Denuncian violencia contra las mujeres en conflicto territorial entre Nahualá y Santa Catarina Ixtahuacán
Todos los días, sin importar si amanece o anochece, se escuchan disparos y detonaciones de bombas en Santa Catarina Ixtahuacán, Sololá; producidas por supuestos grupos criminales que disputan una parte del territorio que hay entre este municipio y Nahualá, denuncia un grupo de mujeres El conflicto tiene más de cien años, pero las balas son recientes. El terror por la violencia ha dado paso a secuelas y enfermedades, según reportaron autoridades del lugar.
Este 7 de junio, algunas mujeres, jóvenes y niñas de Santa Catarina Ixtahuacán tomaron la carretera Interamericana para protestar contra la violencia que viven. El objetivo era visibilizar la problemática aprovechando la visita de Kamala Harris, vicepresidenta de Estados Unidos, y hacer que la comunidad internacional actuara y exigiera la vigilancia de los límites territoriales.
“La mayoría de las mujeres del municipio ya estamos muy cansadas. Nos estamos enfermando de los nervios. Muchos niños tienen traumas psicológicos. Mucha gente tiene enfermedades crónicas. Están sufriendo mucho”, dice una de las integrantes de la mesa de diálogo, Vicepresidencia de la República creó el año pasado para encontrar una solución al conflicto.
Las mujeres piden que el Gobierno solucione la problemática de violencia que las mujeres han catalogado como “peor que la del conflicto armado”, y dicen “La muerte las ronda porque se escuchan a cada rato balazos sobre las casas, que topan las paredes y abren agujeros”. Hasta ahora, tres comunitarios han fallecido y el temor de que suceda de nuevo es real:
“En Chirijox -una aldea de Ixtahuacán- metieron a 35 niños en una fosa para que no fueran alcanzados por los disparos y bombas que tiran”, cuentan.
En Chirijox, los ataques se han incrementado desde 2019, indica una vecina que prefiere no ser identificada por seguridad. La violencia ha conllevado la quema de viviendas, desalojos de personas que pertenecen a esa aldea, pero que viven del lado del cantón Xolcajá, en Nahualá y recientemente, las balaceras.
La comunidad no ha podido identificar a quienes lanzan los disparos. “Si salimos encontramos la muerte”, agrega.
Las entrevistadas creen que la violencia ha sido iniciada por grupos criminales, después de haber encontrado dos celulares en donde, aseguran, la banda se enviaba mensajes para coordinar los ataques. Estos fueron entregados a la mesa de diálogo, pero poco o nada se ha sabido desde entonces, de quiénes podrían estar implicados.
Las mujeres plantean que la intención de las balas y bombas es intimidar a quienes forman parte en la mesa de diálogo y que no se reconozca una frontera entre ambos municipios. Un espacio en el que está ubicada la Finca Los Altos. Esta es habitada, de acuerdo a las entrevistadas, por una mayoría de población de Nahualá.
“Ellos -los grupos criminales- empezaron a disparar cuando la gente iba caminando. Hubo personas con crisis nerviosa. Les dio presión alta, les dio diabetes. La situación está dañando a la gente en la aldea Chirijox. Ayer en la noche, tipo 10:30 – 11:00, empezaron otra vez los disparos”, afirma la vecina consultada.
Un Estado de Sitio que no resuelve nada
Las autoridades de Ixtahuacán se han pronunciado en el pasado sobre la situación de violencia que vive el municipio, pero el problema sigue sin ser resuelto.
“El Alcalde de Ixtahuacán no ha venido ni una vez a visitar a nuestra aldea”, refiere la lideresa. Pero las autoridades de Nahualá no aparecen en la escena. Sus teléfonos están desconectados, no tienen página web ni perfil actualizado en redes sociales que permita contactarlos.
La Vicepresidencia tampoco se ha pronunciado.
Hace poco más de un año, el 30 de mayo de 2020, el Ejecutivo publicó el decreto gubernativo 10-2020, en donde declaraba Estado de Sitio en Santa Catarina Ixtahuacán durante 30 días, para “devolver el orden” a la comunidad. Tiempo en el que se creó una mesa de diálogo con representantes de las dos comunidades, pero no se ha hecho nada para resolver la conflictividad en la zona, de manera integral. Para el 21 de mayo de este año, tres personas habrían sido asesinadas por actos intimidatorios ligados a la disputa de la finca.
Ningún gobierno ha podido resolver este tipo de problemas, que no sea solo buscando una salida de militarización. Ya que la historia ha demostrado que cuando se retiran, la violencia retoma. Como ha sido el caso de la disputa territorial entre Ixchiguán y Tajumulco, en San Marcos.
Las características de los conflictos por tierras suelen ser las mismas: un terreno disputado, violencia criminal y un incremento de armas en la zona. Nadie parece saber cómo detenerlo. Hasta ahora, parece que la gente permanece como víctimas dentro de su propio territorio.