Así son las mujeres que defienden la autonomía de la USAC
El 1 de julio de 2022 Walter Mazariegos asumió la rectoría de la Universidad de San Carlos (USAC) después de un proceso fraudulento, con el aval del Consejo Superior Universitario (CSU). Desde entonces, se ha criminalizado a estudiantes, trabajadores y docentes que se han opuesto abiertamente al fraude y han defendido la autonomía universitaria.
Por Violeta Cetino
Lucía Terrón es médica y cirujana, profesora titular de la Facultad de Ciencias Médicas de la USAC y la primera mujer que desempeña un trabajo en el Ejercicio Profesional Supervisado Rural. Ha ejercido su participación política en el Colegio Médico, así como en la Facultad de Ciencias Médicas.
En el último proceso electoral realizado en la USAC, Terrón fue electora electa del grupo SOS, por el cuerpo docente, representante de la Facultad de Ciencias Médicas. “Tengo una trayectoria en donde he dado a conocer que las mujeres somos capaces de trabajar en espacios que han sido dominados eternamente por hombres”, inició.
El 27 de abril de 2022 era la fecha final para hacer la elección de manera directa por el candidato o candidata a rector. Según Lucía, desde el mes de diciembre se conocía que había alrededor de cuatro a cinco candidatos, entre estos, Luis Suárez, Carlos Valladares, María Paz y Walter Mazariegos.
Terrón compartió que ante este panorama, un grupo de personas pensaron en que había que democratizar la USAC, y luego de hacer alianzas con varios grupos y hacer una elección primaria, Jordán Rodas es proclamado candidato a rector por SOS. Sin embargo, el 26 de abril el CSU sostuvo una reunión y excluyó de manera ilegal e ilegítima a los cuerpos electorales que SOS había ganado como oposición, además de los cuerpos del grupo AVANTE, de Carlos Valladares.
El 27 de abril no se dio la elección. Según las leyes universitarias, si esto ocurre, hay que repetir de nuevo la elección, pero el CSU cerró filas y dejó en el limbo la elección. SOS colocó 20 amparos y AVANTE, de Carlos Valladares, colocó otros, sin que a la fecha se obtuviera una respuesta.
La desagradable sorpresa
Terrón narró lo sucedido el 14 de mayo, cuando grupos violentos impidieron el ingreso de electores no afines a Mazariegos para votar en las instalaciones del Parque de la Industria.
Además, Lucía reveló que dos días después, un sistema de información universitario, que supuestamente vela por la privacidad de todos los datos universitarios, entre estudiantes, profesionales, docentes y trabajadores, hizo una publicación con apoyo de net center que específicamente divulgaron mensajes con toda su información, lo que constituyó una violación absoluta a su privacidad.
Desde que tomó posesión Walter Mazariegos, en año y medio la violencia se ha incrementado hacia estudiantes, trabajadoras, trabajadores y docentes. “En 2024 estamos siendo penalizados 81 personas y 30 casos en el Ministerio Público (MP), todos con delitos de usurpación agravada, daño al patrimonio, asociación ilícita y sedición”, indicó Terrón.
La participación de las mujeres en las luchas colectivas es un tema histórico, su presencia, aporte y voz son fundamentales para el avance de los procesos sociales. “Pero cuando alzamos la voz, siempre es un blanco muy fácil del resto de la población para acusarnos de que no somos lo suficientemente capaces, que no tenemos la experiencia política, los modos, las formas”, dijo Terrón.
Las denuncias del CSJ van encaminadas a desacreditar el papel que desempeñan las mujeres en contra del fraude. “Decir que tenemos pareja o que somos pareja de. No dicen lo mismo de un hombre y nos recuerda que solas no podemos actuar, pensar, y eso es mentira”, denunció Lucía.
Respecto a los señalamientos que intentan desacreditar el trabajo organizativo de las mujeres en el contexto del fraude en la USAC, Lucía indicó que la universidad siempre se ha dirigido desde una jerarquía vertical y patriarcal, evidenciado en cómo se ve al resto de las mujeres con relación con los hombres.
Lucía está convencida de que la participación activa de las mujeres es muy importante en las transformaciones sociales. “Somos capaces de hacer una revolución y eso está totalmente comprobado, sin necesidad de que haya hombres alrededor. Ya somos muchas mujeres las que levantamos la cabeza y hacemos política”, puntualizó.
La lucha de las mujeres universitarias
La tarea por defender la universidad pública no ha sido fácil. Lucía Terrón hizo énfasis en la importancia de acuerparse como mujeres en esta experiencia, aseguró que hacer la unión entre estudiantes y docentes mujeres para hacer un frente común ante el fraude, ha sido primordial.
El ejercicio del poder desde el hombre es totalmente vertical, indicó Terrón. “Las decisiones las puede tomar de manera individual porque ha estado empoderado toda su vida. Las mujeres venimos de un manejo del poder subalterno, distinto, es el manejo del poder más horizontal, más de preguntar qué necesidades hay, trabajar para la mejora de todos”.
También identificó los liderazgos de las mujeres y los describió como más fraternos y más empáticos, con la capacidad de entender la dinámica de vida de cada una.
¿Para qué es esta lucha?
Lucía consideró que debe abordarse con seriedad el tema de los pensum de estudios al incluir la teoría de género en estos, porque el feminismo es una teoría crítica de pensamiento, todo acompañado de modelos de mujeres profesoras en la ciencia básica y en la ciencia social.
De acuerdo con la médica, la USAC debe tener una paridad, debe haber hombres y mujeres en las diferentes carreras, pues las habilidades están descritas para hombres y mujeres de la misma manera. “Me encantaría ver más jóvenes (mujeres) en espacios que han sido netamente masculinos. Facilitar guarderías para todas las mujeres que quisieran estudiar y no pueden, porque la maternidad es una ocupación de tiempo completo y es costosa, económicamente hablando, para un cuidado externo que no sea el de la madre, aunque hay un costo también individual”, puntualizó.
Otro factor importante para la USAC, indicó Lucía, es recuperar la vinculación con el diversificado, con quienes aspiran a ir a la universidad, para que este también se una a las luchas de protección de la casa de estudios y recordó que ese fue el éxito en los años 70 y 80, cuando las luchas sociales estaban respaldadas por el estudiantado de nivel medio y universitario.
El costo que impone el CSU a la lucha de las mujeres
Las implicaciones que tienen para las mujeres estudiantes, docentes trabajadoras de la USAC la defensa de la autonomía universitaria y la oposición al fraude electoral van desde la criminalización, estigmatización hasta el acoso a través de redes sociales. Así lo afirmó Flor de María Gálvez, abogada y notaria, magíster en derecho penal, con estudios en Derechos Humanos y Género y ex mandataria de la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), quien también fue perseguida y criminalizada por su labor en esta institución y la defensa técnica de ex fiscales de la Fiscalía Especial Contra la Impunidad (FECI).
Flor de María, quien se encuentra en el exilio desde marzo de 2022, aseguró que a las mujeres se les juzga con una vara más alta respecto de los hombres. “A nosotras se nos señala más de determinadas situaciones, se burlan de nuestro cuerpo, de nuestras expresiones o cosas que hayamos podido vivir anteriormente y se pueda filtrar a través de las redes sociales, con una carga más fuerte que es la misoginia”.
La abogada coincidió con Lucía Terrón al indicar que las sanciones golpean de manera diferente a las mujeres que a los hombres. Por ejemplo, expuso que hay estudios que indican que siempre los hombres son personajes del espacio público y el que una mujer se vea inmersa en un espacio público y que exige sus derechos, o en el que esté escalando a nivel profesional o académico, genera cierta animadversión.
Además, hizo ver que como sociedad, en Guatemala existe un atraso en la participación política de las mujeres y que estas tengan acceso a la educación u otro tipo de espacio público.
Gálvez manifestó su rechazo al daño que también se ha hecho contra la memoria histórica en la USAC, luego de que se abrieran las instalaciones del campus central, donde se pintaron los murales que eran históricamente reconocidos. “Pretender dañar esa memoria que ha habido es muy lamentable y también me gustaría recordar que hubo mujeres en su época que también lucharon, que si bien no se mencionan, no significa que no haya habido. Es importante reivindicar esos derechos y visibilizar que hay mujeres que luchan por esto”, concluyó.