Glosaria feminista: cultura de violación
Como lo afirma bell hooks, el feminismo es para todo el mundo. Practicarlo implica conocer distintos conceptos teóricos que lo orientan. En RUDA conversamos con feministas y mujeres del territorio con el propósito de definir a este movimiento, cómo lo percibimos y hacia dónde nos dirigimos.
Planned Parenthood define a la violación como la situación en la que “alguien te fuerza o presiona para que tengas relaciones sexuales”. Cada Estado la define de manera distinta. Usualmente, este término se refiere a la penetración vaginal, oral o anal forzada por una parte del cuerpo u objeto.
Según la feminista Daniella Gaitán, la cultura de violación es un “entramado de prácticas vinculadas a la violación, instauradas, reproducidas y naturalizadas socialmente que son dirigidas a personas consideradas inferiores”. Son las mujeres y niñas las principales sujetas hacia las que esta violencia se dirige.
La cultura de la violación está presente en la vida cotidiana y se expresa de distintas maneras. Algunas son el acoso callejero, las altas cifras de los femicidios y feminicidios, la creación de imaginarios masculinos de superioridad alrededor de las mujeres, la publicidad que utiliza a las mujeres como objetos de consumo y la exotización de “lo femenino” que impone el mercado.
Según Gaitán, la cultura de la violación se evidencia también en la “indiferencia social que se presenta cuando una mujer denuncia un acto de violencia cometida por la persona con quien tiene o tuvo una relación sexoafectiva o en la insistencia de los hombres cuando están en “etapa de cortejo” para con las mujeres y ya les dijeron que no”.
El impacto
Gaitán identifica dos facetas principales de las vidas de las mujeres en las que la cultura de la violación impacta: el cuerpo y la subjetividad. En ambas provoca secuelas que se mantienen a largo plazo.
Es en el cuerpo donde se registran las violencias. Estas limitan su funcionamiento. En la subjetividad de las mujeres, la cultura de la violación “modifica la concepción de ideas que rigen la vida cotidiana, generando auto imposición de normas para restringir la interacción externa”, explicó. Esto ha provocado que algunas mujeres recurran al autoaislamiento para evitar la socialización, pero esto depende del nivel de exposición de cada una ante las violencias.
La cultura de la violación impacta también en las sociedades. Según Daniella Gaitán, provoca que estas se “configuren para tolerar y naturalizar todo tipo de violencia en contra de las mujeres y las poblaciones vulnerables, reprimiendo todo tipo de reacción que busque hacerle frente y reparar los daños provocados”.
La solución feminista
Existen diversas maneras de combatir la cultura de la violación. Para sanar los traumas colectivos desarrollados a partir de ella, es necesario “abordarla de manera colectiva para comprender los aspectos que la componen y la manera en la que nos ha impactado”, señaló Gaitán. Es necesario, también que las mujeres aprendamos y empleemos prácticas de autodefensa feminista (comprendiéndola como más que técnicas de defensa personal) que permitan resguardarnos de manera individual y colectiva.
“Es necesario fortalecer la organización de mujeres y feministas para que las narrativas, que están en construcción constante, alrededor de nuestras vidas y nuestra presencia en el espacio público tengan mayor impacto en la sociedad”, explicó Daniella Gaitán. También debemos apostar a los procesos de formación feminista mientras los cuales las mujeres fortalezcan sus conocimientos acerca de sus derechos y cuestionen los imaginarios sociales que las rodean.
A pesar de lo complejo y desafiante que pueda resultar, es fundamental fomentar la candidatura de mujeres para que accedan a puestos de administración pública. “Si bien es cierto que la política liberal no solventa todas las necesidades de las mujeres, sí permite construir ciertas condiciones para acercar la política a la vida de las mujeres y resolver problemáticas que nos atraviesan como algunas manifestaciones de la cultura de violación”, finalizó Gaitán.