Con sentencia simbólica, Rosa Franco cierra un capítulo por el femicidio de su hija María Isabel
Rosa Franco buscó por 20 años justicia por el femicidio de su hija, Isabel Veliz Franco, asesinada en 2001. El 1 de marzo pasado logró que se condenara al responsable del hecho. Hoy, el Grupo Guatemalteco de Mujeres (GGM) le entregó de manera simbólica la sentencia dictada por el Tribunal de Mayor Riesgo “A”, que condenó a 30 años de prisión inconmutables a Gustavo Bolaños, por el crimen contra su hija.
“No sé si se le llama justicia después de 20 años”, señaló Franco después de recibir la resolución escrita de manos de Giovana Lemus, directora de GGM, organización que la apoyó en la búsqueda de justicia.
La madre de Isabel Veliz señaló que para ella fue doloroso recibir el veredicto de la justicia guatemalteca. “No sé si decirle justicia porque son 20 años, debería ser más rápido”, manifestó.
La desaparición y femicidio de su hija dejó varias secuelas en su vida, una de ellas fue padecer de diabetes. “Yo antes no padecía de nada, mucho dolor, mucho sufrimiento de no ver más a María Isabel, aferrarme a la vida porque tengo dos hijos”.
Franco indicó que este momento para ella es histórico. “Pareciera un sueño encontrar justicia en Guatemala, es fuerte y cierra ese capítulo triste que me tocó vivir, le puedo decir a María Isabel, “hice lo que pude, se hizo justicia aquí en la tierra, la justicia de Dios es otra, él la hará, pero acá misión cumplida””, manifestó.
La madre relató que desde que denunció la desaparición de su hija en la Policía fue tratada de mala manera, le cuestionaron si María Isabel era prostituta y si ella también y dónde tenía el cuerpo. “Uno está aturdido y preocupado y con esas cosas, (…) y aunque fuera uno lo que fuera, uno tiene derecho a derecho a justicia, que lo traten bien”.
Por su parte, el Ministerio Público (MP) de esa época también actuó con negligencia, afirmó. “Hubo un antes y después, ahora se han esforzado en lograr esta sentencia, me han apoyado”, dijo.
Franco era trabajadora del Centro de Estudios Folklóricos de la Universidad de San Carlos cuando su hija desapareció y estudiaba derecho en ese entonces. Hace dos años se graduó como abogada con lo que espera que pueda ayudar a otras mujeres.
Ella relató que María Isabel empezó a trabajar en un almacén de la zona 1 capitalina, para ganar su propio dinero y su madre aceptó porque ella misma trabajó como vacacionista cuando fue joven, pero nunca pensó que le fueran a hacer daño. “La ilusión de poderse comprar sus cosas por ella misma”, recordó.
Rosa Franco espera que la sentencia sea una contribución para que otras mujeres encuentren justicia. Como medidas de reparación está la construcción de un memorial en la Plaza de las Niñas y una económica.
Durante la entrega del documento, Lemus, de GGM, señaló que encontraron muchos obstáculos para conseguir un veredicto. “La sentencia lo que hace es develar las falencias del Estado de Guatemala, la discriminación, la violencia y todas esas formas sutiles de tratar a las mujeres se evidencia a lo largo de la búsqueda de justicia para la madre de María Isabel, para María Isabel pero también para el equipo que ha acompañado a doña Rosa”, indicó.
Lemus dijo que estas falencias se siguen observando en todo el sistema de justicia que no es “ni pronta ni cumplida” pero este recorrido permitió que el Estado vaya asumiendo responsabilidades, aunque aún falta mucho por hacer.