Gabriela Bolten: mujer mestiza y artista en todo el sentido de la palabra
Gabriela Bolten es una mujer guatemalteca de 24 años. Es mestiza, docente de ciencias sociales e historia, bailarina de flamenco y rapera. Se ha criado en una familia académica rodeada de arte. Desde muy pequeña practicó tap, fue parte de un coro y desde los 7 años hasta hoy, baila flamenco, por lo que agradece muchísimo a su maestra de toda la vida: María Eugenia. Hizo covers de blues y de jazz, “yo sentía que el blues y el jazz… los dos géneros son muy tristes, es muy desgarrador el contenido que tiene, muy profundo y hermoso también pero no me permitía sacar ese enojo que yo sentía. A partir de mi acercamiento con el activismo social y de derechos humanos fue que yo decidí alinearme al hip hop”, comentó.
Gabriela decidió ser rapera, porque el rap le da una libertad narrativa muy amplia para decir las cosas desde una agresividad y fuerza que le permiten expresar lo que piensa a través de él. “Mi trabajo está enfocado a utilizar la herramienta musical, específicamente el rap, para transmitir las diferentes problemáticas sociales que tenemos como sociedad, entre ellas la violencia de género, la pobreza, la desigualdad social”, comentó. Actualmente pertenece al colectivo Hip Hop Ix junto con Mc Suina, Mai de Rimas y Rebeca Lane, y se encuentra trabajando en un su segundo material discográfico de rap.
Como auxiliar en el Colegio Liceo Chapero, se encuentra a punto de finalizar un Profesorado en Ciencias Sociales e Historia. Su trabajo como docente social e investigadora está totalmente conectado con su carrera de rapera, pues el objetivo principal de su música es despertar el pensamiento crítico y mantener la memoria histórica del país. Además, su conexión con el flamenco le ha dado una actitud fuerte para todo en la vida. Para Gabriela, el confinamiento en Guatemala es igual a una injusticia, pues también considera que la gestión estatal está en total desorganización. Lo que le da paz en estos días es la terapia y su lugar seguro es su casa.
¿Cómo te hiciste rapera?
A partir de mi acercamiento con el activismo social y de derechos humanos fue que yo decidí alinearme al hip hop, porque sí tengo que decir que yo crecí en un ambiente privilegiado: mi familia es académica, y es algo que no todas las familias en Guatemala tienen, es decir, la oportunidad desgraciadamente, de acceder a estudios universitarios o superiores. Ese contacto con la realidad, desde la academia, desde los libros, desde la investigación me hizo tener un poco más de conciencia social, pero también activó en mí mucha rabia, mucho enojo. El rap justo en ese momento pegó mucho con lo que yo estaba sintiendo, y así fue como me decidí a escribir, a grabar mis canciones y a expresar lo que sentía. Yo creo que mi rap es algo muy…que viene muy desde las vísceras, o sea, que viene muy desde el sentimiento y eso ha sido parte de mi proceso creativo durante estos años, porque siento que tengo que sacar esto que siento y al parecer como que sí conecta también con otras personas sobre todo con mujeres jóvenes.
¿Cuál era tu cotidianidad antes del confinamiento?
Mi cotidianidad era estar trabajando todo el tiempo, justo tenía unos talleres de rap planeados para darlos en el área de Quiché. También iba a dar otros en lugares de aquí de la ciudad, pero pues la situación no lo permitió. También tenía planeado sacar un EP pero las circunstancias nos vinieron a cambiar todo porque los ingresos no son los mismos, o sea ya no hay un capital suficiente para invertir en una producción así, entonces tuve que postergar ese proyecto y sí pienso sacarlo este año a finales, pero digamos que mi propuesta era hacerlo antes, en mayo, pero desafortunadamente no se pudo.
Estoy estudiando un profesorado en ciencias sociales e historia y ya estoy en la fase final, cosa que me ha llevado a trabajar en otras cosas sobre todo en cuestiones de ciencias sociales. Y pues ahorita estoy trabajando como auxiliar en un colegio, en el Liceo Chapero. Estoy apoyando ahí a los alumnitos de primero básico, son lindísimos, súper pensamiento crítico tiene esos niños. Antes de eso sí estaba trabajando en investigaciones, trabajo de archivo y cosas así, y pues siento que mis dos trabajos tanto la música y como la historia están bien apegadas a las ciencias sociales y humanas. Entonces considero que no están desligadas una con la otra, porque en mi rap yo trato la manera de meterle elementos sociales e históricos para transmitir esa rabia que siento.
¿Cómo es tu proceso creativo?
Yo considero que al menos mi proceso creativo personal consiste en tener como una maqueta de un beat, porque eso me da la posibilidad de jugar con los flows y con la estructura narrativa. Me gusta mucho el bombo y caja, me encanta el boom bap porque es un sonido bien pesado, de baterías y bajos, y ese es como mi estilo favorito, pero también me gusta un montón el trap, creo que tiene ese sonido electrónico particular que también le da un sabor bien especial a la música, también me encanta el R&B. Digamos que esos son los ritmos que determinan para mandar a hacer mis instrumentales porque trabajo con productores o beatmakers que hacen esa parte, otro sonido que me encanta como referencia es el blues y el funk. El funk es algo que también me gusta meterle a mis beats. Y el reggae. El bolero también (ríe), de hecho, actualmente a uno de los beatmakers que estoy trabajando, G. O., le pedí que me hiciera un sample con un bolero entonces ahí estamos viendo, ya me mandó una primera maqueta muy buena. Recomiendo un montón a G. O., es un buen productor. Entonces pues ahí, vamos ahí experimentando para mi próximo EP.
¿Cuál es el impacto que esperas que tenga tu música?
Bueno, el impacto que espero es que pueda ser una herramienta de comunicación que permita despertar el pensamiento crítico en la sociedad, creo que ese es mi objetivo principal: incomodar, despertar cosas que no se hablan cotidianamente en nuestra sociedad, por ejemplo, temas políticos, temas relacionados al racismo a la violencia, al machismo, a la discriminación. Muchas veces nos dicen que no hablemos de política, de religión y de esos temas, pero sí tenemos que hablarlo para que la gente empiece a cuestionar esas problemáticas sociales que nos aquejan en las identidades que tenemos como guatemaltecos, centroamericanos.
¿Haz logrado producir música durante el confinamiento?
Eso ha sido un reto bien fuerte, he tenido momentos de bloqueos creativos en donde siento que la cabeza no me da porque el teletrabajo y el trabajo doméstico consume un montón. Además, como es una dinámica de estar en casa, es difícil encontrar inspiración dentro de estas paredes; pero ahora lo que hago para escribir es romper periódico o pintar para que las ideas empiecen a fluir y tener una lluvia de ideas gracias a esos ejercicios de estimulación, algo que no me pasaba antes de la cuarentena.
¿Cómo ha sido para ti incrustar a la escena del rap como mujer?
Honestamente te digo que yo entré a ser parte de la escena desde el 2017, y pues siento que el hecho de que otras chavas hayan abierto el camino dentro me permitió no sentirme tan amenazada por la cultura. A mí ya me recibieron con una apertura mucho más grande que con la que se encontraron otras compañeras antes, sin embargo todavía existe cierta hostilidad en el movimiento; por ejemplo, en los conciertos que gestionan los chavos a nosotras siempre nos ponen como las primeras y solo podemos cantar dos o tres canciones mientras que los demás tienen un tiempo ilimitado para cantar; otra cosa que he visto a pesar de que eso ya ha cambiado desde el año pasado, es que hay una cantidad de mujeres que no se animan a hacer freestyle, aunque ahora ya hay más como el crew Women Freestyle, pero ir una batalla es ir a escuchar una narrativa tan violenta. Por ejemplo, cuando le tiran a su oponente hay narrativas que nos ofenden, a mí me ha tocado mucho cuando en las batallas violentan al oponente con cosas referentes a los cuerpos de las mujeres, como “gordas”, y cuando se tiran con temas así, a mí sí me toca, ¿por qué usar eso?, ¿qué onda con su gordofobia? Pero sí, yo entré en un momento en donde ya había mujeres y todas las gestiones culturales que he hecho en el rap ha sido con mujeres. También me he dado cuenta que se sienten amenazados porque las mujeres estemos haciendo buenas producciones, pero considero que eso es algo que ya ellos tienen que resolver.
¿Cómo te ha ido con los conciertos en línea?
Justo ahora con Hip Hop Ix, tuvimos unos conciertos en línea vía zoom de raperas que se llamaron Resistas, y en esta dinámica hemos estado invitando también a otras raperas de Centroamérica. Me han invitado a mí también a festivales, estuve en el festival de H.I.J.O.S y otro con Caja Lúdica. Ahorita me encuentro planeando dar talleres de rap en línea, y por eso es importante que nos apoyen. Yo le pido a todo mundo que apoye el arte local porque eso nos permite tener esa innovación creativa e invertir en buen equipo, micrófonos, escenografía, en todo.
Yo creo que ese espacio de estar en casa me vino a interpelar mi soledad aprender a estar conmigo misma, también a valorar el trabajo doméstico porque digamos yo creo que ahorita estamos en una situación en donde tenemos que dedicarnos a que la casa, a mantener el espacio un poco sano que se vea bien que se sienta rico.
¿Cómo te has sentido emocionalmente y cómo ha sido la conexión de esas emociones con tu cuerpo-territorio?
Mi cuerpo ha respondido de muchas maneras. Cuando estoy triste, si no lloro lo necesario mi cuerpo se manifiesta con gripe o erupciones en la piel, como barritos o ronchas. Hablábamos con mis compañeras raperas que este momento de confinamiento es un momento de duelo. Estamos viviendo duelos día por día, más la dinámica de estar encerrados también, o encerrada. Obviamente va a tener repercusiones físicas o emocionales. He estado aprendiendo a lidiar con mis emocionalidades, hay días en los que uno se siente muy triste, otros donde no…entonces sí es necesario estar en contacto con uno mismo. Y afortunadamente soy una mujer privilegiada que puede costearse una terapia psicológica, estoy llevando en línea mi terapia y eso me ha ayudado un montón a sanar, pero desafortunadamente no todas las personas pueden hacerlo.
¿Cuál es tu reflexión personal como artista, docente, mujer? Y a partir de esa reflexión, ¿cuál es tu mensaje para las personas?
Justo en esta situación debemos entender más el contexto en el que vivimos, entender al otro, a la otra. Entender también a la comunidad, porque no podemos juzgar desde una mirada egoísta, no. Creo que hago la reflexión que, si tenemos la posibilidad de quedarnos en nuestra casa y si podemos trabajar en nuestra casa, si tenemos ese privilegio, que lo hagamos, que no nos expongamos a nosotros ni a nuestras personas que están alrededor. Y que entendamos a las personas que tienen que salir, porque hay mucha necesidad en este país. Y que también el encierro nos permita analizar estas circunstancias y poner en la palestra la importancia de la búsqueda de la justicia en la sociedad.
Puedes encontrar su música en Spotify, Deezer, Apple Music y Youtube, así como su contenido en redes sociales en Instagram y Facebook.