Inicia el camino hacia la justicia para dos estudiantes de la USAC
Por: Andrea Rodríguez,Jovanna García,Quimy de León
El pasado 26 de agosto las familias de 2 de las 3 jóvenes de la facultad de derecho, agredidas dentro de la universidad el pasado 25 de enero, estuvieron en audiencia de ampliación de declaración testimonial ante la Fiscalía de la Mujer del Área Metropolitana por violencia sexual, asociación ilícita y distintas formas de violencia contra la mujer. A pesar de los llamamientos de justicia de estudiantes, de AEU y de la sociedad civil en general, ese hecho aún se encuentra impune.
A esta audiencia, también se hizo presente la Procuraduría de Derechos Humanos –PDH- y otras organizaciones mientras ellas estaban con las fiscales. En este caso, ya han declarado ocho de las treinta personas involucradas; la mayoría son hombres, pero también hay mujeres, explica el padre de una de las jóvenes.
Lilian Vásquez, como directora del Bufete Jurídico de Derechos Humanos con Enfoque Feminista en donde se llevan casos de violencia contra mujeres, niñas y adolescentes, comenta que accedieron a los peritajes médicos y psicológicos para determinar lo que pasó. “No encontraron toxicidad que pudiera indicar las sustancias que utilizaron estas personas para dejar a las estudiantes en estado de vulnerabilidad. Después de mucha insistencia pudieron ampliar su denuncia. Cuando llegaron al hospital seguían bajo efectos de las sustancias que les dieron los integrantes del comité”, comenta.
Uno de los padres de las jóvenes plantea que en la actividad participaron más mujeres que fueron violentadas, pero que no existen más denuncias. “Pienso que nuestras hijas se han convertido en la voz de ellas que no han denunciado y están aguantando muchas cosas”, comenta.
En ese sentido, este 26 de agosto, las dos familias estuvieron en la fiscalía en una audiencia, planteando varios delitos: asociación ilícita y distintas formas de violencia contra la mujer en su dimensión psicológica, física y sexual. El padre de una de las universitarias es uno de los abogados que están trabajando en el caso.
Solo en el comunicado que publicó la Universidad, hay alrededor de 30 personas involucradas en los hechos. Dentro de ellos, el mismo rector Murphy Paiz señaló, en la citación que tuvo en el Congreso, que hay estudiantes, profesionales y no estudiantes. Con ello, señala el abogado que el rector “está reconociendo que hay grupos paralelos dentro de la Universidad, aunque las no les haya denunciado”.
Asimismo, recalca que “todos tenemos derecho a la participación, dentro y fuera de la universidad. Ser mujer no les da derecho a otros para violar su integridad”.
Murphy Paíz, también enfatizó en que se ha mejorado, pero que aún existen vulnerabilidades, y que esto es un tema que tiene que erradicarse de raíz. A pesar de todo lo que se ha dado a conocer y de las estructuras paralelas que funcionan con la huelga de dolores, el rector dijo en esa ocasión: “de mi boca no debe de salir cancelar la huelga de dolores. Pero si puede salir entrar a evaluar la huelga”.
Conoce más del caso:
Los hechos
El sábado 25 de enero las tres estudiantes asistieron a una actividad convocada por la “Comisión organizadora de huelga 2020” y la “comisión de orden”, a las 9 de la mañana.
Cada persona debía llevar víveres que entregarían a uno de sus miembros de apodo “mosh”, y cada subcomité de facultad, llevó dos “pulmones de alcohol” para beber. Esto ocurrió en el edificio T1 que pertenece a la facultad de arquitectura, utilizado también por la facultad de ingeniería y diseño gráfico en la universidad.
Estas actividades deben ser aprobadas por las autoridades de cada facultad, en este caso de la Facultad de Arquitectura.
En la reunión, las tres universitarias de la facultad de derecho resultaron heridas, con violencia sexual e inconscientes por sustancias desconocidas, por lo que tuvieron que ser internadas en el Hospital San Juan de Dios. Al parecer una cuarta joven también fue afectada pero no requirió ser hospitalizada.
Se filtraron algunos videos en donde se observa a varios hombres semidesnudos en el segundo piso del T1 y en el primer piso a varias personas rodeando a las jóvenes ya inconscientes.
En una nota de Andina Ayala, publicada en Prensa Comunitaria, se explica que la alerta de lo sucedido la dio el diputado Aldo Dávila, ya que una de las jóvenes es voluntaria en “Gente Positiva” organización a la que él pertenece, por lo que el asegura, que ella no consume alcohol. Miembros de la AEU acudieron al hospital en el que se encontraban familiares de las jóvenes y el diputado Dávila, con el Ministerio Público para poner las denuncias respectivas. El diputado denunció esa noche que no les habían hecho ningún examen toxicológico y que no les querían dar el protocolo de emergencia, en caso haber sufrido algún tipo de violencia sexual, independientemente si lo recuerdan o no.
Estructuras criminales y patriarcales dentro de la universidad
En medio de lo sucedido, se puede identificar un patrón en dos aspectos: una estructura criminal paralela y un ritual de iniciación. Lilian Vásquez comenta que el ritual no era hacia ellas, sino a otra persona que pudiera ascender de nivel dentro de “Los Legendarios”.
Hubo humillaciones hacia muchas mujeres jóvenes que estuvieron bajo efectos de drogas y vomitando. Entre las 4 y 5 de la tarde, en la Facultad de Arquitectura y la de Ciencias Jurídicas y Sociales ingresaron alcohol, se escucharon disparos y se ve a personas sin camisa, entre otras cosas.
“Como desde un principio el caso se hizo público, hay personas que las identifican y eso puede caer en la estigmatización”, comentó la abogada, pues las jóvenes afectadas no siguieron estudiando, dejaron su carrera, perdieron sus círculos de amistades y su proyecto de vida quedó interrumpido.
Dentro del grupo de “Los Legendarios” y el Honorable Comité de Huelga hay estudiantes, docentes y egresados, explica Lilian. “Es preocupante la existencia de una estructura paralela en la USAC que se organiza para delinquir, enmarcada dentro de las mismas estructuras patriarcales en la USAC. Hay que dimensionar todas las vulnerabilidades que tienen las mujeres en la Universidad con ese contexto”, agrega.
También considera que la misma Huelga de Dolores es una institución patriarcal, falocéntrica y misógina como se ha demostrado en los discursos y símbolos que maneja.
Violencia en distintos niveles
Vásquez explica que la violencia está enraizada y que, por ejemplo, este caso es de total conocimiento del rector y del decano derecho, así como se conoce la violencia que ejercen profesores, autoridades, estudiantes, comités y demás sujetos contra las mujeres. “A partir del caso de las universitarias que fueron intoxicadas con sustancias psicotrópicas que las dejaron en estado de vulnerabilidad y sufrieron vejámenes que atentaron contra su integridad sexual”, agrega.
Además, existe una impotencia grande por parte de las mismas familias de las jóvenes al no poder acceder a la justicia a pesar del tiempo que ha transcurrido del hecho. Por lo que el proyecto de vida de las estudiantes y su vida en general, ha sido interrumpida por esta situación. El caso aún se encuentra en investigación y la familia de las jóvenes esperan pronta justicia y una investigación objetiva, la cual esperan desde el 25 de enero.