no se polarice, que no solo veamos lo que “falta por recorrer”, sino también veamos lo que ya hemos recorrido y avanzado. Eso nos dará evidencia de lo capaces que somos para lograr lo que queremos. Cabe resaltar también que los hábitos nuevos toman tiempo, se dice que 21 días seguidos para implementarlos, y si en ese tiempo nos tratamos con amor, honor y respeto, será más fácil porque lo asociaremos con cosas positivas. Así que puedes empezar a ver la disciplina como un acto de amor hacia ti, cada desacierto como una oportunidad para ser más amorosa contigo y cada logro como evidencia de tu capacidad de aprendizaje.

Estos son consejos que he aprendido a lo largo de los años conmigo misma y las personas que llevan procesos de sanación conmigo. A la larga, ser más amorosas con nosotras en cada aspecto, tiene resultados hermosos en nuestra salud mental, emocional, física y espiritual. Humanizarnos de esta manera hace que no nos exijamos sentir o pensar de cierta forma, y en lugar de eso escucharnos con respeto y honra. Por supuesto que mientras más personas decidamos vivir desde el amor propio hacia el todo, más vamos moviéndonos a ser una sociedad más gentil y compasiva.

Te quiero ver sana y plena para que construyamos juntas.

En conclusión, dar el gran paso para ponernos primero a nosotras e iniciar nuestro proceso de sanación y crecimiento personal requiere mucha valentía, y definitivamente es un acto de amor propio, siempre recordando que somos todo lo que necesitamos y que somos merecedoras de vivir una vida plena, feliz y hermosa.

Decidamos dejar de vivir en “piloto automático” y empecemos a observar nuestro interior más delicadamente, aceptando la transformación que está tomando lugar en nuestras vidas, sabiendo que se está dando en el momento indicado.

Puede que no todos a nuestro alrededor apoyen ese proceso, ya que suele generar incomodidad cuando alguien está haciendo las cosas a su manera, cuando está rompiendo patrones y está aprendiendo a soltar para poner en primer lugar su paz interior y felicidad.  Ahí es cuando necesitas seguir siendo fiel a ti misma, sentirte segura de que eso que te hace feliz, es por lo que vale la pena seguir. Recuerda que es para ti y no para los demás, pon límites, silencia el ruido exterior, escucha a tu interior, ponle atención a tu intuición y sigue adelante.

Que nuestra luz se expanda de adentro hacia fuera y brillemos juntas más que nunca. 

“What a wonderful thought it is that some of the best days of our lives haven't even happened yet.”

ANNE FRANK

Alejandra Vargas

Freelance de la vida. Escritora en proceso. Traduciendo mi mente a palabras. Aprendiendo a ser no perfecta, más humana, más agradecida, respetando mi entorno pero conectando conmigo. Un ser más buscando su camino, rompiendo las ideas del pasado, viviendo el presente. Amante de la naturaleza, los animales , los deportes y de Guate, aunque ahora esté lejos de ella.

Anterior
Anterior

Totonicapán: el agua, un sagrado líquido a cuidar

Siguiente
Siguiente

La Bethania: de la defensa de la democracia a la lucha contra la discriminación