De una jueza intachable a un juez cuestionable

Fotografía: Karen Lara

El 21 de marzo la exjueza Erika Aifán anunció su renuncia, a través de un video desde Estados Unidos, a continuar en el Juzgado Primero de Primera Instancia Penal, Narcoactividad y Delitos Contra el Ambiente de Mayor Riesgo “D”. Ahora su cargo ha sido ocupado por Luis Fernando Archila desde el 19 de julio.

Un sustituto con pasado delictivo

La Corte Suprema de Justicia nombró a Luis Fernando Archila Lima como titular del Juzgado de Maryor Riesgo “D”, luego de haber sido ocupado por seis años por la jueza de carrera y doctora en ciencias penales Erika Aifán.

Tras cuatro meses de espera, los magistrados hicieron su elección. Sin embargo, la carrera de éste personaje en paralelo a Aifán, se distancia mucho de estar a favor de la legalidad y la democracia.

En 2008, siendo jefe de seguridad de Aeronáutica Civil en Puerto Barrios fue detenido por posesión de drogas de acuerdo con una filtración de Wikileaks. Además, en 2004 fue sancionado por atentar contra el artículo 8 número 5 del reglamento de la dirección general de la Policía Nacional Civil (PCN) que especifica: “Negligencia en el incumplimiento de las obligaciones profesionales causando perjuicio grave al servicio”.

Es así como ponen en manos de Archila todos los casos de corrupción y narcoactividad. Aifán había renunciado para resguardar su integridad física y psicológica.

“He conocido grandes casos de crimen organizado y estructuras de corrupción en todos los niveles del Estado, de dónde surgen el mayor número de presiones y amenazas en contra de mi independencia e integridad”, indicó en su video al presentar la renuncia.

Ketzali Awalb’iitz Pérez Pérez

Soy joven, mujer, maya poqomam. Feminista y antiespecista. Estudiante de  Licenciatura en Música y Licenciatura en Arte Dramático. Creadora de letras y música que surge a partir de mi encuentro con el mundo y sus matices, actriz, zanquera y gestora cultural. Me construyo conjuntamente con mis amigas en búsqueda de la justicia, la ternura y la emancipación de nuestros cuerpos.

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