Dos hijas, dos asesinatos
Por Stef Arreaga
12 de noviembre de 2018
Carlota Karina era la segunda hija de Elsa, tenía 13 años. Salió a la tienda el 26 de octubre y desapareció. Regresó a casa el 3 de noviembre en una caja de zinc y madera, igual que su hermana Yemmi, quien falleció en la masacre del Hogar Seguro Virgen de la Asunción el 8 de marzo del 2017.
¿Cómo conocí a Elsa?
Hace un año y ocho meses conocí en la morgue del Inacif a Elsa Siquín. Estaba entre mucha gente esperando resultados de ADN de su hija Yemmi. Tenía la mirada perdida, no se sentaba, estaba parada a un lado del mostrador de la morgue esperando que la llamaran y le dieran alguna noticia. Las voluntarias le ofrecían comida, se quedaba con un pan en la mano por horas, luego lo devolvía intacto con pena. En la otra mano sostenía con fuerza el carné de estudios de la pequeña, quien estaba en el Hogar Virgen de la Asunción desde el 23 de septiembre del 2016.
Me contó que su niña era abanderada, buena estudiante y que estaba luchando por sacarla de ese lugar –El Hogar– porque fue institucionalizada sin su consentimiento y sobre todo, nunca le avisaron que un juez la había remitido a allí. Después de acompañarla en ese proceso difícil y traumático de reconocimiento del cuerpo de Yemmi, nos continuamos viendo a diario en las audiencias, pasamos sentadas juntas en esas salas del juzgado días enteros. Nos fuimos conociendo cada día más.
¿Quién es Elsa?
Elsa tiene 35 años. Es originaria de Suchitepéquez. Madre de una hija de 20 años, Yemmi de 15, Carlota de 13, Davis de 11, Nahomi de 7 y Josué David de 4 meses. Es analfabeta, pero esto no ha sido impedimento para sacar adelante a sus hijos. Desde temprano comienza a hacer tamalitos de chipilín, elote, loroco y chuchitos. Por las tardes sale con un canasto en la cabeza a vender en su colonia y en las colonias vecinas. Estos ingresos le sirven para complementar en la comida diaria, para la escuela y la vestimenta de sus pequeños. En septiembre del 2017, seis meses después de haber perdido a su hija Yemmi, le ofreció casa, alimento, familia, amor y apoyo a una niña que había estado en el Hogar Virgen de la Asunción, al que igual que su Yemmi. La niña vivía en la calle, dormía en el Portal del Comercio y había escapado de su familia por maltratos y abusos físicos y sexuales. Esta jovencita acababa de cumplir la mayoría de edad, vivió por un tiempo con ella, la ayudaba a hacer cosas en la casa y tenía un techo y un plato de comida servido con cariño. Una tarde cuando Elsa regresó de vender tamalitos encontró vacío el clóset donde estaban las pertenencias de Yemmi. Elsa entre dolor y decepción aceptó lo sucedido y dijo: “No es justo lo que hizo, pero espero que la ropa y los zapatos de mi hija le sirvan a ella en donde quiera que esté”.
La llamada
El sábado 3 de octubre en la tarde recibí una llamada de Elsa. Su voz se escuchaba cortada, aguantándose las ganas de romper en llanto, respiró profundo y me dijo: “le llamo para avisarle que mi nena, Carlota, la de 13 años se me desapareció el 26 de octubre; tenía miedo de poner la denuncia por lo que pasó con Yemmi, pero al ver que ya eran muchos días puse la Alerta Alba Keneth y hoy me avisaron que mi nena fue degollada y que está aquí en la morgue”.
Elsa rompió en llanto, yo no sabía qué decirle, no hay palabras que consuelen en ese momento y menos con la muerte violenta de dos hijas.
Carlota
Nació el 22 de febrero del 2005, tuvo una infancia tranquila, era una niña alegre, siempre le gustó dibujar más que estudiar. Ya más grande fue teniendo más relación con la tía paterna y sus primas, le gustaba bailar, salir a pasear y jugar con ellas.
Carlota Karina, tenía 13 años al momento de su asesinato. Había ganado con buenas notas 4to. Primaria, en la escuela San José las Rosas. Le gustaba cuidar a su hermanito de 4 meses y ayudar a su mamá en la casa. Como toda niña, le gustaban los shorts y las faldas, pero su mamá le daba permiso a ponérselas con licra abajo. Elsa nos cuenta que le decía: “vos sos muy bonita mija, ya tu cuerpo ha cambiado de niña a señorita y si te vestís muy corto te van a faltar el respeto. Te doy permiso a usar pero con lycras, y siempre me hizo caso, no era una niña rebelde”.
14:45
La mañana del 26 de octubre Carlota salió a la tienda y no volvió. A las 14:45 horas, la patrulla GUA 16223, luego de recibir una llamada de algunos transeúntes, llegaron al lugar en donde estaba un cuerpo sin vida. El agente Carlos Caal informó que el cuerpo fue encontrado en un área boscosa de la aldea Yumar km 18.5, carretera a San Juan Sacatepéquez. A simple vista se observaban dos cortes en el cuello.
El informe del Inacif indica que la pequeña de 13 años murió a causa de heridas cortopenetrantes en el área torácico abdominal, con arma blanca. Fue entregada en una caja de zinc porque había permanecido una semana en la morgue, mientras su madre la buscaba.
MP busca culpables
La fiscalía contra el delito de femicidio del Ministerio Público, que lleva el caso de la masacre del Hogar Seguro Virgen de la Asunción, conoce a Elsa por su hija Yemmi Areceli Ramírez Siquín, una entre las 19 víctimas que murieron dentro del salón de 6.8×7 metros donde fueron encerradas.
Esta vez llegaron a su casa con la intención de investigar la razón por la que Carlota fue asesinada violentamente el día 26 de octubre. Elsa, quien se encuentra en etapa de duelo, con muchas preguntas en su cabeza, en relación a las circunstancias que la llevan a ser madre de dos adolescentes fallecidas, contó a Prensa Comunitaria que tuvo la impresión de que la fiscal encargada la culpaba de la muerte de sus dos hijas. Además, a criterio de ella, la fiscal le dio a entender que era una vergüenza que continuara en el caso de su hija Yemmi.
Como medio, hemos sido testigos del ataque a las familias por parte de la sociedad civil, culpándoles de las muertes de las pequeñas, sin siquiera conocer el contexto de la institucionalización de cada una de ellas. Elsa manifestó que le preocupa que el ente investigador considere que es culpable de la muerte de sus hijas, cuando ella ha intentado darles lo mejor con amor y el esfuerzo diario de su trabajo.
Aquí álbum fotográfico del entierro