Evelyn Morán expondrá su arte en la Basílica de San Andrés del Valle
El próximo 14 de septiembre la artista alta verapacense Evelyn Morán será la primera guatemalteca y probablemente la primera mujer en exponer una pintura en la Basílica de Sant' Andrea della Valle, en Roma, Italia.
Por Yeimi J. Alonzo
En esta basílica se pueden admirar numerosas obras maestras de diferentes épocas y de reconocidos artistas, como Pablo Picasso y Salvador Dalí, siendo esta un referente de la historia del arte europeo y del arte sacro, detalle que hace más satisfactorio el trabajo de la artista de origen maya Poqomchí, quien desea dar a conocer al mundo desde este espacio y a través de su pintura, una parte de la historia de los pueblos de Guatemala, de la historia de la iglesia y de la humanidad.
La artista compartió en entrevista con RUDA los detalles de su obra, las dificultades que enfrentó durante el proceso y la negativa de apoyo del Gobierno de Guatemala para que la pintura fuera entregada bajo los protocolos diplomáticos, con la intención de unir simbólicamente a los Estados de Guatemala y El Vaticano mediante la bandera del arte y la cultura.
Esta negativa evidencia el desconocimiento de la historia del arte, del talento nacional y el difícil camino que pueden recorrer las y los artistas guatemaltecos para que su trabajo pueda ser reconocido y valorado desde otros espacios.
Sobre la artista
Evelyn del Rosario Morán Cojoc tiene 42 años y es originaria de San Cristóbal Verapaz, Alta Verapaz, en la región Poqomchí, conocida como la Pupila del Cielo, al norte de Guatemala.
Su gusto por el arte y la composición la manifestó desde los 8 años de edad y de manera profesional, la inició a los 14. Actualmente se dedica a las artes plásticas y trabaja diversas técnicas como el óleo, la acuarela y el acrílico. Además, se ha dedicado al diseño, la arquitectura y a la gestión cultural.
También se ha dedicado a los tejidos de indumentaria maya como herencia de su madre, donde tomó el gusto por las formas, la simbología, la composición y la combinación de los colores.
Hasta ahora las largas paredes de dicha Basílica de estilo barroco, la tercera más alta en la ciudad de Roma, solo habían albergado las obras de dos artistas latinoamericanos, entre artistas europeos. El primero de ellos, uno de los máximos referentes del muralismo mexicano, José David Alfaro Siqueiros y el segundo, el artista colombiano Fernando Botero Angúlo, caracterizado por sus personajes de formas voluptuosas y redondas.
R. Conocemos que irás este 14 de septiembre a exponer una obra a Roma, a la Santa Sede. ¿Quién te hizo la invitación y cuál es el motivo de la misma?
Es una historia larga, -dijo sonriendo-.
Todo inició en 2015, la primera vez que presenté una de mis obras en la Santa Sede, en la Ciudad del Vaticano. Fue una serie de desnudos en donde representé a la mujer desnuda, pero con diseños de nuestros trajes ancestrales. Fue algo que gustó y llamó la atención, así conocí al padre Salvador Rodea, uno de los actuales dirigentes de la Basílica, quien me hizo la invitación.
-En esa ocasión, Evelyn recordó que al platicar con él creyó que ella era mexicana, porque él es mexicano-.
Entonces me decía, “Todos los artistas del renacimiento son europeos, ¡nos encantaría tener obras de una artista mexicana!”. Para su sorpresa, cuando me presenté le dije, “Yo soy de Guatemala, somos hermanos, somos vecinos”. Entonces el padre dijo que quería mi obra allá.
-A inicios del presente año, 9 años después de aquel encuentro, ella fue contactada de manera oficial para llevar a cabo la obra-.
Mandé mi boceto y les gustó. Gracias a Dios no cambiaron nada del diseño y así fue como empecé a trabajar esta obra. Los primeros días tuve pánico, porque esto era un sueño y tenerlo tan cerca fue una gran emoción para mí, pues es una celebración grande.
El motivo de la obra es la culminación del año jubilar que inició el pasado 14 de septiembre de 2023, celebración por los 500 años de la fundación de la Orden de los Teatinos, un Instituto clerical de Vida Consagrada Religiosa fundada el 14 de septiembre de 1524, entre ellos, por San Cayetano de Thiene, presbítero italiano convencido de que la Iglesia necesitaba una reforma en aquellos tiempos, pero que lo primero que había que hacer es reformarse a sí mismo.
R. Cuéntanos detalles de la obra que pintaste, ¿cómo se llama, qué técnica artística empleaste y qué detalles se encuentran en ella?
La obra se llama 500 años de la Orden Teatina, mandé a imprimir cien postales que se van a dar el día del evento en donde está la representación y composición, donde van varios diseños. Es una composición del arte europeo con lo que yo quise plasmar en ella.
-Para contar sobre su obra, Evelyn mostró una de las postales impresas con la réplica de la pintura y señaló cada uno de los detalles mientras los iba explicando-.
La composición de técnicas inicia desde San Cayetano, que también se celebrará su día. Luego, los paisajes de la Toscana que podemos observar en pinturas europeas como la Monna Lisa. En el libro que porta San Cayetano, él tenía una flor icono de allá y yo la cambié por la monja blanca, nuestra flor nacional. En este pedacito va toda una historia, está pintada al óleo.
Son 500 años, es una fecha importante para la dirigencia principal y los he pintado también a ellos. Son de origen argentino, mexicano, español y brasileño. Está el fondo de la Toscana más el pedazo de güipil de Cobán, el tupuy (tocado) que sale de la cruz y las mariposas para que haya una composición completa, tanto de las mujeres como de los hombres que están en la dirigencia.
-Evelyn reconoce que llegar el 14 de septiembre y contar sobre nuestra historia a través de esta pintura también es una responsabilidad, por ser una celebración de 500 años dentro de la iglesia católica de los Teatini. Una historia mundial y un camino que también ha conllevado sufrimiento y dolor a la humanidad hasta nuestros días, por lo que la artista comentó que en un video que le enviaron para conocer más de esta historia, la Iglesia pide perdón a la humanidad por tanto daño que ha hecho y piensa que durante el tiempo que ha tenido la iglesia en la historia de la humanidad, también se han reformado y han llegado a cambiar de pensamiento y de formas de proceder, según indicó-.
Eso también hay que recalcarlo en la historia, ese paso es importante porque los Teatini piden perdón a la humanidad, y al pedir perdón se puede continuar en beneficio de la misma. Eso fue para mí muy significativo e importante, el poder reconocer y aceptar los errores y continuar.
R. ¿Qué otros detalles tiene la obra?
Me atreví a hacer una composición en la cual no solo quedara la historia de la iglesia, sino también se unificara con la historia de Guatemala. Una composición que tuviera el color de nuestras raíces y se representa dentro de la composición con el tupuy, es algo que complementa nuestros trajes ancestrales.
Antes, también me dedicaba a los tejidos de los huipiles y siento que también esa herencia de mi mamá fue algo bien importante, porque desde pequeña me enseñó a combinar los colores, a agarrarle el gusto a la composición y a los diseños, porque nuestros tejidos son un arte geométrico, una historia ancestral que tiene una composición importante en la vida de cada una de nosotras y se plasma en este momento, en esta composición que envié a la Santa Sede. También le puse el tejido de Cobán.
Algo que nos identifica como guatemaltecos y que están en nuestro diario vivir son los colores y el símbolo del infinito, por eso inicia con San Cayetano, los círculos y toda la historia de la iglesia a través de la historia de la humanidad. El libro es importante porque es la sabiduría que va pasando de generación en generación y puse a los cuatro que están dirigiendo la Basílica, porque está el maestro que se dirige a todos por medio de señales, la fuerza de nuestra mano que podemos hacer tantas cosas y que podemos transmitir a los demás, el maestro tiene que acompañar a la historia y contarla para que no se repita y que esto siga siendo heredado de generación en generación.
Coloqué los huipiles porque yo formo parte de una historia de los tejidos acá en Guatemala, que son tan importantes, nos lo heredaron nuestras abuelas y siempre tuve esa inquietud de estudiar el significado de los triángulos, de la geometría dibujada en nuestros huipiles, la simbología que es bien importante porque está en los nahuales de cada persona y en quienes somos. Qué importante es saber en dónde estamos y cuál es nuestra posición en esta tierra, nuestros abuelos lo sabían, por eso es que el tupuy (tocado) tiene nueve metros.
Nuestros colores son únicos y las mariposas representan la fuerza de la mujer, somos muy importantes en la historia de la humanidad. Me ha gustado estudiar mucho, pero veo que en la historia del arte hay muy pocas mujeres mencionadas en obras artísticas europeas.
R. ¿En dónde quedará la obra una vez haya sido develada?
La obra permanecerá en la Basílica de Sant´Andrea della Valle, sede de los Teatinos. Es una iglesia maravillosa, la verdad es un espacio que me gusta mucho y esta es una obra de gran dimensión y significado.
Que la obra sea para esta celebración, me llena de mucha satisfacción.
R. ¿El evento contará con la presencia del Papa Francisco?
Sí, a las 11:00 de la mañana tenemos la audiencia con el Papa. Él va a presenciar el evento y va a iniciar a las 8:00 de la mañana con un recorrido hacia la Basílica de San Pedro.
Es una celebración grande que se tendrá allá. Ha sido un honor que me llegara esta invitación, estoy muy agradecida.
¿Quiénes han expuesto en este lugar? ¿Se tiene registro de presencia de obras hechas por artistas mujeres?
No tengo el conocimiento de algún registro de mujeres latinas. Estaría pecando si lo aseguro, pero por lo que he estudiado y lo poco que sé, aún no hay referencia de mujeres artistas en esta basílica. Sí sé, que de nuestro continente está José David Alfaro Siqueiros, de México, Fernando Botero, pintor colombiano y ahora estaría Guatemala con mi obra. De ahí, europeos hay bastantes, como Picasso, Dalí, y muchos otros.
-No obstante, Evelyn comparte el nombre de Artemisia Gentileschi, una referente de la pintura barroca italiana con sus célebres pinturas de personajes femeninos fuertes en los que se han leído rasgos feministas.
Como dato curioso, se encontró sobre ella que, “el interés feminista en Artemisia Gentileschi se inició en la década de 1970, cuando la historiadora del arte feminista Linda Nochlin publicó un artículo titulado, ¿Por qué no han existido grandes artistas mujeres? En el que esa pregunta fue analizada. El artículo exploró la definición de «grandes artistas» y cómo las instituciones opresivas, y no la falta de talento, han impedido que las mujeres alcancen el mismo nivel de reconocimiento que los hombres recibieron en el arte y en otros campos”.-
https://es.wikipedia.org/wiki/Artemisia_Gentileschi
Siempre me maravillé de las obras de allá, pero nosotros como latinos tenemos obras muy bonitas, hay que impulsarlas para que lleguen a más espacios y den a conocer más nuestros pueblos. Es mucho lo que tenemos para dar a conocer y a veces, ni lo sabemos. Me siento muy feliz de que el arte guatemalteco vaya a otros espacios.
R. ¿Buscaste el respaldo del Gobierno de Guatemala? Si es así, ¿qué te respondieron?
Uno como artista no puede hacer las cosas solo, eso lo tengo bien claro, en mis procesos de trabajo he podido llegar a otros espacios del otro lado del charco, como decimos acá, pero con mi obra hasta el momento no he recibido ayuda del Gobierno en ningún sentido, ni de ninguna otra institución. Todo lo estoy costeando y haciendo por mi cuenta, lo digo claramente.
Tal vez porque como guatemaltecos a veces no valoramos lo que tenemos. Esos espacios siento que están muy cerrados, sin embargo, lo que he tenido yo es que no me he encerrado esperando el apoyo, porque si no, estaría todavía esperando. Intenté en alguna ocasión y no se pudo.
Me llevé una sorpresa porque dije, ‘voy a hacer las cosas bien, estoy muy emocionada y voy a presentar mi obra en este espacio ícono de la cultura mundial’, entonces lo hice formalmente pidiendo audiencia al Ministerio de Cultura para que pudieran conocer el trabajo y que se unificara de forma diplomática la Santa Sede y el Ministerio. Fui a la ciudad para ver qué apoyo me podían dar y recibí una negativa.
Me dijeron que el Gobierno no apoyaba estas actividades por ser algo religioso, claramente les dije que sí es un espacio religioso, pero es arte, y el arte abre fronteras, abre las mentes, abre países y el arte desde la época del Renacimiento ha sido fundamental para que los países se desarrollen y den a conocer su cultura.
Italia es un museo al aire libre, qué felicidad me diera que algún día Guatemala sea un museo al aire libre para que reciba a otros países y que esto generara más economía y desarrollo, porque lo tenemos todo, somos una cultura ícono a nivel mundial. Nuestros territorios tienen mucha riqueza, pero lo vieron de una manera negativa.
Al principio lo lamenté mucho, pero dije, ‘¿Qué se puede hacer?’. No juzgo la ignorancia en que se puede caer al tomar ciertas decisiones, pero así es, y va a quedar para mi historia, con todo orgullo yo lo cuento, porque esto es un comienzo, un espacio que se abre y espero se abran para más personas, porque el arte en Guatemala es muy bueno, tenemos buenos artistas hay muchos pintores. Mi deseo y felicidad sería que haya más prosperidad en el arte.
R. Desde tu experiencia, ¿qué dificultades enfrentan las mujeres en el ámbito artístico?
La primera se da porque en la historia de la humanidad no se menciona a las mujeres. A pesar de tanto tiempo y tanto que hemos avanzado, aún ese espacio está vetado. A veces me impresiona escuchar todavía que la mujer nació para la casa, que la mujer no puede estudiar y si no estudia nació para los hijos.
Con todas esas dificultades, las mujeres hacen un doble y triple esfuerzo porque se tienen que ganar estos espacios, además de trabajar.
Estos espacios se tienen que empezar a abrir y lo podemos hacer como mujeres, pero la sociedad tiene que empezar a tener una mente más amplia. Como hombres y como mujeres nos tenemos que ayudar. El equilibrio, considero, debe empezar desde nuestra mente, el poder apoyarnos más pensando como comunidad.
R. ¿Y la mujer maya? ¿Qué desafíos atraviesa en la actualidad para incursionar en el arte?
Hay muchas limitaciones, pero lo veo desde el poder de la comunicación, porque tenemos tantos idiomas y tenemos que empezar por ahí, la limitante de no poder entender un idioma es bastante fuerte.
Además de eso, el creer que la mujer solo es para el campo, para el esposo, o para la atención de los niños. El creer que no puede estudiar. Hay muchos bloqueos sociales, pero espero que en el transcurrir del tiempo y de la historia eso vaya cambiando.
Mucha gente no valora el poder de hablar otro idioma, el Poqomchí se está perdiendo, pese a que ahora hay muchas formas de aprender, y más, abriendo las posibilidades de nuestra mente.
R. ¿Qué le dirías a las mujeres que desean dedicarse al arte de la pintura en Guatemala?
En Guatemala es difícil, pero no imposible. La dedicación, la disciplina y el trabajo lo hacen todo, me he dedicado al arte, pero también he podido salir del país con mis pinturas, no sé cómo lo hice, pero lo hice, -sonríe al recordar-.
Creo que es un esfuerzo que vale la pena, como me decían mis padres: nada es fácil todo cuesta, hasta comer requiere de un esfuerzo y no hay que quedarse estancados.
Decir, ‘me voy a dedicar al arte y de un día a otro ya vendí mis cuadros’, eso no es posible porque se necesita mucha dedicación, trabajo y tener coherencia en lo que se está haciendo. Pero saber nuestra historia y conocerla, ayuda.
El arte no es un hobby, es un trabajo muy dedicado y aquí cuesta, pero siento que nada es imposible. Hay que creer en lo que hacemos, confiar y dejar en las manos de lo que nosotros creamos como seres humanos, porque el tiempo lo dirá todo y la historia se escribe poco a poco, no es de la noche a la mañana, uno a veces como ser humano comete el error de desesperarse y lo más fácil en esta vida es renunciar, lo más difícil es intentarlo y se intenta todos los días. Yo sigo intentando y espero que la vida me dé mucho tiempo para seguir haciendo cosas.
R. Esta obra para Evelyn es solo un inicio.
Estar en un espacio ícono de la historia del arte, llegar a Roma, a la Santa Sede, para mí es algo muy importante porque significa estar en las paredes en donde se ha desarrollado gran parte del arte desde la época del Renacimiento. Me llena de mucha satisfacción, pero también de mucho orgullo porque no es solo Evelyn Morán quien va a esos espacios, sino es la representación de los colores de Guatemala, de nuestra historia, de lo que nosotros somos.
Mi satisfacción va a ser que cada uno de los que puedan observar la obra y puedan llegar a ese espacio se lleve un pedacito de lo que somos, porque no acaba ahí, es un pedacito de historia de la humanidad, un recorrido de 500 años. No pensé llegar a este momento, estoy muy feliz, -concluyó-.