Incendian Campamento feminista dedicado a Berta Cáceres en Honduras
El campamento Feminista Viva Berta que se encuentra en Tegucigalpa, Honduras, frente a la Corte Suprema de Justicia, fue incendiado ayer luego de que se realizara una audiencia para extraditar a Estados Unidos al expresidente Juan Orlando Hernández. En el lugar se encontraban instaladas personas del Partido Nacional que respaldan a Hernández.
En el campamento hay mesas, sillas, un altar dedicado a la defensora de territorio Berta Cáceres y tiene una extensión aproximada de dos manzanas, según integrantes de la Red Nacional de Defensoras de Honduras.
Yessica Trinidad, integrante de la Red, comentó que el lugar cuenta con un altar y parque para niños y niñas. Además expresó lo que pudo ser la razón del daño que se hizo al lugar. “La gente del Partido Nacional, que fueron llevados para respaldar a Orlando, se instalaron en el campamento. Ahí se estacionó uno de los buses y al momento de recibir la noticia de la aprobación de extradición de Juan Orlando, la gente se enojó y le prendió fuego a una basura que estaba en el campamento”.
Aunque los daños fueron unos árboles y la basura que quedó en el campamento, hubo preocupación. “Para nosotras fue lamentable porque el campamento es un símbolo de lucha y justicia popular feminista, estábamos preocupadas que los daños fueran graves”.
Integrantes de la Red revisaron las condiciones en las que había quedado el campamento, y aunque en palabras de Trinidad “no fueron tanto los daños”, para sorpresa de ellas una persona que cuida carros retiró la basura con la que habían llenado el altar. Por lo que ya solo encontraron ceniza y humo de los restos de basura que dejaron.
La Red realizó una alerta y las mujeres piensan realizar una campaña para sembrar más árboles y así reforestar donde se dañó.
“Vamos estar pendientes de lo que suceda, llamamos a la solidaridad del pueblo hondureño a seguir manteniendo ese espacio de lucha”, manifestó Trinidad.
Berta Cáceres fue una mujer indígena Lenca y una de las defensoras de derechos humanos más conocida en Honduras. Por ser defensora del Río Gualcarque, donde se quería construir una represa hidroeléctrica, siete hombres la asesinaron el 3 de marzo de 2016.