#JusticiaParaVero Diego Stella es señalado de “violación con agravación de la pena”

Fotografía: Julio Sicán

Antes de las 8:00 de la mañana del 3 de septiembre, un grupo de mujeres se coloca en la entrada del Juzgado de Primera Instancia Penal de Antigua Guatemala. Algunas de ellas reparten camisas, volantes y otras más desdoblan carteles que leen: “No es no” y “Yo te creo”.

Están allí porque se ha agendado la audiencia para pedir que se cambie el delito en contra de Diego Ariel Stella, un empresario argentino residente en Guatemala señalado de haber violado a su expareja, Verónica Molina Lee en marzo pasado.

A la hora en punto se inicia la audiencia, se reúnen para rezar y pedir por la jueza que conocerá el caso y para que “no ofenda a Verónica -que no la revictimice-”. Entre las que manifiestan está la familia de Verónica Molina, amigas y desconocidas que al escuchar de su caso en redes sociales, decidieron unirse a la manifestación pacífica. 

“El delito es violación”, “Yo sí te creo Vero”, “Te apoyamos Vero”... son algunos de los mensajes que el colectivo de mujeres autodenominado “No es No” corean mientras esperan el veredicto de la jueza, Lydia Rubí Pérez Figueroa. 

Si bien ambos delitos son penados por la ley, la agresión sexual tiene una pena de 5 años en prisión y la violación de 8 a 12, refiere Carolina Simón, abogada de la Asociación Generando Equidad, Liderazgo y Oportunidades (ASOGEN).

Dos horas después, se filtra la resolución de Pérez Figueroa, quien acepta la petición del Ministerio Público para el cambio de  delito de “agresión sexual” a “violación con agravación de la pena”. La jueza también resuelve revocar a Stella las medidas sustitutivas (fianza o prisión domiciliaria) y lo envía al Preventivo de Chimaltenango.

Afuera del juzgado, las manifestantes chiflan, gritan y en algarabía celebran y aplauden la decisión. También muestran su satisfacción al saber que Claudia Paniagua, abogada del acusado y actual magistrada suplente de la Corte de Constitucionalidad (CC),  renunció a la defensa. La reemplaza en la sala Patricia Chea, esposa del exministro de Cultura, Luis Chea Urruela.

“La justicia llega, existe y prevale para las personas que hacen las cosas como deben de ser”, dice Beverly Monzón del Colectivo Feminista Artesana. 

“Yo puedo estar desnuda en la cama de alguien y si en el momento yo no quiero hacer nada, digo no, tengo el derecho de retirarme y tengo todo el derecho porque el cuerpo es mío”, sentencia Monzón.

Momentos después, Verónica Molina sale por la tras puerta y la gente sigue la camioneta en la que se aleja con aplausos y gritos de victoria. Permanecen los familiares del acusado, entre ellos la hermana de este, llamada Andrea Stella, quien niega la violación y asegura que las relaciones sexuales entre la expareja fueron consensuadas.

En la calle solo queda la policía que asistió para “controlar” la manifestación, poco a poco, la gente recoge sus carteles y se dispersa. 

Paolina Albani

El periodismo y yo compartimos la honestidad como principio de vida. Me convertí en periodista de datos en una búsqueda por evidenciar patrones en las fallas del sistema que, generalmente, colocan en posición de desventaja a unxs respecto a otrxs. Inicié en esta profesión en Diario La Hora. Desde entonces, he viajado por las redacciones de Siglo 21, Diario Digital y Plaza Pública. Actualmente, trabajo para la Revista Ruda mujeres + territorio aprendiendo y aportando al periodismo feminista.

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