En Argentina mujeres marchan para defender sus derechos
Miles de mujeres lesbianas e identidades disidentes se manifestaron en toda Argentina este 3 de junio, en rechazo a la violencia patriarcal, el desfinanciamiento de los programas sociales en la administración de Javier Milei, y el triple lesbicidio cometido en Barracas, Buenos Aires.
Por Jasmín López
Por noveno año consecutivo, las argentinas continuaron la lucha popular del Ni Una Menos en diferentes puntos del país, convocadas por organizaciones feministas, colectivas LGTBIQ+ y de derechos humanos.
Con carteles y consignas, defendieron su derecho a una vida digna y libre de la violencia machista que, desde el 1 de enero al 31 de mayo del 2024, ha dejado un saldo de 89 femicidios. Más de la mitad de estos crímenes fueron cometidos por la pareja o ex pareja de las víctimas (58%) en su propia vivienda (66%), según datos del Observatorio Nacional MuMalá.
Otros motivos de la movilización fueron:
Políticas del hambre
Las políticas de ajuste de Milei han debilitado los programas sociales y a organizaciones destinadas a ayudar a mujeres, comunidad LGTBIQ+, personas indígenas y trabajadoras. Entre los principales afectados por el desfinanciamiento están los comedores populares que alimentan diariamente a miles de personas, entre ellas madres autónomas, niñas, niños, ancianas y ancianos.
Al igual que las ollas comunitarias, también han sido vaciados el Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo; el Plan Nacional de Prevención del Embarazo no Intencional en la Adolescencia, el programa de Apoyo y Acompañamiento a Personas en Situación de Riesgo por Violencia por Motivos de Género, y el Programa Nacional de Educación Sexual Integral, refirió Guadalupe Ruiz, de la colectiva Comando E.S.I.
El actual gobierno también ha cuestionado los derechos ganados por años de lucha feminista y disidente, como la ley del divorcio, el matrimonio igualitario, las jubilaciones para las amas de casa y el derecho al aborto, añadió Ruiz.
Eran lesbianas, mujeres y trabajadoras
❝Señor, señora, no sea indiferente, se mata a las lesbianas en la cara de la gente❞, fue una de las consignas coreadas por lxs manifestantes que exigieron justicia por Pamela, Roxana y Andrea, las lesbianas asesinadas en su habitación de hotel en el barrio Barracas, y reparación para Sofía, la única sobreviviente.
Las tres mujeres murieron en el fuego provocado por una bomba molotov lanzada por su vecino, Justo Fernando Barrientos, el domingo 5 de mayo. A pesar de que Barrientos ya había expresado claramente sus motivaciones con insultos lesbofóbicos, el Gobierno se niega a reconocer el crimen como un lesbicidio. El vocero presidencial, Manuel Adorni, expresó en conferencia de prensa que no le gusta ❝definirlo como un atentado a determinado colectivo❞.
Declaraciones similares que niegan e invisibilizan las violencias en contra de la comunidad LGBTIQ+ y las mujeres, se han vuelto comunes en este mandato, en nombre de la libertad de expresión, informó Eli Trimarchi, de la Asamblea Lesbianes Autoconvocades, colectiva que se originó en redes sociales a causa de la masacre de Barracas. ❝Los discursos de odio no son opiniones, no son inofensivos, no son gratuitos. Generan, incentivan y avalan la violencia❞, dijo Trimarchi.
La madre de todas las luchas
Durante la marcha también se evocó el legado y la memoria de Nora Cortiñas, defensora de los derechos humanos y emblema de la lucha contra el terrorismo de Estado. Nora, quien falleció el pasado 30 de mayo, fue una de las fundadoras de la organización Madres de Plaza de Mayo, y dedicó su vida a la búsqueda de las miles de personas desaparecidas durante la dictadura de Jorge Rafael Videla.