Femicidio de Luz María: “Jorge Zea debería aceptar su condena”
Jorge Zea fue sentenciado a cincuenta años de prisión por el femicidio de su esposa Luz María del Rosario López Morales, el 11 de octubre de 2022. Cinco meses después, el 22 de marzo de 2023, la defensa de Zea apeló esta resolución. Pero la Sala Segunda de la Corte de Apelaciones del Ramo Penal de Delitos de Femicidio decidió que la sentencia permanecerá firme.
Luz María era una joven madre que trabajaba en el Modelo de Atención Integral de Niñez y Adolescencia (MAINA) del Ministerio Público (MP). En enero del 2021, fue asesinada por su esposo Jorge Rafael Zea, según comprobó la Fiscalía contra el Delito de Femicidio del MP a través de diversas pruebas materiales, testimoniales y documentales. El 26 de junio del 2023, a más de un año y medio del femicidio, el caso fue llevado a juicio ante el Tribunal Segundo de Sentencia Penal de Femicidio y otras formas de Violencia contra la Mujer. El 11 de octubre, los juzgadores declararon culpable a Jorge Zea por el femicidio de Luz María.
El tribunal reconoció que Luz María fue sometida por Zea a diversas expresiones de violencia, como la física, psicológica y económica. Por ello, Jorge Zea fue sentenciado a cincuenta años de prisión, la pena máxima para este delito. Días después, el 13 de octubre, los jueces dictaron también medidas restaurativas para la hija y la familia de Luz María, a quienes reconocieron como víctimas colaterales del crimen.
Tribunal niega la apelación de Zea
La defensa de Jorge Zea presentó una apelación a la sentencia ante la Sala Segunda de la Corte de Apelaciones del Ramo Penal de Delitos de Femicidio y otras Formas de Violencia contra la Mujer y Violencia Sexual. En ella, argumentaba que existió una injusticia notoria y buscaba que las pruebas presentadas durante el juicio fueran analizadas de nuevo. Si el recurso era aceptado por la Sala, el juicio debería repetirse y se dictaría sentencia de nuevo.
Ante ello, la familia de Luz María, en compañía del Instituto de la Víctima, presentó una contraargumentación. Esta exponía que la evidencia presentada fue suficiente para lograr una condena firme en contra de Zea. Días más tarde, en abril, Ada Morales se presentó a las instalaciones del tribunal, donde le fue entregada la resolución.
El tribunal de la Sala señaló que ante las pruebas materiales presentadas por el MP, Jorge Zea “resulta indiscutiblemente ser el autor intelectual y material del citado hecho material”. Reconoció también que los testimonios de los conocidos y familiares de Luz María presentados en el juicio evidenciaron que el sentenciado la lastimaba de forma frecuente y la manipulaba bajo sesgos machistas.
“La prueba resulta más que evidente o elocuente y no como lo señala el apelante”, estableció el tribunal.
Además de revisar los medios de prueba presentados durante el juicio, los cuales considera irrefutables, válidos y certeros, la Sala de Apelaciones también verificó los razonamientos que justifican la sentencia emitida por el Tribunal Segundo de Sentencia Penal de Femicidio. Resolvió que en el fallo “se cumplió con los principios de la sana crítica razonada y en consecuencia con una tutela judicial efectiva y el debido proceso, porque la estructura de la sentencia recurrida es lógica y adecuada a los principios que preside el recto entendimiento humano”.
La severidad de la condena
El tribunal de la Sala de Apelaciones resolvió que, durante el proceso, no existió una injusticia notoria, sino que la sentencia se encuentra apegada a derecho. “Incluso, esta Sala advierte, que la condena pudo ser más severa, pues resulta incomprensible la forma brutal del acusado de acabar con la vida de su esposa, en presencia de su propia hija”, estableció.
Para Ada Morales, madre de Luz María, la sentencia de Zea debería ser mayor por los daños provocados a la hija de la pareja, quien presenció el femicidio. “Yo quería que los abogados pelearan por los derechos de la niña, porque esto le generó traumas que nunca podrá desechar. Han pasado años y a ella no se le olvida. A veces ve algo triste que le recuerda a eso y llora y narra lo que pasó”, señaló.
Ante el fallo de la Sala, Ada Morales manifestó: “no me siento ni bien, ni mal, me siento igual. Esto no me quita el dolor, ni la falta que Luz me hace. Esta sentencia lo único que vino a hacer es darme un poco de tranquilidad, porque él todavía tiene derecho a otra apelación y a seguir molestando. Él debería aceptar lo que hizo y su condena, que es lo justo”.
Durante el proceso, Ada Morales y Byron López, la madre y el padre de Luz María, participaron como querellantes adhesivos, representados por abogados del Instituto de la Víctima. Junto al tribunal, escucharon a 17 peritos y 33 testimonios y observaron 269 documentos y 75 pruebas materiales y audiovisuales en un juicio que duró dos meses y medio.